Loco
Amor
Fanfic
trilogía “Mi Hombre”
Historia
original de la autora Jodi Ellen Malpas.
CAPITULO 11
Dejo a
Ava en casa de Kate y cuando lo hago, no sé, pero tengo una fea y extraña
sensación. Siento angustia, duda… ¿Por qué se porto así, tan distante? ¿Será
que vio algo en el hotel? Mierda, por favor no, conociéndola como la conozco sé que no se hubiera
aguantado a decirme lo que le molestaba. Algo sucede. Es otra
cosa, lo sé. Coño, no me gusta sentirme así, me da la corazonada de que la
puedo perder. ¡No! ¡Eso no es una opción! ¡Eso no es aceptable!
Suspiro
profundamente. De acuerdo, me voy a calmar, necesito consejos, eso es. Al cabo
de un momento, me voy al Lusso, no quiero regresar al hotel, pero antes le
avisaré a John para que esté pendiente de todo, pero primero telefonearé a mis
amigos.
Marco a
Sam.
-¡Hey,
Bro! ¿Y ese milagro?
-¿Puedes
venir a mi casa? Necesito hablar algo con ustedes. Con eso te quiero decir que
te traigas a Drew.
-Claro
que sí. Vamos en camino, estamos más o menos cerca.
-Okay,
los espero.
Llego
al Lusso y paso de largo, no estoy de ánimo para saludar a nadie. Subo de
inmediato, entro al apartamento y empiezo a desvestirme. Acto seguido, voy
directo al baño a darme una ducha rápida y a ponerme algo holgado. Siento que
me ahogo.
Al rato
ya estoy listo. Pasan veinte minutos y me llaman de conserjería. Mis amigos llegaron,
le digo a Clive enseguida que los deje subir. Cuando abro la puerta es a Sam a
quien veo primero.
-¡Hola, amigo! ¿Cómo te sientes? -Habla relajado y con su sonrisa de siempre. Sam no es nada complicado, por eso me agrada, y Drew es lo contrario a él, es serio, muy formal y a veces es difícil saber en qué está pensando. Pero en sí son buenas personas, siempre puedo confiar en ellos y son mis amigos, por eso los llamé.
-¡Hola, amigo! ¿Cómo te sientes? -Habla relajado y con su sonrisa de siempre. Sam no es nada complicado, por eso me agrada, y Drew es lo contrario a él, es serio, muy formal y a veces es difícil saber en qué está pensando. Pero en sí son buenas personas, siempre puedo confiar en ellos y son mis amigos, por eso los llamé.
-¿Quieren
tomar o comer algo? -les ofrezco.
-¿Tienes
cerveza?
-Claro.
-Me dirijo a la nevera y de ella saco 3 cervezas. También tengo hambre, pero
comeré más tarde. Luego, regreso hacia donde ambos me esperan y les entrego
las cervezas. Sam es el primero que habla.
-¿Qué
sucede, Jesse? ¿Te pasa algo?
-¡Diablos!
Que todo el tiempo ando con el corazón en la boca por Ava. Ella no sabe nada de
lo que realmente es la mansión, piensa que es un hotel lujoso y pijo, solo eso.
-Habla
con ella, amigo. Hazlo antes de que se entere de mala manera.
-Es mi temor, que eso me explote en la cara.
-Es mi temor, que eso me explote en la cara.
-Cuéntale
o déjala -dice Drew al mismo tiempo que obtiene de mí una mirada asesina.
-¿Por qué coño voy a dejarla?
-¿Por qué coño voy a dejarla?
Drew abre
los ojos y se da cuenta con mi mirada que no debió decir eso.
-Disculpa, amigo, pensé que era un simple capricho tuyo.
-Disculpa, amigo, pensé que era un simple capricho tuyo.
-¿Capricho?
