jueves, 22 de septiembre de 2016

Loco Amor (Obsesión) / Capítulo 6




Loco Amor (Obsesión)
Fanfic trilogía “Mi Hombre”
Historia original de Jodi Ellen Malpas.

CAPITULO 6


He tratado de hacer varias cosas, ya que se acerca el aniversario de la Mansión, pero casi no logro hacerlo, no me concentro, y todo porque no me saco a Ava de la cabeza. Sé que hice mal, pero si ella supiera los motivos, me daría la razón. Ese Danés de mierda me está dando un puto dolor de cabeza de mierda. De pronto, me hablan y siento voces a lo lejos, hasta que Sam me da un grito.
-¡Jesse! ¡Coño, despierta!
-Me asustaste, cabrón.
-Disculpa, pero estás en la luna. ¿Qué carajo te pasa? Ya va, déjame y adivino… ¿Ava?
¿O me equivoco?
-Más o menos. La verdad, ella no es la culpable, pero sí me preocupo por ella.
-¿Pasa algo, amigo?
-Mierda sí, amigo, y por el puto Danés de mierda -Le cuento lo sucedido-. Ava está algo molesta y no sé cómo enfrentarla.
-Jesse, si sucede algo debes decirle todo a Ava.
-Coño… ¿Cómo se te ocurre esa idea Sam?
-Jesse, ella lo va a entender, eso fue tu pasado, ella también tenía una vida antes de conocerte ¿o no?
-Sí, pero es diferente. Ella tenía una relación normal, ¿sabes? Aún no entiendo cómo ese tipo la dejo ir. ¿Será marica? Mi Ava es mucha mujer para ese imbécil.
-Amigo, tú tenías una vida no muy santa, coño, pero era tu vida, ella no estaba a tu alrededor.
-Sam, lo sé, pero el problema aquí es la mujer del Danés.
-Sí, eso también lo sé, pero Ava no tiene que enterarse de eso,  solo de lo de antes.
-¡Mierda Sam! Ava se entera y me da una patada en el trasero, eso ¡te lo puedo jurar!
-Joder, Jesse, no pareces tú.  ¿Por qué esa inseguridad?
-Porque estoy loco por ella, estoy dispuesto a todo por ella, pero tengo mis enemigos, tú lo sabes; y van a tratar de hacerme daño, van a querer separarla de mí. Y amigo, te sonaré como una marica, pero me muero sin Ava.
-Waw amigo, ¿tanto así?
-Y más vale… No he vuelto a beber, se lo prometí, me ha costado, pero ella me llena y no me ha hecho falta. Tampoco me desespero, esa promesa se la cumplo sí o sí, y más nunca voy a acostarme con otra mujer, no me provocan porque la quiero solo a ella. Sam, esa mujer es mi vida, ella es “mi para siempre” ¿lo entiendes? Y tengo unos remordimientos horribles por esos putos cuatro días. Sudo frío, me arrepiento, coño, solo quería quitármela de la cabeza, ¡pero me volví más loco!
-Ya va, Jesse, ustedes no tenían nada todavía, nada formal. No podías hacer nada más.
-Coño, sí, pero me sentí mal. Yo lo estaba haciendo, me las follaba y me daba asco de mí mismo porque desde el primer día me enamoré de ella, fue por eso, pero yo no lo sabía. Y lo que me asusta es que se puede enterar de lo que allí sucedió.
-¿Por quién? Aquí nadie va a decir nada, eso escríbelo.
-Sí, lo sé, pero el Danés….
-¡Y qué coño tiene que ver él! ¡Mierda! Ya va… ¿Te refieres a una de ellas?
-Sí. ¡Diablos! Sí, sí, sí, y el tipo lo supo, estoy seguro de ello. Ahí radica mi temor.
-¡Ufff! Lo dicho, amigo, vas a tener que hablarlo con Ava.
-Sí, me toca hacerlo. Aunque no me cree que ese Mikael  no es el caballero que todo el mundo ve o aparenta ser. Es un maldito.
-Cierto, yo también sé unas cuantas cosas de él. Amigo, debes cubrirte la espalda.
-Sí. ¡Diablos! Me largo, tengo que ver a Ava.
