Loco Amor (Obsesión)
Fanfic trilogía “Mi Hombre”
Historia original de Jodi Ellen Malpas.
CAPITULO 6
He tratado de hacer varias cosas, ya que
se acerca el aniversario de la Mansión, pero casi no logro hacerlo, no me
concentro, y todo porque no me saco a Ava de la cabeza. Sé que hice mal, pero
si ella supiera los motivos, me daría la razón. Ese Danés de mierda me está
dando un puto dolor de cabeza de mierda. De pronto, me hablan y siento voces a
lo lejos, hasta que Sam me da un grito.
-¡Jesse! ¡Coño, despierta!
-Me asustaste, cabrón.
-Disculpa, pero estás en la luna. ¿Qué
carajo te pasa? Ya va, déjame y adivino… ¿Ava?
¿O me equivoco?
-Más o menos. La verdad, ella no es la
culpable, pero sí me preocupo por ella.
-¿Pasa algo, amigo?
-Mierda sí, amigo, y por el puto Danés
de mierda -Le cuento lo sucedido-. Ava está algo molesta y no sé cómo
enfrentarla.
-Jesse, si sucede algo debes decirle
todo a Ava.
-Coño… ¿Cómo se te ocurre esa idea Sam?
-Jesse, ella lo va a entender, eso fue
tu pasado, ella también tenía una vida antes de conocerte ¿o no?
-Sí, pero es diferente. Ella tenía una
relación normal, ¿sabes? Aún no entiendo cómo ese tipo la dejo ir. ¿Será marica?
Mi Ava es mucha mujer para ese imbécil.
-Amigo, tú tenías una vida no muy santa,
coño, pero era tu vida, ella no estaba a tu alrededor.
-Sam, lo sé, pero el problema aquí es la
mujer del Danés.
-Sí, eso también lo sé, pero Ava no
tiene que enterarse de eso, solo de lo
de antes.
-¡Mierda Sam! Ava se entera y me da una
patada en el trasero, eso ¡te lo puedo jurar!
-Joder, Jesse, no pareces tú. ¿Por qué esa inseguridad?
-Porque estoy loco por ella, estoy
dispuesto a todo por ella, pero tengo mis enemigos, tú lo sabes; y van a tratar
de hacerme daño, van a querer separarla de mí. Y amigo, te sonaré como una
marica, pero me muero sin Ava.
-Waw amigo, ¿tanto así?
-Y más vale… No he vuelto a beber, se lo
prometí, me ha costado, pero ella me llena y no me ha hecho falta. Tampoco me
desespero, esa promesa se la cumplo sí o sí, y más nunca voy a acostarme con
otra mujer, no me provocan porque la quiero solo a ella. Sam, esa mujer es mi
vida, ella es “mi para siempre” ¿lo entiendes? Y tengo unos remordimientos
horribles por esos putos cuatro días. Sudo frío, me arrepiento, coño, solo
quería quitármela de la cabeza, ¡pero me volví más loco!
-Ya va, Jesse, ustedes no tenían nada
todavía, nada formal. No podías hacer nada más.
-Coño, sí, pero me sentí mal. Yo lo
estaba haciendo, me las follaba y me daba asco de mí mismo porque desde el
primer día me enamoré de ella, fue por eso, pero yo no lo sabía. Y lo que me
asusta es que se puede enterar de lo que allí sucedió.
-¿Por quién? Aquí nadie va a decir nada,
eso escríbelo.
-Sí, lo sé, pero el Danés….
-¡Y qué coño tiene que ver él! ¡Mierda!
Ya va… ¿Te refieres a una de ellas?
-Sí. ¡Diablos! Sí, sí, sí, y el tipo lo
supo, estoy seguro de ello. Ahí radica mi temor.
-¡Ufff! Lo dicho, amigo, vas a tener que
hablarlo con Ava.
-Sí, me toca hacerlo. Aunque no me cree
que ese Mikael no es el caballero que todo
el mundo ve o aparenta ser. Es un maldito.
-Cierto, yo también sé unas cuantas
cosas de él. Amigo, debes cubrirte la espalda.
-Sí. ¡Diablos! Me largo, tengo que ver a
Ava.
-¿Cómo va lo de la fiesta?
-Bien, sobre ruedas, eso no me preocupa,
tengo un buen personal. ¿Y Drew?