Para nada, esto es muy serio para mí. Me encanta esta mujer, es más, siento que
estoy loco por ella, que no puedo alejarme de ella, que la necesito, y
yo nunca en mi puta vida he necesitado a ninguna otra mujer, no de esta manera.
Quiero cuidarla, protegerla, amarla, la quiero siempre conmigo.
-Wow…
Detente, Jesse, si eso no es una declaración de amor entonces no se qué es.
-Estoy
jodido, no sé qué hacer. Mi temor es que cuando se lo diga, ella salga
corriendo. Lo hace a veces, pero esta vez estoy seguro que me dejaría
definitivamente.
-Pero
¿Por qué? -pregunta Drew-. Es tu negocio
de años, de antes de conocerla.
-Amigo,
no te engañes. La mansión es una locura, es para cabrones como nosotros y para
mujeres como las que solemos ver allí. A ellas no les importa nada, solo darse
placer y cada quien con lo suyo, pero no para una mujer como Ava porque ella
es….es…Ava es sana, trabajadora, se divierte sanamente pero no frecuenta
lugares como el hotel. Créanme, sé lo que les digo. ¿Me entienden?
-Claro que sí -responde Sam-. Pero aquí Drew tiene razón. Tú tenías ya el hotel, siempre fue tu modus vivendi, ¿ella puede entender eso o no?
-Claro que sí -responde Sam-. Pero aquí Drew tiene razón. Tú tenías ya el hotel, siempre fue tu modus vivendi, ¿ella puede entender eso o no?
-¡Carajo!
Ustedes saben lo que es, sexo con lujo y, además, que lo he usado bastante en
mi beneficio. ¿Qué crees que pensará Ava si se entera de mis correrías? -Mis
amigos sacuden la cabeza.
-Tengo que hablar, pero no sé cómo comenzar a hacerlo, no sé cómo decírselo, ¡Mierda!
-Solo dile lo principal sin entrar en muchos detalles, nadie le va a decir a ella tus cosas, tu temor por ahora es solo el hotel; ¡díselo!
-Tengo que hablar, pero no sé cómo comenzar a hacerlo, no sé cómo decírselo, ¡Mierda!
-Solo dile lo principal sin entrar en muchos detalles, nadie le va a decir a ella tus cosas, tu temor por ahora es solo el hotel; ¡díselo!
-Si es
lo que debo hacer. Joder, ¡siento terror!
-Pero
¿por qué? -pregunta Drew.
-Porque
la quiero conmigo, la quiero para mí y cuando esté enterada no sé cual va a ser su reacción.
-Será difícil -dice Sam-. Pídele ayuda a Kate.
-Será difícil -dice Sam-. Pídele ayuda a Kate.
-¿Estás
loco? Ella es su mejor amiga. Además, sé que le caigo bien, pero para Kate lo
primero es su amiga, eso júralo.
-Mierda,
sí tienes razón.
Mis
amigos me miran consternados.
-Pero
debes hacerlo, se te puede complicar todo si se entera antes de que tú hables
con ella.
Suspiro
profundamente, debo pensar cómo se lo voy a decir.
Nos
quedamos hablando dos horas más y se retiran. Después de ello, como algo ligero
y sigo pensando en Ava. Voy a llamarla.
Marco a su móvil y no me responde. ¡Coño! Y sabe de sobra que soy yo ¿Por qué diablos
me hace esto? Marco una cuantas veces más y nada. Me decido y le envío un
mensaje.
-¡Coge
el teléfono! -Nada. No sucede nada. Le envío otro mensaje-. Ava, dime algo, por
favor. ¿Qué he hecho? -Pero aún no sucede nada, solo hay silencio. Mierda, esta
mujer me va a enloquecer.
Fastidiado
la llamo a su oficina y contesta la secretaria quien, al parecer, no sabe ni
hablar. Prefiero no dejarle un solo mensaje.
El día transcurre y no responde, me trata como si yo no existiera. Llamo a Sam porque él anda liado con Kate, quien debe saber algo. Pero Sam no está con Kate, se verán dentro de dos horas. Luego de que él averigua y me pasa un mensaje, me quedo algo mas tranquilo.