-¿Cómo va lo de la fiesta?
-Bien, sobre ruedas, eso no me preocupa, tengo un buen personal. ¿Y Drew?
-Hoy estaba de compras, creo, era algo para ese día, con tanta ropa que tiene.
-Okey. Luego nos reunimos para charlar. ¿Y cómo va lo de Kate?
-Bien, me encanta esa mujer.
-Se te nota. De acuerdo, luego hablamos, no tengo cabeza para nada.
-Okey.  Nos hablamos, cualquier cosa das un pitazo.
-Gracias, nos vemos.
Salgo como alma que lleva el diablo del hotel, no quiero que nadie me detenga, quiero ver a Ava ya.
Solo voy pensando qué le voy a decir, y que voy a hacer. La verdad es que con Ava me pongo irracional, pero me muero si le pasa algo y más, si es por mi culpa. Quiero protegerla de toda esta mierda, y que esté siempre conmigo, deseo compartir el resto de mi vida con ella, y para mí no es una opción una separación. No, coño, no lo acepto.


Por fin llego al Lusso, pero cuando voy entrando Clive me frena. Mierda, no quiero hablar ahora.
-Señor Ward, espere, por favor, esto le va a interesar.
Me freno de inmediato, sé que es algo de Ava.
-¿Qué sucede, Clive?
-Ava quería ver el video del día que vino esa mujer, lo pidió de nuevo.
Sonrío.
-Le dije que no se podía, pero quedó dudosa.
-Me imagino. No te preocupes, voy a hablar con ella.
-Está bien, señor Ward, solo le aviso.
-Avisado. Gracias, Clive, ya hablaremos más adelante, ¿ok?
Clive sonríe, ya que solo piensa en el dinero que va a ganar. Entro al ascensor  y meto la clave con rapidez, ya estoy en casa. Dios, qué ansiedad.
Entro alerta, pero no está en la planta baja. Miro hacia la escalera y allí está. Dios, por fin, me relaja verla, me siento vivo, pero también se me aviva el deseo por ella. La contemplo fijamente y me voy quitando la chaqueta. Luego, me empiezo a desabrochar la camisa, me la quito y la dejo en el camino. También me aparto los zapatos, los calcetines, los pantalones y los bóxer, todo casi al mismo tiempo. Ava me mira con deseo, solo hasta que ve mis muñecas con las marcas de las esposas. Ahí el remordimiento la carcome. Me quito el reloj, ahora solo quiero tomarla entre mis brazos, pero Ava tiene otra idea, y me dice:
-No voy a dejar que me toques hasta que me hayas dicho quién era esa mujer.
¡Ay Ava! Hoy voy como un auto y sin frenos.
-No lo sé.
-Entonces ¿no le has pedido a Clive que no me deje ver las grabaciones de las cámaras de seguridad?
Me da ganas de reír, pero me controlo, ella va con todo, es implacable, y de seguro ya deduce que Clive me puso sobre aviso. Mi preciosa chica es implacable.
-Ava, si no te necesitara, aquí y ahora, te daría una buena lección.
-Pero me necesitas, así que desembucha.
-Me acosté con ella. -La miro, se ve aún tranquila, creo que ya lo sospechaba.
-¿Por qué vino aquí?
-Porque oyó que había desaparecido.
-¿Por eso? ¿Por qué estaba preocupada?
Me encojo de hombros. La verdad, esa mujer me preocupa una mierda.
-Sí, porque estaba preocupada. Ahora, ven aquí.
-¿Por qué no lo has dicho antes?
-Porque no era nada importante hasta que tú decidiste que sí lo era -La sigo mirando y termino de subir. Ava, por su parte, me escanea de arriba hacia abajo. Su deseo es fuerte, estamos en perfecta sintonía, como siempre.
-Tú le diste importancia al no contestar mis preguntas, Jesse.
No le respondo, en cambio, solo empiezo a desnudarla, lentamente, mientras Ava mira cómo lo hago. Dios, si ella supiera cuánto la quiero
Termino de desvestirla, quitándole el sujetador. Luego, me arrodillo y le doy un toquecito en el tobillo para quitarle las bragas. Una vez desnudos, la tumbo sobre la alfombra y la cubro con mi cuerpo, entierro mi cara en su cuello y la huelo -me encanta su olor-. Ava hace lo mismo y me abraza fuerte, nos gusta fundirnos, sentirnos, olernos, nos quedamos así un buen rato, ella me acaricia el pelo, suspiro de felicidad, me relaja sentirla.