-Hoy estaba de compras, creo, era algo
para ese día, con tanta ropa que tiene.
-Okey. Luego nos reunimos para charlar.
¿Y cómo va lo de Kate?
-Bien, me encanta esa mujer.
-Se te nota. De acuerdo, luego hablamos,
no tengo cabeza para nada.
-Okey.
Nos hablamos, cualquier cosa das un pitazo.
-Gracias, nos vemos.
Salgo como alma que lleva el diablo del
hotel, no quiero que nadie me detenga, quiero ver a Ava ya.
Solo voy pensando qué le voy a decir, y
que voy a hacer. La verdad es que con Ava me pongo irracional, pero me muero si
le pasa algo y más, si es por mi culpa. Quiero protegerla de toda esta mierda,
y que esté siempre conmigo, deseo compartir el resto de mi vida con ella, y
para mí no es una opción una separación. No, coño, no lo acepto.
Por fin llego al Lusso, pero cuando voy
entrando Clive me frena. Mierda, no quiero hablar ahora.
-Señor Ward, espere, por favor, esto le
va a interesar.
Me freno de inmediato, sé que es algo de
Ava.
-¿Qué sucede, Clive?
-Ava quería ver el video del día que vino
esa mujer, lo pidió de nuevo.
Sonrío.
-Le dije que no se podía, pero quedó
dudosa.
-Me imagino. No te preocupes, voy a
hablar con ella.
-Está bien, señor Ward, solo le aviso.
-Avisado. Gracias, Clive, ya hablaremos más
adelante, ¿ok?
Clive sonríe, ya que solo piensa en el
dinero que va a ganar. Entro al ascensor
y meto la clave con rapidez, ya estoy en casa. Dios, qué ansiedad.
Entro alerta, pero no está en la planta
baja. Miro hacia la escalera y allí está. Dios, por fin, me relaja verla, me
siento vivo, pero también se me aviva el deseo por ella. La contemplo fijamente
y me voy quitando la chaqueta. Luego, me empiezo a desabrochar la camisa, me la
quito y la dejo en el camino. También me aparto los zapatos, los calcetines, los
pantalones y los bóxer, todo casi al mismo tiempo. Ava me mira con deseo, solo
hasta que ve mis muñecas con las marcas de las esposas. Ahí el remordimiento la
carcome. Me quito el reloj, ahora solo quiero tomarla entre mis brazos, pero
Ava tiene otra idea, y me dice:
-No voy a dejar que me toques hasta que
me hayas dicho quién era esa mujer.
¡Ay Ava! Hoy voy como un auto y sin
frenos.
-No lo sé.
-Entonces ¿no le has pedido a Clive que
no me deje ver las grabaciones de las cámaras de seguridad?
Me da ganas de reír, pero me controlo,
ella va con todo, es implacable, y de seguro ya deduce que Clive me puso sobre
aviso. Mi preciosa chica es implacable.
-Ava, si no te necesitara, aquí y ahora,
te daría una buena lección.
-Pero me necesitas, así que desembucha.
-Me acosté con ella. -La miro, se ve aún
tranquila, creo que ya lo sospechaba.
-¿Por qué vino aquí?
-Porque oyó que había desaparecido.
-¿Por eso? ¿Por qué estaba preocupada?
Me encojo de hombros. La verdad, esa
mujer me preocupa una mierda.
-Sí, porque estaba preocupada. Ahora,
ven aquí.
-¿Por qué no lo has dicho antes?
-Porque no era nada importante hasta que
tú decidiste que sí lo era -La sigo mirando y termino de subir. Ava, por su
parte, me escanea de arriba hacia abajo. Su deseo es fuerte, estamos en
perfecta sintonía, como siempre.
-Tú le diste importancia al no contestar
mis preguntas, Jesse.
No le respondo, en cambio, solo empiezo
a desnudarla, lentamente, mientras Ava mira cómo lo hago. Dios, si ella supiera
cuánto la quiero
Termino de desvestirla, quitándole el
sujetador. Luego, me arrodillo y le doy un toquecito en el tobillo para
quitarle las bragas. Una vez desnudos, la tumbo sobre la alfombra y la cubro
con mi cuerpo, entierro mi cara en su cuello y la huelo -me encanta su olor-.