El día transcurre y no responde, me trata como si yo no existiera. Llamo a Sam porque él anda liado con Kate, quien debe saber algo. Pero Sam no está con Kate, se verán dentro de dos horas. Luego de que él averigua y me pasa un mensaje, me quedo algo mas tranquilo.
Pasan
dos horas más, Sam me llama y me pasa a Kate. Ella me dice que no la ha visto
desde que salió esta mañana y que no sabe dónde está, que la ha llamado y no le
contesta el teléfono. Joder, ¿le habrá pasado algo? Ahora sí es me preocupo más
de la cuenta. Tengo que controlarme, voy un rato al hotel.
Sarah,
para variar, me recibe con una montaña de quejas, y al instante la mando a
freír espárragos. No estoy de humor para aguantarla, para oírla y, de paso, aún
estoy molesto con ella por el espectáculo que montó delante de Ava. Ella lo
sabe, pero ni por el diablo me pregunta. Un par de horas después me retiro,
solo soluciono unas cuantas cosas, pero
la verdad estoy que muerdo.
De algo
tiene que servir ser el puto dueño, ¿no? Salgo casi fugado. Mierda, unas mujeres
me estaban llamando. ¡Ni loco voy! No quiero a ninguna otra mujer tocándome,
solo ansío estar con Ava.
Sí, estoy
de un humor de perros porque llegué a casa y me acosté, precisamente, solo y
sin saber nada de ella.
Al día
siguiente, llamo temprano a su trabajo y me informan que salió temprano a ver a
un cliente. Me tranquilizo algo, al menos sé que está bien. Además, está
trabajando, debo respetar su espacio, pero ¡joder! ¿Por qué no me
llama? ¡Da la cara carajo!
A las 3
de la tarde vuelvo a llamar a su trabajo, me responde la misma lerda que me
contestó la vez anterior, pero al menos ahora me dice que espere un momento,
que va a ver si ya llegó, pues tenía que ver a dos clientes más.
-Disculpe,
señor, Ava no está.
-¿Por qué no puedo hablar con ella? ¡Coño! ¡Voy a quejarme con su jefe!
-¿Por qué no puedo hablar con ella? ¡Coño! ¡Voy a quejarme con su jefe!
-Lo…
siento…se…señor.
-¿Por qué carajo me la está negando?
-¿Por qué carajo me la está negando?
-Señor,
por favor…le aseguro que.. Que no está.
Tiro el teléfono. ¡MIERDA! Gruño con desesperación porque sé que estaba ahí. ¿Por qué diablos me hace esto? La vida es una puta mierda, joder, y la mujer pagó los platos rotos.
Tiro el teléfono. ¡MIERDA! Gruño con desesperación porque sé que estaba ahí. ¿Por qué diablos me hace esto? La vida es una puta mierda, joder, y la mujer pagó los platos rotos.
Camino
de un lado a otro en mi oficina, siento que me va a dar un puto infarto, debo
salir, hacer algo, no aguanto esta presión. Voy a correr un rato, creo que eso
me puede ayudar. Eso sí, hoy no se me escapa, así tenga que montarle guardia en
su casa y cuando la encuentre me va a tener que explicar muchas cosas porque yo
no me merezco esto. Insisto y le marco unas cuantas veces más y nada. Me pongo
mi ropa de deportes y corro por casi dos horas, así quemo un poco esta energía
negativa que tengo encima.
Llego a
las 7.30, debe estar ahí. Marco su teléfono y golpeo la puerta a la vez.
-¡Ava! -Nada-. ¡Ava! -Escucho su teléfono. Si está ahí dentro, ¿por qué no abre? Vuelvo a marcar y la muy…. no me responde. No me lo puedo creer, sino quiere nada conmigo que al menos me lo diga, pero en mi cara-. Ava, ¡abre la puta puerta!