-Te he echado de menos -le digo aún pegado a su cuello. Comienzo a lamerle el cuello, dibujando círculos debajo de su oreja.
-Yo también, gracias por las flores.
Le beso cada centímetro de su rostro.
-Quiero llevarte a una isla desierta y que seas solo mía para siempre.
-Vale, si no hay gente, no hará falta que te portes como un loco con todo el mundo.
Sonrío. Le beso la boca y ambos rodamos por el suelo. Ya tengo mi erección en saludo firme, la necesito como el aire para respirar.
-Te quiero -le digo.
-Lo sé -me dice Ava-. Yo también te quiero.
-¿Incluso, después de lo de hoy?
-¿Te refieres a después de que me has estado acosando todo el día? -Ava no se calla nada, no filtra lo que piensa. Me gusta eso de ella, el problema son mis pecados. Pongo mis manos detrás de la cabeza y la miro mientras Ava me come con la mirada.
-Estaba preocupado por ti.
Ava me mira burlona.
-Te has puesto muy posesivo, mi hombre difícil tiene que relajarse.
-No soy difícil -Coño, ella no entiende, piensa que siempre me voy a portar de esa manera con  cualquier hombre, y no es así, será solo con ese maldito Danés
-Eres difícil y lo niegas.
Le frunzo el ceño.
-¿Qué es lo que niego?
-Que eres difícil, exigente e irracional; tu numerito de hoy ha sido excesivo.
Ok. Ya estoy molesto.
-Iba a intentar ligar contigo y, entonces, sí que habría tenido que irme a los golpes con él.
Ava se ríe.
-Yo creo que se lo has dejado muy claro, ha sido vergonzoso -dice molesta.
-Era necesario.
Ava me pone los ojos en blanco.
-Deberías correr unos cuantos kilómetros más –añade-. ¡Uyy! ¡La bañera! -Sale disparada en dirección hacia el baño.
-¡Vuelve! ¡Yo te necesito más! -le grito.
-¿No te has cansado ya  de mí? -Ava regresa y yo sigo en el suelo, se coloca sobre mis caderas.
-¿Que si me he cansado de ti? Para nada. Te necesito cada segundo del día, igual que tú me necesitas a mí. -Pellizco su delicioso pezón, Ava da un salto y aterriza justo en mi erección mientras le sonrío de oreja a oreja.
-¿Y si no pudieras estar conmigo en todo el día? -me pregunta.
-¿Vas a intentar detenerme?
-No, pero puede que haya situaciones en las que no tengas acceso inmediato a mí.
Mierda eso no me gusta y no había reparado en eso.
-¿Le darías de baja al Vodka?
¡Diablos, no! Me echo a reír al tiempo que ella frunce el ceño.
-Te prometí que no iba a volver a beber, nunca, y eso iba muy en serio -Me siento y la tomo por las caderas, ella brinca, todo y gracias a su punto débil-. A la bañera. Te quiero mojada y resbalosa.
-Tu seguridad en ti mismo es impresionante -dice sarcástica.
-Es muy fácil tenerla, porque te tengo a ti.  No le des tantas vueltas, señorita.
-Entonces, ¿mañana no vas a molestarme en todo el día?
Joder, ¿por qué no quiere estar conmigo todo el tiempo, como yo lo deseo? ¿Será que de verdad soy muy intenso? Bueno, que se aguante, ni yo puedo controlarlo.
-¿Cenamos juntos?
Ava me mira.
-He quedado con Kate para comer.
-¿Puedo ir yo también?
-No -me dice con firmeza.
-Creo que estás siendo muy poco razonable -protesto. Ava se ríe a carcajadas y comienzo a hacerle cosquillas, da otro salto.
-¡Para!
-¡No!
-¡Por favor! -Sus ojos se llenan de lágrimas por reír tanto.
-¿Comemos juntos? -le vuelvo a preguntar.