Ava hace lo mismo y me abraza fuerte, nos gusta fundirnos, sentirnos, olernos,
nos quedamos así un buen rato, ella me acaricia el pelo, suspiro de felicidad,
me relaja sentirla.
-Te he echado de menos -le digo aún
pegado a su cuello. Comienzo a lamerle el cuello, dibujando círculos debajo de
su oreja.
-Yo también, gracias por las flores.
Le beso cada centímetro de su rostro.
-Quiero llevarte a una isla desierta y
que seas solo mía para siempre.
-Vale, si no hay gente, no hará falta
que te portes como un loco con todo el mundo.
Sonrío. Le beso la boca y ambos rodamos
por el suelo. Ya tengo mi erección en saludo firme, la necesito como el aire
para respirar.
-Te quiero -le digo.
-Lo sé -me dice Ava-. Yo también te
quiero.
-¿Incluso, después de lo de hoy?
-¿Te refieres a después de que me has
estado acosando todo el día? -Ava no se calla nada, no filtra lo que piensa. Me
gusta eso de ella, el problema son mis pecados. Pongo mis manos detrás de la
cabeza y la miro mientras Ava me come con la mirada.
-Estaba preocupado por ti.
Ava me mira burlona.
-Te has puesto muy posesivo, mi hombre
difícil tiene que relajarse.
-No soy difícil -Coño, ella no entiende,
piensa que siempre me voy a portar de esa manera con cualquier hombre, y no es así, será solo con
ese maldito Danés
-Eres difícil y lo niegas.
Le frunzo el ceño.
-¿Qué es lo que niego?
-Que eres difícil, exigente e
irracional; tu numerito de hoy ha sido excesivo.
Ok. Ya estoy molesto.
-Iba a intentar ligar contigo y,
entonces, sí que habría tenido que irme a los golpes con él.
Ava se ríe.
-Yo creo que se lo has dejado muy claro,
ha sido vergonzoso -dice molesta.
-Era necesario.
Ava me pone los ojos en blanco.
-Deberías correr unos cuantos kilómetros
más –añade-. ¡Uyy! ¡La bañera! -Sale disparada en dirección hacia el baño.
-¡Vuelve! ¡Yo te necesito más! -le
grito.
-¿No te has cansado ya de mí? -Ava regresa y yo sigo en el suelo, se
coloca sobre mis caderas.
-¿Que si me he cansado de ti? Para nada.
Te necesito cada segundo del día, igual que tú me necesitas a mí. -Pellizco su
delicioso pezón, Ava da un salto y aterriza justo en mi erección mientras le
sonrío de oreja a oreja.
-¿Y si no pudieras estar conmigo en todo
el día? -me pregunta.
-¿Vas a intentar detenerme?
-No, pero puede que haya situaciones en
las que no tengas acceso inmediato a mí.
Mierda eso no me gusta y no había
reparado en eso.
-¿Le darías de baja al Vodka?
¡Diablos, no! Me echo a reír al tiempo
que ella frunce el ceño.
-Te prometí que no iba a volver a beber,
nunca, y eso iba muy en serio -Me siento y la tomo por las caderas, ella
brinca, todo y gracias a su punto débil-. A la bañera. Te quiero mojada y
resbalosa.
-Tu seguridad en ti mismo es
impresionante -dice sarcástica.
-Es muy fácil tenerla, porque te tengo a
ti. No le des tantas vueltas, señorita.
-Entonces, ¿mañana no vas a molestarme
en todo el día?
Joder, ¿por qué no quiere estar conmigo
todo el tiempo, como yo lo deseo? ¿Será que de verdad soy muy intenso? Bueno,
que se aguante, ni yo puedo controlarlo.
-¿Cenamos juntos?
Ava me mira.
-He quedado con Kate para comer.
-¿Puedo ir yo también?
-No -me dice con firmeza.
-Creo que estás siendo muy poco razonable
-protesto. Ava se ríe a carcajadas y comienzo a hacerle cosquillas, da otro
salto.
-¡Para!
-¡No!
-¡Por favor! -Sus ojos se llenan de
lágrimas por reír tanto.
-¿Comemos juntos? -le vuelvo a
preguntar.
-¡De ningún modo! -dice aún riéndose, me
encanta verla reírse.