-¡No! -responde desde dentro.
-¡Ava! -Nada-. ¡Ava! -Escucho su teléfono. Si está ahí dentro, ¿por qué no abre? Vuelvo a marcar y la muy…. no me responde. No me lo puedo creer, sino quiere nada conmigo que al menos me lo diga, pero en mi cara-. Ava, ¡abre la puta puerta!
-¡No! -responde desde dentro.
Pero
por Dios, ¡qué sucede! De pronto, oigo un frenazo, volteo y veo a Sam, anda con Kate. Genial, ella tiene que entrar a la casa. ¡Alabada sea!
-Mierda, Kate, no quiere abrirme. Desde ayer que no la veo, no sé que hice -le suelto todo, gesticulando furioso.
-Mierda, Kate, no quiere abrirme. Desde ayer que no la veo, no sé que hice -le suelto todo, gesticulando furioso.
-Tranquilo,
Jesse, ya abro y así hablas con ella de una buena vez.
Sam me
palmea el hombro como diciéndome: “¡Ay, amigo, lo que te espera!"
Kate abre la puerta y, de inmediato, entro como una tromba. Llego al salón y por fin la veo, doy un respiro, al menos está bien. Pero de la nada me pongo como un energúmeno.
-¿¡¡Donde COJONES has estado!!? -le grito-. ¡Casi me vuelvo loco!
Kate abre la puerta y, de inmediato, entro como una tromba. Llego al salón y por fin la veo, doy un respiro, al menos está bien. Pero de la nada me pongo como un energúmeno.
-¿¡¡Donde COJONES has estado!!? -le grito-. ¡Casi me vuelvo loco!
Ava
solo me mira con cara de asombro como si no creyera lo que ve y lo que le estoy
diciendo mientras mis amigos están callados y preocupados.
-Nosotros nos vamos al “The Cock” a tomar algo -dice Sam con su voz tranquila al tiempo que le toma la mano a Kate, llevándola casi a rastras. Sé que lo hace para dejarnos a solas y eso se lo agradezco desde el fondo de mi corazón.
Primero, respiro unas cuantas veces para calmarme, admirándola fijamente.
-Nosotros nos vamos al “The Cock” a tomar algo -dice Sam con su voz tranquila al tiempo que le toma la mano a Kate, llevándola casi a rastras. Sé que lo hace para dejarnos a solas y eso se lo agradezco desde el fondo de mi corazón.
Primero, respiro unas cuantas veces para calmarme, admirándola fijamente.
-¿Es
que necesitas un recordatorio?
A Ava
le llega la quijada al piso.
-¡No!
-me grita, pasando por delante de mí hacia la cocina. La sigo y veo que se
sirve una copa de vino-. ¡Eres un cabrón! -Está furiosa, le tiemblan las manos y,
demás está decir que si las miradas mataran yo estaría enterrado unos cuantos
metros bajo tierra pero… ¿Qué la tiene tan cabreada? ¿Será que se enteró de
algo? No creo, Kate me hubiera advertido, pero no me gusta que me mire así. Joder,
me duele.
-Ya has
conseguido lo que querías, igual yo, así que dejemos ya esta mierda -me dice con voz
cortante. ¡Pero que coño quiere decir y con ese vocabulario!
-¡Esa
puta boca! -le grito una vez más. ¿De qué estás hablando? Yo no he conseguido
lo que quería, por lo tanto no la entiendo.
-¿Quieres más? -dice Ava y toma más vino-. Bueno, pues yo no, así que deja de perseguirme, Jesse. ¡Y deja de gritarme!
-¿Quieres más? -dice Ava y toma más vino-. Bueno, pues yo no, así que deja de perseguirme, Jesse. ¡Y deja de gritarme!
Está
siendo dura. Bebe otro trago mientras le quito la copa de la mano y la estrello
contra la pila más cerca que tengo.