-¡De ningún modo! -dice aún riéndose, me encanta verla reírse.
-Tal vez tenga mejor suerte con un polvo de entrar en razón.
Ava respira agitada.
-Jesse, no puedo estar contigo cada segundo del día.
-Podrías si dejaras de trabajar.
Me mira furiosa y me pela los ojos.
-¿Ahora quien no está siendo razonable…? -Cuando está hablando aprovecho y entro en ella y comienzo a moverme como un loco. Abre las piernas para recibirme y le tomo las muñecas-. ¿Comemos juntos? -Y la embisto con más fuerza. Coño, ¿cómo es posible que tenga que utilizar el sexo como método para convencerla siempre? Aunque…. viéndolo bien, me encanta.
-¡No! -grita. Sí, le encanta cabrearme.
Gruño y la embisto rápido y con más fuerza.
-Respondes tan bien a mí.
-Jesse, por favor.
Pero no me detengo. En cambio, sigo meneando con desespero, como si se fuera a acabar el mundo.
-Nena, deja que vaya a comer contigo. ¿Te gusta esto?
-¡Sí! -grita acelerada.
-Di que sí -insisto. Ava ya está frenética por más sexo y solo quiere su glorioso orgasmo.  Yo la sigo, pero debo aprovechar antes.
-¡No!
La sigo penetrando.
-Ava, dame lo que quiero.
-¡Jesse!
-¿Vas a correrte?
-¡Sí! -grita todavía más.
-Nena, no sabes lo que me haces -Le doy una estocada fuerte y me detengo, ya iba a acabar, pero no la dejo.
-¡¿Qué estás haciendo?! -Alega desesperada y mueve sus caderas en busca de fricción, pero yo me salgo y solo le dejo a cambio la punta de mi polla dentro de ella-. ¡Serás hijo de perra! -me grita molesta.
-¡Cuidado con esa boca! ¡Di que sí, Ava! -Dios, yo también quiero acabar. Ahhh, debo controlarme, me esfuerzo por hacerlo, sé por lo que ella está pasando.
-No -Mueve la cabeza, sigue negándose. Joder, si será terca. Entro lento y luego salgo de nuevo-. Ahhhhh! -Gime más rápido.
-Di la palabra mágica, Ava -Y repito mi movimiento, sé que se vuelve loca, la desespera-. Dilo y tendrás lo que quieres.
-No juegas limpio.
-¿Quieres que pare?
-¡No! -grita de frustración mientras aflojo sus manos y le vuelvo a preguntar.
-Te lo voy a preguntar una vez más, nena ¿comemos juntos mañana? -Me muevo suavemente.
-Fóllame -me suplica. Dios, me encanta mi mujer, y sonrío.
-Cuidado con esa boca. Pero antes dime, ¿eso ha sido un sí?
-¡Sí! -grita con más desespero.
-Buena chica -Y entonces, me adentro con fuerza en ella al tiempo que Ava se tensa y gime. Está muy excitada, es increíble lo sintonizada que está conmigo, me encanta follármela, por mí estaría todo el día dentro de ella, pero es un puto sueño, no se puede. ¡Joder!
-¡Jesse! -De pronto, Ava explota en un fabuloso y largo orgasmo. Chilla, está ida de placer, amo sus sonidos y el deseo que siempre muestra por mí, y eso con solo tocarla. Me muevo con más fuerza, mi respiración se hace fuerte y grito obscenidades, moviéndome como una fiera, dándole todo lo que tengo. Esto es el paraíso, doy mi última meneada, exploto y caigo sobre ella, sudoroso y extasiado. ¡Qué divina es mi mujer! Me muevo suave y comienzo a mimarla.
-Mi trabajo aquí está hecho -Jadeo en su oído, me apoyo en mis manos.
-¡Tu mano! –grita. Levanto mi mano, sigue amoratada, pero ya no duele.
-Está bien. Sarah me obligo a tenerla metida en hielo casi toda la tarde.    
-¿Sarah?  -pregunta, molesta.
Frunzo el ceño.
-Ha hecho lo que haría cualquier buena amiga -digo con tranquilidad. ¿Será que mi Ava me cela con Sarah? No o ¿sí?