-Tal vez tenga mejor suerte con un polvo
de entrar en razón.
Ava respira agitada.
-Jesse, no puedo estar contigo cada
segundo del día.
-Podrías si dejaras de trabajar.
Me mira furiosa y me pela los ojos.
-¿Ahora quien no está siendo razonable…?
-Cuando está hablando aprovecho y entro en ella y comienzo a moverme como un
loco. Abre las piernas para recibirme y le tomo las muñecas-. ¿Comemos juntos?
-Y la embisto con más fuerza. Coño, ¿cómo es posible que tenga que utilizar el
sexo como método para convencerla siempre? Aunque…. viéndolo bien, me encanta.
-¡No! -grita. Sí, le encanta cabrearme.
Gruño y la embisto rápido y con más fuerza.
-Respondes tan bien a mí.
-Jesse, por favor.
Pero no me detengo. En cambio, sigo
meneando con desespero, como si se fuera a acabar el mundo.
-Nena, deja que vaya a comer contigo. ¿Te
gusta esto?
-¡Sí! -grita acelerada.
-Di que sí -insisto. Ava ya está
frenética por más sexo y solo quiere su glorioso orgasmo. Yo la sigo, pero debo aprovechar antes.
-¡No!
La sigo penetrando.
-Ava, dame lo que quiero.
-¡Jesse!
-¿Vas a correrte?
-¡Sí! -grita todavía más.
-Nena, no sabes lo que me haces -Le doy
una estocada fuerte y me detengo, ya iba a acabar, pero no la dejo.
-¡¿Qué estás haciendo?! -Alega desesperada
y mueve sus caderas en busca de fricción, pero yo me salgo y solo le dejo a
cambio la punta de mi polla dentro de ella-. ¡Serás hijo de perra! -me grita
molesta.
-¡Cuidado con esa boca! ¡Di que sí, Ava!
-Dios, yo también quiero acabar. Ahhh, debo controlarme, me esfuerzo por
hacerlo, sé por lo que ella está pasando.
-No -Mueve la cabeza, sigue negándose. Joder,
si será terca. Entro lento y luego salgo de nuevo-. Ahhhhh! -Gime más rápido.
-Di la palabra mágica, Ava -Y repito mi
movimiento, sé que se vuelve loca, la desespera-. Dilo y tendrás lo que
quieres.
-No juegas limpio.
-¿Quieres que pare?
-¡No! -grita de frustración mientras aflojo
sus manos y le vuelvo a preguntar.
-Te lo voy a preguntar una vez más, nena
¿comemos juntos mañana? -Me muevo suavemente.
-Fóllame -me suplica. Dios, me encanta
mi mujer, y sonrío.
-Cuidado con esa boca. Pero antes dime,
¿eso ha sido un sí?
-¡Sí! -grita con más desespero.
-Buena chica -Y entonces, me adentro con
fuerza en ella al tiempo que Ava se tensa y gime. Está muy excitada, es
increíble lo sintonizada que está conmigo, me encanta follármela, por mí estaría
todo el día dentro de ella, pero es un puto sueño, no se puede. ¡Joder!
-¡Jesse! -De pronto, Ava explota en un fabuloso
y largo orgasmo. Chilla, está ida de placer, amo sus sonidos y el deseo que
siempre muestra por mí, y eso con solo tocarla. Me muevo con más fuerza, mi
respiración se hace fuerte y grito obscenidades, moviéndome como una fiera,
dándole todo lo que tengo. Esto es el paraíso, doy mi última meneada, exploto y
caigo sobre ella, sudoroso y extasiado. ¡Qué divina es mi mujer! Me muevo suave
y comienzo a mimarla.
-Mi trabajo aquí está hecho -Jadeo en su
oído, me apoyo en mis manos.
-¡Tu mano! –grita. Levanto mi mano,
sigue amoratada, pero ya no duele.
-Está bien. Sarah me obligo a tenerla
metida en hielo casi toda la tarde.
-¿Sarah?
-pregunta, molesta.
Frunzo el ceño.
-Ha hecho lo que haría cualquier buena
amiga -digo con tranquilidad. ¿Será que mi Ava me cela con Sarah? No o ¿sí?
Se revuelve debajo de mí y la suelto, va
directo a la bañera, está enfurruñada.