-¡No
hace falta que bebas como si tuvieras 15 años! -le grito.
-¡Lárgate!
-me grita, está furiosa, debo calmarla y averiguar qué está ocurriendo, pero
como me calmo. Y sin más, lanzo un puño a la puerta de la cocina, hundiéndola.
Dolió, el golpe ha dolido muchísimo. Sacudo la mano y comienzo a acercarme
lentamente. Tenemos que calmarnos, tengo que tenerla así sea a punta de sexo.
La
atrapo en la encimera, me inclino y coloco mis manos sobre las de ella, respiro.
Dios, esto se siente muy bien.
La miro
molesto, luego la beso con intensidad. Ava trata de alejarse, pero no lo va a
lograr ya que la tengo segura. Le acaricio su labio inferior con mi lengua y
ella no me corresponde.
Trata varias veces por todos los medios de alejarse, pero está loca si cree que voy a soltarla. Respiro un poco y aprovecha para voltear su cabeza para que no la siga besando.
Trata varias veces por todos los medios de alejarse, pero está loca si cree que voy a soltarla. Respiro un poco y aprovecha para voltear su cabeza para que no la siga besando.
-Serás
cabezota. -No sé por qué se resiste, sé que me quiere, sé que le gusto y mucho,
pero debo averiguar que le sucede. De pronto, siento que me está clavando las
uñas, decido ir mas abajo y levanto la goma de sus pantalones cortos.
-Para…
¡Para, por favor! -me grita angustiada.
-Ava, para tú, para ya.
-Ava, para tú, para ya.
Voy
metiendo mis dedos en su ropa interior, la acaricio y le beso el oído, su
cuello cuando percibo que tiembla. Ya decía yo. Sonrío haciendo algo de ruido,
sigo besándola.
Me decido y mis dedos se cuelan en sus bragas, separo sus labios y empiezo a acariciar su clítoris, suave y lentamente. Ava abre la boca para quejarse y es cuando aprovecho para introducir mi lengua, le doy todo en ese beso mientras sigo acariciando su delicioso sexo hasta que la venzo y me corresponde.
Me decido y mis dedos se cuelan en sus bragas, separo sus labios y empiezo a acariciar su clítoris, suave y lentamente. Ava abre la boca para quejarse y es cuando aprovecho para introducir mi lengua, le doy todo en ese beso mientras sigo acariciando su delicioso sexo hasta que la venzo y me corresponde.
-Suéltame
la mano -La suelto y tomo su nuca, Ava me rodea el cuello con sus brazos, ella
misma me pega a su cuerpo. Dios, esto definitivamente es el cielo. Me ayudo con
mis caderas para empujar mi mano más profundamente y meto dos dedos en ella,
Ava gime de placer. Me aparto un poco y la miro, estoy muy excitado, la
necesito.
-Ya me imaginaba. -La beso como un salvaje y Ava me acepta. Yo empujo, saco y empujo mis dedos. Sí, ya se dio por vencida porque me toma por el pelo, jalándome hacia ella mientras la sigo penetrando lentamente, haciendo lo mismo en su boca con mi lengua. Ava me jala mas fuerte el pelo, ya se acerca su orgasmo, así que la beso más fuerte, presionando hasta alcanzar su punto G. Wow, Ava estalla en un orgasmo alucinante, me encanta ver como acaba y sentir como aprisiona mis dedos en su vagina. Mi Dios, es lo que más me encanta de ella, como se estrecha al tener sus orgasmos. En su éxtasis me muerde el labio y poco a poco me libera.
-Ya me imaginaba. -La beso como un salvaje y Ava me acepta. Yo empujo, saco y empujo mis dedos. Sí, ya se dio por vencida porque me toma por el pelo, jalándome hacia ella mientras la sigo penetrando lentamente, haciendo lo mismo en su boca con mi lengua. Ava me jala mas fuerte el pelo, ya se acerca su orgasmo, así que la beso más fuerte, presionando hasta alcanzar su punto G. Wow, Ava estalla en un orgasmo alucinante, me encanta ver como acaba y sentir como aprisiona mis dedos en su vagina. Mi Dios, es lo que más me encanta de ella, como se estrecha al tener sus orgasmos. En su éxtasis me muerde el labio y poco a poco me libera.