Se revuelve debajo de mí y la suelto, va directo a la bañera, está enfurruñada.
-¿Alguien ha visto el monstruo de los ojos verdes? -le pregunto jugando y aún desnudo parado en la puerta del baño.
-No -Está celosa. Me meto con ella en la bañera por detrás y la rodeo con mis piernas, pegándola a mi pecho.
-Ava, solo tengo ojos para ti -le digo al oído-, y soy todo tuyo -La verdad, me gusta que me cele, que sea posesiva conmigo porque solo tengo ojos para ella, no me provoca ninguna otra mujer, estoy enamorado hasta las trancas de mi Ava.
Tomo una esponja y comienzo a frotarla.
-Quiero saber cosas de ti
-¿Qué quieres saber?
-¿La mansión es solo negocio o lo has mezclado con el placer?
Detengo por un momento la esponja, pero sigo.
-Directa al grano -le digo.
-Dímelo.
Suspiro.
-He picoteado -confieso molesto cuando ella me da malos ojos.
-¿Y sigues picoteando?
-¡No! -Me pongo a la defensiva. Coño, no me gusta por donde va.
-¿Cuándo picoteaste por última vez?
Carajo, ¿por qué diablos me pregunta eso? Mi mano se detiene
-Mucho antes de conocerte.
-¿Cómo cuánto tiempo por ejemplo?
Mierda, tengo que parar esto ya.
-Ava, ¿de verdad importa? -formulo ya cabreándome
-Sí.
-No era algo habitual.
-No has respondido a mi pregunta.
-¿Va a cambiar lo que sientes por mí?
-No.
-Entonces, ¿podemos dejar el tema? Forma parte de mi pasado, igual que muchas otras cosas, y prefiero que se queden dónde están –le respondo cortante. Ava debe entender que soy un hombre, estaba solo, soltero, sin ataduras y rodeado de mujeres que se me daban en bandeja. Coño, ¡ni que fuera santo o marica!  Pero eso ya cambió y por ella. Y, la verdad, estoy encantado-. Solo tengo ojos para ti, punto -Le beso la coronilla-. ¿Cuándo te vienes aquí conmigo?
-Ya estoy aquí, Jesse.
-Quiero decir, ¿cuándo vamos a traer tus cosas? -Le pellizco un pezón-. No te pases de lista. -Ava me pone los ojos en blanco.
-Tengo que recoger el resto de mis cosas de casa de Matt -Se tensa y me mira, se le escapó esa confesión cuando ya me observa con los ojos como platos. ¡Mierda!
-¡No! ¡De ninguna manera! -le grito casi en su oreja, ella retrocede-. Enviare a John, ya te lo dije que no ibas a volver a verlo.
-Dime, ¿dónde estuviste cuando desapareciste? ¡Mierda! A buen entendedor, cambio de tema.  Ahora, ¿qué coño le digo?
-No
-La última vez que te guardaste las cosas te dejé… Joder, me está amenazando algo debo decirle-. Me encerré en mi despacho.
-¿Durante cuatro días?
-Si, Ava, durante cuatro días -Pero  no la miro, no me gusta mentirle, pero ¿cómo le confieso que soy un idiota y que solo intentaba olvidarla, de lo colado que me tenía? No…No le puedo decir nada.
-Mírame -me ordena, la miro sorprendido.
-¿Perdona?
Casi me río. Ella sabe que no me gusta que me den órdenes y menos para esto.
-¿Qué estuviste haciendo en tu despacho?
¡Maldición! Tengo que cambiar este puto tema.
-Beber, ya está. Eso es lo que estuve haciendo. Estaba intentando ahogar las penas en el alcohol. ¿Ya estás contenta?
Ava se tensa, quiero moverla pero se resiste y me empuja a la bañera, la dejo. Se sube a mis piernas y pega su cara a la mía, rozando nuestras narices. La miro.
-Lo siento, nena.
-Calla. -Y me besa con desespero, se siente culpable. Dios… Crece más mi sentimiento de culpa.
-Cuando vi los cardenales en tus brazos, me di cuenta de que había tocado fondo, Ava.
-Sshhsh… -Y me besa todo el rostro con cariño-, ya has dicho bastante.
La cojo por el culo y la levanto, meto mi cara en su pecho.