-¿Alguien ha visto el monstruo de los
ojos verdes? -le pregunto jugando y aún desnudo parado en la puerta del baño.
-No -Está celosa. Me meto con ella en la
bañera por detrás y la rodeo con mis piernas, pegándola a mi pecho.
-Ava, solo tengo ojos para ti -le digo
al oído-, y soy todo tuyo -La verdad, me gusta que me cele, que sea posesiva
conmigo porque solo tengo ojos para ella, no me provoca ninguna otra mujer,
estoy enamorado hasta las trancas de mi Ava.
Tomo una esponja y comienzo a frotarla.
-Quiero saber cosas de ti
-¿Qué quieres saber?
-¿La mansión es solo negocio o lo has
mezclado con el placer?
Detengo por un momento la esponja, pero
sigo.
-Directa al grano -le digo.
-Dímelo.
Suspiro.
-He picoteado -confieso molesto cuando ella
me da malos ojos.
-¿Y sigues picoteando?
-¡No! -Me pongo a la defensiva. Coño, no
me gusta por donde va.
-¿Cuándo picoteaste por última vez?
Carajo, ¿por qué diablos me pregunta
eso? Mi mano se detiene
-Mucho antes de conocerte.
-¿Cómo cuánto tiempo por ejemplo?
Mierda, tengo que parar esto ya.
-Ava, ¿de verdad importa? -formulo ya cabreándome
-Sí.
-No era algo habitual.
-No has respondido a mi pregunta.
-¿Va a cambiar lo que sientes por mí?
-No.
-Entonces, ¿podemos dejar el tema? Forma
parte de mi pasado, igual que muchas otras cosas, y prefiero que se queden dónde
están –le respondo cortante. Ava debe entender que soy un hombre, estaba solo,
soltero, sin ataduras y rodeado de mujeres que se me daban en bandeja. Coño, ¡ni
que fuera santo o marica! Pero eso ya
cambió y por ella. Y, la verdad, estoy encantado-. Solo tengo ojos para ti,
punto -Le beso la coronilla-. ¿Cuándo te vienes aquí conmigo?
-Ya estoy aquí, Jesse.
-Quiero decir, ¿cuándo vamos a traer tus
cosas? -Le pellizco un pezón-. No te pases de lista. -Ava me pone los ojos en
blanco.
-Tengo que recoger el resto de mis cosas
de casa de Matt -Se tensa y me mira, se le escapó esa confesión cuando ya me
observa con los ojos como platos. ¡Mierda!
-¡No! ¡De ninguna manera! -le grito casi
en su oreja, ella retrocede-. Enviare a John, ya te lo dije que no ibas a
volver a verlo.
-Dime, ¿dónde estuviste cuando
desapareciste? ¡Mierda! A buen entendedor, cambio de tema. Ahora, ¿qué coño le digo?
-No
-La última vez que te guardaste las
cosas te dejé… Joder, me está amenazando algo debo decirle-. Me encerré en mi
despacho.
-¿Durante cuatro días?
-Si, Ava, durante cuatro días -Pero no la miro, no me gusta mentirle, pero ¿cómo
le confieso que soy un idiota y que solo intentaba olvidarla, de lo colado que
me tenía? No…No le puedo decir nada.
-Mírame -me ordena, la miro sorprendido.
-¿Perdona?
Casi me río. Ella sabe que no me gusta
que me den órdenes y menos para esto.
-¿Qué estuviste haciendo en tu despacho?
¡Maldición! Tengo que cambiar este puto
tema.
-Beber, ya está. Eso es lo que estuve
haciendo. Estaba intentando ahogar las penas en el alcohol. ¿Ya estás contenta?
Ava se tensa, quiero moverla pero se
resiste y me empuja a la bañera, la dejo. Se sube a mis piernas y pega su cara
a la mía, rozando nuestras narices. La miro.
-Lo siento, nena.
-Calla. -Y me besa con desespero, se
siente culpable. Dios… Crece más mi sentimiento de culpa.
-Cuando vi los cardenales en tus brazos,
me di cuenta de que había tocado fondo, Ava.
-Sshhsh… -Y me besa todo el rostro con
cariño-, ya has dicho bastante.
La cojo por el culo y la levanto, meto
mi cara en su pecho.