-¿Ya te
has acordado? -le susurro. Nos miramos y no me dice nada, pero sus ojos me
expresan que no lo había olvidado. Empiezo a besarla con ternura, ella me pasa
su lengua por mis labios y me lame.
-Te he
hecho sangrar.
-Bruta.
-Saco mis dedos de su sexo y los llevo a su boca, Ava lame lentamente. Mierda,
esto es sexy. Me quedo mirándola como limpia mis dedos, le sonrío
socarronamente.
Luego, la levanto y la pongo sobre la encimera.
-¿Por qué huías de mí? -Busco sus ojos y me acerco aún más. Ava por su parte solo agacha su cabeza. No puede mirarme, se encoje de hombros. Pongo mi dedo índice bajo su barbilla y le levanto el rostro, quiero verle los ojos para saber si me va a mentir-. Contéstame, nena.
-No lo sé -Pongo mis ojos en blanco y le quito la mano del mechón de pelo que tiene entre sus dedos-. Mientes fatal, Ava -y yo lo sé porque esa mano siempre la delata-. Dímelo ahora mismo. -Suspiro.
Luego, la levanto y la pongo sobre la encimera.
-¿Por qué huías de mí? -Busco sus ojos y me acerco aún más. Ava por su parte solo agacha su cabeza. No puede mirarme, se encoje de hombros. Pongo mi dedo índice bajo su barbilla y le levanto el rostro, quiero verle los ojos para saber si me va a mentir-. Contéstame, nena.
-No lo sé -Pongo mis ojos en blanco y le quito la mano del mechón de pelo que tiene entre sus dedos-. Mientes fatal, Ava -y yo lo sé porque esa mano siempre la delata-. Dímelo ahora mismo. -Suspiro.
-Me
estás distrayendo, no quiero que me hagas daño.
Ahora advierto que me está diciendo la verdad, pero… ¿Por qué cree que le voy a hacer daño? No entiendo. Me muerdo el labio pensando cómo le podría hacer daño. La verdad, nunca y conscientemente se lo haría.
-Ya, ¿soy una distracción?
Ahora advierto que me está diciendo la verdad, pero… ¿Por qué cree que le voy a hacer daño? No entiendo. Me muerdo el labio pensando cómo le podría hacer daño. La verdad, nunca y conscientemente se lo haría.
-Ya, ¿soy una distracción?
-Sí -responde
molesta.
-Pues,
a mí me gusta distraerte -le hablo con sentimiento.
-Y a mí
que me distraigas -lo dice de mala gana.
-¿De
qué te distraigo?
-De ser sensata.
-De ser sensata.
Pongo
en mi semblante mi mejor sonrisa. Sí, estoy satisfecho. Hmmm...
-Voy a
distraerte un poco mas, tenemos que hacer las paces. -Joder, solo quiero
hundirme en ella. Por lo tanto, la agarro por debajo del trasero y la levanto,
colocándola a ahorcadas sobre mi
cintura.
-¿No
acabamos de hacerlas?
-No
como es debido. Tenemos que hacer las paces como debe ser, es lo más sensato. Vamos
a dejar de huir, Ava. -Me sonríe y se abraza a mi espalda, la cargo y luego
cierro la puerta de una patada y me voy directo a su habitación. La acomodo en
el borde de la cama y procedo a sacarle la camiseta, dejando sus pechos al
descubierto. Mi Dios bendito, Ava es demasiado hermosa y tentadora.
Jalo de
sus pantalones cortos y con mi mirada le digo que levante ese hermoso culo para
quitarle sus bragas.