-No volverá a pasar, me mataré antes de volver a hacerte daño.
-Ya has hablado bastante, Jesse.
-Te quiero -le digo.
-Lo sé. Y yo también. Lo siento.
Vuelvo a pegarla más a mí.
-¿Por qué tienes que sentirlo?
-Ojala no te hubiera dejado.
-Ava, no te culpo por haberte marchado, me lo merecía y me anima a no volver a beber. Saber que podrían perderte es mi mayor motivación, créeme.
-No volveré a abandonarte, nunca.
Le sonrío al instante.
-Espero que no, porque sería mi fin.
-Y el mío.
-Bien, ninguno de los dos va a irse a ninguna a ninguna parte. Eso ha quedado claro. -La beso.


-¿No tienes hambre? -me pregunta.
-Sí. ¿Vas a prepararme comida equilibrada?
Me sonríe.
-Estoy cansada. ¿Podemos encargar la comida equilibrada?
-Pues claro, tú relájate y yo pediré la cena -Salgo de la bañera, para hacer el pedido. Después de ello y tras varios minutos, cenamos relajados, conversamos de cosas banales y sonreímos. Amo estos momentos tan íntimos. Más tarde, vemos un rato televisión, algo del programa de Moto GP. Me concentro, pero la verdad es que así evito la ronda de interrogantes de Ava. Hoy está muy curiosa, se me acurruca, la miro, parece una gatita mimosa. Al rato, la cargo para llevarla a la habitación-. Vamos, nena -La desvisto y la deposito con cuidado en la cama. Procedo a acostarme a su lado, abrazándola. Dios, esto es vida-. Te quiero -Ava no me responde, está casi dormida.
Mañana es otro día, y solo importa el hoy y el mañana, el pasado quedó atrás, pero mi gran falla son esos putos cuatro días de mierda, los cuales no puedo quitármelos de la cabeza. No quiero que se entere, pero si me toca decirle algo, lo haré con ojos cerrados, todo con tal que se aleje de Mikael, sé que no es rival para mí, pero el muy imbécil se puede poner creativo y hacerme la vida a cuadritos, así es que tengo que pensar muy bien que es lo que voy a hacer al respecto. Ella es mía, es sagrada. La abrazo y siento felicidad, paz… Sí, la que tanto había buscado. La pego más a mí y me voy dejando ir el sueño, el cual finalmente me vence.

Creo que tuve una pesadilla, casi me infarto, estos remordimientos me están jodiendo, la conciencia no me deja en paz. ¿Qué pasó anoche? Fue terrible, solo sé que le pedía perdón, ojalá Ava no se haya dado cuenta. El puto Danés de mierda le llega a contar algo y la pierdo. Creo que debo adelantarme, tengo que pensar muy bien cómo decírselo, no sea que me pase como la primera vez, que por estar esperando, me dejó. ¡Mierda! No lo soportaría, no lo acepto. Volteo mi cara y la veo a mi lado, aún durmiendo. Es increíble que en tan poco tiempo se me haya metido tan profundamente en mi corazón y hasta en mi alma, pues por ella me siento vivo. De pronto, Ava se mueve, ya comienza a despertar. Comienzo a darle piquitos en sus labios.
-Te quiero.
Abre sus ojos y me mira.
-Despierta, preciosa.
Se estira y me escanea de arriba hacia abajo, sus ojos le brillan, ¿con deseo? Sí, pero a la vez extrañada.
-¿Qué hora es?
-Tranquila son las 6.30, tengo que recibir a unos cuantos proveedores a primera hora. Quería verte antes de irme. -Me agacho y le doy otro beso.
-No me hace falta tener los ojos abiertos para que tú puedas verme –protesta, y me agarra por la espalda para pegarme a ella. Dios, ¡qué tentación! Me olfatea y lo hace con placer.
-Ven a desayunar conmigo.
La levanto de la cama y ella de inmediato se pega a mí, como un monito, y totalmente desnuda. ¿Qué más puedo pedirle a Dios?
-Me vas a arrugar la ropa.
-Pues, suéltame -dice.
-Nunca.
Sonríe contenta.
-No necesito un polvo de recordatorio. Puedes venir a comer.