-No volverá a pasar, me mataré antes de
volver a hacerte daño.
-Ya has hablado bastante, Jesse.
-Te quiero -le digo.
-Lo sé. Y yo también. Lo siento.
Vuelvo a pegarla más a mí.
-¿Por qué tienes que sentirlo?
-Ojala no te hubiera dejado.
-Ava, no te culpo por haberte marchado,
me lo merecía y me anima a no volver a beber. Saber que podrían perderte es mi
mayor motivación, créeme.
-No volveré a abandonarte, nunca.
Le sonrío al instante.
-Espero que no, porque sería mi fin.
-Y el mío.
-Bien, ninguno de los dos va a irse a
ninguna a ninguna parte. Eso ha quedado claro. -La beso.
-¿No tienes hambre? -me pregunta.
-Sí. ¿Vas a prepararme comida
equilibrada?
Me sonríe.
-Estoy cansada. ¿Podemos encargar la
comida equilibrada?
-Pues claro, tú relájate y yo pediré la
cena -Salgo de la bañera, para hacer el pedido. Después de ello y tras varios
minutos, cenamos relajados, conversamos de cosas banales y sonreímos. Amo estos
momentos tan íntimos. Más tarde, vemos un rato televisión, algo del programa de
Moto GP. Me concentro, pero la verdad es que así evito la ronda de
interrogantes de Ava. Hoy está muy curiosa, se me acurruca, la miro, parece una
gatita mimosa. Al rato, la cargo para llevarla a la habitación-. Vamos, nena -La
desvisto y la deposito con cuidado en la cama. Procedo a acostarme a su lado,
abrazándola. Dios, esto es vida-. Te quiero -Ava no me responde, está casi dormida.
Mañana es otro día, y solo importa el hoy
y el mañana, el pasado quedó atrás, pero mi gran falla son esos putos cuatro
días de mierda, los cuales no puedo quitármelos de la cabeza. No quiero que se
entere, pero si me toca decirle algo, lo haré con ojos cerrados, todo con tal
que se aleje de Mikael, sé que no es rival para mí, pero el muy imbécil se
puede poner creativo y hacerme la vida a cuadritos, así es que tengo que pensar
muy bien que es lo que voy a hacer al respecto. Ella es mía, es sagrada. La abrazo
y siento felicidad, paz… Sí, la que tanto había buscado. La pego más a mí y me
voy dejando ir el sueño, el cual finalmente me vence.
Creo que tuve una pesadilla, casi me
infarto, estos remordimientos me están jodiendo, la conciencia no me deja en
paz. ¿Qué pasó anoche? Fue terrible, solo sé que le pedía perdón, ojalá Ava no
se haya dado cuenta. El puto Danés de mierda le llega a contar algo y la
pierdo. Creo que debo adelantarme, tengo que pensar muy bien cómo decírselo, no
sea que me pase como la primera vez, que por estar esperando, me dejó. ¡Mierda!
No lo soportaría, no lo acepto. Volteo mi cara y la veo a mi lado, aún
durmiendo. Es increíble que en tan poco tiempo se me haya metido tan
profundamente en mi corazón y hasta en mi alma, pues por ella me siento vivo.
De pronto, Ava se mueve, ya comienza a despertar. Comienzo a darle piquitos en
sus labios.
-Te quiero.
Abre sus ojos y me mira.
-Despierta, preciosa.
Se estira y me escanea de arriba hacia
abajo, sus ojos le brillan, ¿con deseo? Sí, pero a la vez extrañada.
-¿Qué hora es?
-Tranquila son las 6.30, tengo que
recibir a unos cuantos proveedores a primera hora. Quería verte antes de irme.
-Me agacho y le doy otro beso.
-No me hace falta tener los ojos
abiertos para que tú puedas verme –protesta, y me agarra por la espalda para
pegarme a ella. Dios, ¡qué tentación! Me olfatea y lo hace con placer.
-Ven a desayunar conmigo.
La levanto de la cama y ella de
inmediato se pega a mí, como un monito, y totalmente desnuda. ¿Qué más puedo
pedirle a Dios?
-Me vas a arrugar la ropa.
-Pues, suéltame -dice.
-Nunca.
Sonríe contenta.
-No necesito un polvo de recordatorio.
Puedes venir a comer.