-No te
muevas -Me aparto, quiero sacarme toda la ropa porque en este momento es un
estorbo. Miro a Ava y me está comiendo con la mirada, literalmente, así que le
hago un pequeño show para provocarla. ¿Te gusta lo que ves? Me desvisto
lentamente. Primero me quito la corbata, sigo con la chaqueta y me desabrocho
la camisa, despacio, botón por botón. Ava abre la boca, le encanta lo que ve. Hago
movimientos suaves con mi pecho, casi le cae la baba, me encanta esto. Me abro
los pantalones y Ava dirige su mirada a mi cicatriz, sé que siente mucha
curiosidad sobre ella.
-Mírame -le digo, logrando que levante la vista para admirarla con detenimiento. Procedo
a quitarme los zapatos, los calcetines y luego los pantalones. De ultimo, me
quito mis bóxer. Mi polla salta en saludo firme enfrente de sus ojos, veo por su
mirada que la quiere en su boca, me encantaría pero estoy desesperado, quiero
hundirme en ella.
-Necesito estar dentro de ti con desesperación después de haberme pasado los dos últimos días buscándote. Pero me encantaría follarte la boca después, me la debes -le susurro en su oído. La tomo por la cintura con mi brazo y me subo a la cama, la pongo suavemente debajo de mí. Abro sus muslos con mi rodilla y me acomodo, mis brazos quedan a los lados de su cabeza y la miro con ternura. Ava no solo me hace sentir pasión, lujuria, también siento por ella un profundo cariño, mucha ternura, una calidez increíble, me provoca estar siempre pegado a ella. En verdad, estoy loco por esta mujer-. No volverás a huir de mí -le advierto firmemente al tiempo que lo niega con la cabeza-. Quiero que me contestes - le susurro, ya tengo mi polla en la entrada de su cavidad.
-Necesito estar dentro de ti con desesperación después de haberme pasado los dos últimos días buscándote. Pero me encantaría follarte la boca después, me la debes -le susurro en su oído. La tomo por la cintura con mi brazo y me subo a la cama, la pongo suavemente debajo de mí. Abro sus muslos con mi rodilla y me acomodo, mis brazos quedan a los lados de su cabeza y la miro con ternura. Ava no solo me hace sentir pasión, lujuria, también siento por ella un profundo cariño, mucha ternura, una calidez increíble, me provoca estar siempre pegado a ella. En verdad, estoy loco por esta mujer-. No volverás a huir de mí -le advierto firmemente al tiempo que lo niega con la cabeza-. Quiero que me contestes - le susurro, ya tengo mi polla en la entrada de su cavidad.
-No lo
haré -me confirma.
Asiento
y continuo mirándola, levanto mis nalgas un poco y luego bajo y me voy hundiendo
en ella hasta su infinito. Gemimos de placer, me encanta estar dentro de ella,
es suave, aterciopelada, cálida. Joder, esto va a ser rápido. Voy empezando y
ya estoy sudando, es demasiada ansiedad acumulada en mí. Ava me acaricia,
levanto mi cabeza y la miro. Mi Dios, estoy enamorado de esta mujer hasta decir
basta. La amo, pero no se lo diré.
-Esto es lo que pasa cuando me rechazas. No vuelvas a hacerlo -Realizo mis movimientos de cadera lentamente hacia atrás, luego hacia delante, balanceándome, le gusta. Por lo tanto, lo repito, la lleno por completo sin quitarle mis ojos de encima-. Debes pensar en esto cuando tengas la tentación de huir de nuevo. Piensa en como te sientes ahora mismo, piensa en mí.
Un gemido de placer profundo escapa de ella. Ava abraza mi longitud, nuestros cuerpos están cubiertos con brillo de sudor y los golpes rítmicos de mi polla de nuevo se centran en el punto más profundo de ella. El olor de nuestras fragancias unidas, el almizclado de su sexo embriagador, sus gemidos de placer solo me impulsan a más. Estamos perdidos el uno en el otro.