-Esa boca -Me río-. Lo siento, de verdad que necesitaba verte antes de irme.
Ava se tensa.
-¿Qué pasa?
La siento en el mármol y la miro.
-Anoche te despertaste.
-¿Sí? -Me hago el loco. Mierda, después de todo sí tuve la puta pesadilla.
-¿No te acuerdas?
-No -Sigo haciéndome el loco-. ¿Qué te apetece desayunar? ¿Huevos, un bagel, algo de fruta?
-Dijiste que me necesitabas -comenta con cautela.
-¿Y? Es lo que te digo cuando estás despierta -Siento sus ojos en mi espalda, no debo darme por aludido.
-Me pediste perdón.
Cierro la nevera.
-Eso también lo he dicho estando despierto -Le sonrío-. Ava, lo más probable es que tuviera una pesadilla. No me acuerdo de nada. -Regreso a la nevera.
-Te pusiste frenético. Estaba muy preocupada.
¡Mierda! Y sigue con el tema. Cierro la nevera con más fuerza de la necesaria, ya estoy molesto, ella todo el tiempo trata de sonsacarme cosas. Me acerco y me meto entre sus piernas, tomo sus manos, las acaricio.
-Deja de preocuparte por lo que te dije en sueños. ¿No dije que te quería?
Ava frunce el sueño.
-No.
Sonrío y le beso la frente.
-No fue normal, y ya me estoy hartando de ese tonito. -Me mira feo, me asombro-. O desembuchas o me largo.
Mierda, me amenaza. ¿Y ahora qué coño le digo?
-¿Qué elijes? -me dice altanera.
-Dijiste que nunca ibas a dejarme -comienzo a hablar.
-Y eso es cierto.
-Vale, deja que lo formule -La miro preocupado, solo me muerdo el labio y me callo.
Ava se ríe, deduciendo que no diré nada importante. Quiere bajarse, pero no la dejo.
-Jesse, voy a marcharme.
-Soñé que te habías ido -le digo rápidamente y muy asustado-. Fue muy real, pero sé que es mi puta conciencia que no me deja en paz.
-¿Qué?
-Soñé que me despertaba y que te habías ido.
-¿A dónde?
-¡Y yo qué coño sé! -lLa suelto y arrastro mi mano por mi pelo-. No podía encontrarte, Ava.
-¡Soñaste que te dejaba?
-No sé dónde estabas. Simplemente, te habías ido.
-Vaya.
-No fue un sueño agradable, eso es todo -Joder, me da pena, Ava es algo serio queriendo saber todo de una sola vez.
-No voy a dejarte, pero tenemos que hablar. Tengo que torturarte para sacarte información, Jesse. ¡Es agotador!
-Perdona. -Ava me jala de nuevo entre sus piernas
-¿Habías tenido pesadillas antes?
-No.
Algo la conmovió, porque me abrazó con fuerza, yo le respondí de inmediato.
-Porque estabas borracho.
-No, Ava. No soy alcohólico.
-No he dicho que lo fueras -Y vuelve a abrazarme fuerte, me gusta cuando hace eso-. ¿Puedo prepararte un desayuno equilibrado? -Me separo de ella.
-Sí, por favor.
-¿Qué te apetece?
Se encoje de hombros.
-Tostadas.
-¿Tostadas?
Asiente de inmediato.
-Eso no es muy equilibrado.
-Es demasiado temprano para comer.
-No, no lo es. Y tienes que comer, está demasiado delgada -Me pongo a trajinar en la cocina, pero siento los ojos de Ava sobre mí y en todo momento. Coloco en la isleta los platos, los cubiertos y la mantequilla. Luego voy a la nevera de nuevo y tomo mi mantequilla de cacahuate, la abro, meto mi dedo y lo llevo a mi boca. Hummm exquisito. Miro a Ava que tiene cara de asco-. ¿Qué?
-¿Y tú me das  lecciones a mí acerca de desayuno equilibrado?
-Los frutos secos son muy sanos. Además, tú eres más importante que yo -La observo  untar mantequilla común en sus tostadas.
-A mí me importas tú -Me gruñe mientras muerde su pan, yo sonrío. Me alegro, me siento satisfecho que ella se preocupe por mí, eso significa que le importo de verdad.