-Esa boca -Me río-. Lo siento, de verdad
que necesitaba verte antes de irme.
Ava se tensa.
-¿Qué pasa?
La siento en el mármol y la miro.
-Anoche te despertaste.
-¿Sí? -Me hago el loco. Mierda, después
de todo sí tuve la puta pesadilla.
-¿No te acuerdas?
-No -Sigo haciéndome el loco-. ¿Qué te
apetece desayunar? ¿Huevos, un bagel, algo de fruta?
-Dijiste que me necesitabas -comenta con
cautela.
-¿Y? Es lo que te digo cuando estás
despierta -Siento sus ojos en mi espalda, no debo darme por aludido.
-Me pediste perdón.
Cierro la nevera.
-Eso también lo he dicho estando
despierto -Le sonrío-. Ava, lo más probable es que tuviera una pesadilla. No me
acuerdo de nada. -Regreso a la nevera.
-Te pusiste frenético. Estaba muy
preocupada.
¡Mierda! Y sigue con el tema. Cierro la
nevera con más fuerza de la necesaria, ya estoy molesto, ella todo el tiempo
trata de sonsacarme cosas. Me acerco y me meto entre sus piernas, tomo sus
manos, las acaricio.
-Deja de preocuparte por lo que te dije
en sueños. ¿No dije que te quería?
Ava frunce el sueño.
-No.
Sonrío y le beso la frente.
-No fue normal, y ya me estoy hartando
de ese tonito. -Me mira feo, me asombro-. O desembuchas o me largo.
Mierda, me amenaza. ¿Y ahora qué coño le
digo?
-¿Qué elijes? -me dice altanera.
-Dijiste que nunca ibas a dejarme -comienzo
a hablar.
-Y eso es cierto.
-Vale, deja que lo formule -La miro
preocupado, solo me muerdo el labio y me callo.
Ava se ríe, deduciendo que no diré nada
importante. Quiere bajarse, pero no la dejo.
-Jesse, voy a marcharme.
-Soñé que te habías ido -le digo
rápidamente y muy asustado-. Fue muy real, pero sé que es mi puta conciencia
que no me deja en paz.
-¿Qué?
-Soñé que me despertaba y que te habías
ido.
-¿A dónde?
-¡Y yo qué coño sé! -lLa suelto y
arrastro mi mano por mi pelo-. No podía encontrarte, Ava.
-¡Soñaste que te dejaba?
-No sé dónde estabas. Simplemente, te
habías ido.
-Vaya.
-No fue un sueño agradable, eso es todo -Joder,
me da pena, Ava es algo serio queriendo saber todo de una sola vez.
-No voy a dejarte, pero tenemos que
hablar. Tengo que torturarte para sacarte información, Jesse. ¡Es agotador!
-Perdona. -Ava me jala de nuevo entre
sus piernas
-¿Habías tenido pesadillas antes?
-No.
Algo la conmovió, porque me abrazó con
fuerza, yo le respondí de inmediato.
-Porque estabas borracho.
-No, Ava. No soy alcohólico.
-No he dicho que lo fueras -Y vuelve a
abrazarme fuerte, me gusta cuando hace eso-. ¿Puedo prepararte un desayuno
equilibrado? -Me separo de ella.
-Sí, por favor.
-¿Qué te apetece?
Se encoje de hombros.
-Tostadas.
-¿Tostadas?
Asiente de inmediato.
-Eso no es muy equilibrado.
-Es demasiado temprano para comer.
-No, no lo es. Y tienes que comer, está
demasiado delgada -Me pongo a trajinar en la cocina, pero siento los ojos de
Ava sobre mí y en todo momento. Coloco en la isleta los platos, los cubiertos y
la mantequilla. Luego voy a la nevera de nuevo y tomo mi mantequilla de
cacahuate, la abro, meto mi dedo y lo llevo a mi boca. Hummm exquisito. Miro a
Ava que tiene cara de asco-. ¿Qué?
-¿Y tú me das lecciones a mí acerca de desayuno equilibrado?
-Los frutos secos son muy sanos. Además,
tú eres más importante que yo -La observo
untar mantequilla común en sus tostadas.
-A mí me importas tú -Me gruñe mientras
muerde su pan, yo sonrío. Me alegro, me siento satisfecho que ella se preocupe
por mí, eso significa que le importo de verdad.