-Me alegro. ¿Qué tienes hoy en la agenda? -Y  meto mi dedo de nuevo en mi mantequilla, como si nada mientras Ava se atraganta y me frunce el ceño.
-¿Por qué te sorprende tanto que quiera saber lo que vas a hacer hoy?
-Oh, por nada. Si pensara que de verdad te interesa y que no lo preguntas para volver a chafarme el día -me habla con sarcasmo. Ups, me pilló, pero me hago el desentendido.
-De verdad me interesa.
-Te veo en el Bar a la 1pm. Tengo que llamar a Kate y avisarle de que vas a fastidiarnos la comida de chicas.
-No le importará. Me quiere -le digo con seguridad.
-Eso es porque le compraste a Margo Junior.
-No, es porque me lo dijo.
Ava me mira con asombro.
-¿Cuando?
-Cuando salimos -Aparto el pelo de su cara-. La noche en que te enseñe a bailar, la noche en que pillaste aquel súper pedo.
-¿Súper pedo? -me pregunta con la boca llena.
-Borracha.
 Se burla.
-Seguro que Kate también estaba borracha.
-Y no solo aquella vez -Meto de nuevo mi dedo en el tarro y se lo pongo en las narices a Ava, ella hace cara de asco nuevamente, yo me río y de inmediato me lo llevo a mi boca porque no sabe lo que se pierde.
-¿Mas veces? -me pregunta.
-En la mansión -Diablos, se me salió. Ava me mira con asombro.
-¿Qué estaba haciendo Kate en la mansión? -La cara que tiene es un poema. Yo solo sonrío. Es la vida de ella y a mi amigo Sam le encanta la pelirroja. Además, ella me gusta, nunca filtra sus pensamientos y, la verdad, pienso que cada quien hace de su vida lo que quiere. Sam me lo pidió y le di un precio especial de amigos, Kate es algo cochambrosa y más teniendo a su lado a mi amigo que sí lo es y mucho más. Y mi amor no debe estar enterada de estas cosas, sé que no le va a  gustar.
-No es asunto tuyo -Me levanto y boto el pote en la basura-. Tengo que pirarme ya.
-¿Pirarte?
-Sí, largarme….irme….salir zumbado -Le guiño un ojo. A veces, quiero bromear con ella.
-He decidido que no es buena idea que vengas a comer. No quiero que Kate piense que somos como lapas -me lo dice tan tranquila y toda indiferente. Le encanta darme en las pelotas. Pero al instante, la cojo y la empotro contra la pared mientras ella grita. La pego mi cuerpo, aún tiene el pan en su boca. Diablos, ¿estará bromeando?
-No lo has dicho en serio -Deslizo mi mano hacia abajo y llego a su sexo, meto allí mi pulgar-. Voy a ser muy rápido -Meto y saco mi dedo-. No juegues conmigo, Ava -Y luego me retiro. Ava queda perpleja y cachonda-. Ya llego tarde porque quería asegurarme de que comías algo. Si llego a saber que te iba a dar por jugar conmigo, te habría follado primero y luego te habría dado de comer -Me acercó y muevo mi cadera. Luego, le digo al oído-: A la una en punto -Y muerdo su tostada-. Te quiero, señorita.
-No es verdad, si me quisieras no me abandonarías a medio camino del orgasmo.
-¡Oye! -Le grito-. No dudes nunca de lo mucho que te quiero. Eso me cabrea muchísimo-. ¡Qué pases un buen día! -Le beso la mejilla-. Te echaré de menos y con locura, nena –Joder, voy muy excitado, pero debo irme, ya deben estar esperándome, pero con qué gusto me la hubiera follado… Eso fue para que aprenda a no reírse de mí.
Voy derretido por mi Ava, es increíble sentir algo tan especial por esa mujer. Cada vez que la tengo cerca pienso que se me va a salir el corazón, ¿Quién me lo iba a decir? Jesse Ward enamorado hasta la medula.
¡Carajo! Me siento feliz y privilegiado de al fin conocer este hermoso sentimiento. ¡La amo y punto! ¿Qué más da?

CONTINUARÁ…

**Por Fanny Rebellón.


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