-Me alegro. ¿Qué tienes hoy en la
agenda? -Y meto mi dedo de nuevo en mi
mantequilla, como si nada mientras Ava se atraganta y me frunce el ceño.
-¿Por qué te sorprende tanto que quiera
saber lo que vas a hacer hoy?
-Oh, por nada. Si pensara que de verdad
te interesa y que no lo preguntas para volver a chafarme el día -me habla con
sarcasmo. Ups, me pilló, pero me hago el desentendido.
-De verdad me interesa.
-Te veo en el Bar a la 1pm. Tengo que
llamar a Kate y avisarle de que vas a fastidiarnos la comida de chicas.
-No le importará. Me quiere -le digo con
seguridad.
-Eso es porque le compraste a Margo
Junior.
-No, es porque me lo dijo.
Ava me mira con asombro.
-¿Cuando?
-Cuando salimos -Aparto el pelo de su
cara-. La noche en que te enseñe a bailar, la noche en que pillaste aquel súper
pedo.
-¿Súper pedo? -me pregunta con la boca
llena.
-Borracha.
Se
burla.
-Seguro que Kate también estaba
borracha.
-Y no solo aquella vez -Meto de nuevo mi
dedo en el tarro y se lo pongo en las narices a Ava, ella hace cara de asco nuevamente,
yo me río y de inmediato me lo llevo a mi boca porque no sabe lo que se pierde.
-¿Mas veces? -me pregunta.
-En la mansión -Diablos, se me salió. Ava
me mira con asombro.
-¿Qué estaba haciendo Kate en la
mansión? -La cara que tiene es un poema. Yo solo sonrío. Es la vida de ella y a
mi amigo Sam le encanta la pelirroja. Además, ella me gusta, nunca filtra sus
pensamientos y, la verdad, pienso que cada quien hace de su vida lo que quiere.
Sam me lo pidió y le di un precio especial de amigos, Kate es algo cochambrosa
y más teniendo a su lado a mi amigo que sí lo es y mucho más. Y mi amor no debe
estar enterada de estas cosas, sé que no le va a gustar.
-No es asunto tuyo -Me levanto y boto el
pote en la basura-. Tengo que pirarme ya.
-¿Pirarte?
-Sí, largarme….irme….salir zumbado -Le
guiño un ojo. A veces, quiero bromear con ella.
-He decidido que no es buena idea que
vengas a comer. No quiero que Kate piense que somos como lapas -me lo dice tan
tranquila y toda indiferente. Le encanta darme en las pelotas. Pero al instante,
la cojo y la empotro contra la pared mientras ella grita. La pego mi cuerpo, aún
tiene el pan en su boca. Diablos, ¿estará bromeando?
-No lo has dicho en serio -Deslizo mi
mano hacia abajo y llego a su sexo, meto allí mi pulgar-. Voy a ser muy rápido
-Meto y saco mi dedo-. No juegues conmigo, Ava -Y luego me retiro. Ava queda
perpleja y cachonda-. Ya llego tarde porque quería asegurarme de que comías
algo. Si llego a saber que te iba a dar por jugar conmigo, te habría follado
primero y luego te habría dado de comer -Me acercó y muevo mi cadera. Luego, le
digo al oído-: A la una en punto -Y muerdo su tostada-. Te quiero, señorita.
-No es verdad, si me quisieras no me
abandonarías a medio camino del orgasmo.
-¡Oye! -Le grito-. No dudes nunca de lo
mucho que te quiero. Eso me cabrea muchísimo-. ¡Qué pases un buen día! -Le beso
la mejilla-. Te echaré de menos y con locura, nena –Joder, voy muy excitado,
pero debo irme, ya deben estar esperándome, pero con qué gusto me la hubiera
follado… Eso fue para que aprenda a no reírse de mí.
Voy derretido por mi Ava, es increíble
sentir algo tan especial por esa mujer. Cada vez que la tengo cerca pienso que
se me va a salir el corazón, ¿Quién me lo iba a decir? Jesse Ward enamorado
hasta la medula.
¡Carajo! Me siento feliz y privilegiado
de al fin conocer este hermoso sentimiento. ¡La amo y punto!
¿Qué más da?
CONTINUARÁ…
**Por
Fanny Rebellón.
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