-Esto es lo que pasa cuando me rechazas. No vuelvas a hacerlo -Realizo mis movimientos de cadera lentamente hacia atrás, luego hacia delante, balanceándome, le gusta. Por lo tanto, lo repito, la lleno por completo sin quitarle mis ojos de encima-. Debes pensar en esto cuando tengas la tentación de huir de nuevo. Piensa en como te sientes ahora mismo, piensa en mí.
Un gemido de placer profundo escapa de ella. Ava abraza mi longitud, nuestros cuerpos están cubiertos con brillo de sudor y los golpes rítmicos de mi polla de nuevo se centran en el punto más profundo de ella. El olor de nuestras fragancias unidas, el almizclado de su sexo embriagador, sus gemidos de placer solo me impulsan a más. Estamos perdidos el uno en el otro.
-Sí -exhala-,
quiero estar así siempre-. Ava mueve su cadera para recibir mis embistes y
acerca su boca a la mía, a la que beso lento mientras muevo mi lengua al ritmo
de mi cadera. Ava me clava las uñas.
-¿Te gusta? -le susurro.
-¿Te gusta? -le susurro.
-Demasiado
-dice jadeando.
-Lo sé.
¿Estas lista? -le hablo en su boca.
-Sí -me responde, mordiendo suave mi lengua.
-Sí -me responde, mordiendo suave mi lengua.
-Yo
también, nena, suéltalo -Meneo unas cuantas veces con fuerza y Ava explota en
un orgasmo muy intenso, moviendo casi con violencia su cadera contra mí. Sigo
dando un último empuje y derramo hasta la última gota de mi semen en ella,
estamos perdidos el uno en el otro-. ¡Joder, te echaba de menos! -Hundo mi
cabeza en su cuello, la huelo y acaricio deliciosa. Definitivamente deliciosa.
Me volteo y caigo sobre mi espalda, levanto el brazo y Ava se pega a mí.
-Me encantan estos polvos soñolientos.
-Me encantan estos polvos soñolientos.
-No era
un polvo soñoliento, nena -le quito el pelo de la cara.
-Entonces,
¿qué era? -le beso la frente.
-Era un
polvo para recuperar el tiempo perdido.
-Me
gustan.
-Pues,
no debería gustarte tanto, no se darán muy a menudo.
-¿Por qué no? -me pregunta con cara de puchero.
-¿Por qué no? -me pregunta con cara de puchero.
-Porque
no vas a volver a huir de mí, señorita, y yo tampoco tengo intenciones de
alejarme de ti con mucha frecuencia -Huelo su pelo-. Si es que llego a hacerlo
alguna vez.
Cuando
no estoy cerca de ella me siento miserable, nervioso, me vuelvo un ogro. Ya una
vez traté de alejarme, de olvidarla y sé que no puedo hacerlo porque Ava es mi
vida, estoy cautivado, puede hacer conmigo lo que ella quiera. Si ella supiera….
Ava
pasa su pierna por encima de mis muslos y empieza a acariciarme, llegando a mi
cicatriz.
-¿Cómo
te la hiciste?
Suspiro
con fastidio. ¿Por qué tiene que preguntármelo? Esta cicatriz representa una
pesadilla del pasado y allí quiero que se quede, enterrada en el pasado. Ojalá
nunca tenga que decírselo, ella no tiene por qué formar parte de todo mi oscuro
pasado.
-¿Cómo
me hice qué, Ava? -Le hablo molesto.
-Nada.
-¿Qué
haces mañana? -le pregunto cambiando el tema.
-Es
miércoles, trabajo.
-Tómate
el día libre.
-¿Qué?
¿Así sin más?
Me
encojo de hombros
-Sí, me
debes dos días, preciosa.
-Tengo
mucho trabajo. Además, tú me abandonaste durante cuatro días.
Mierda,
aún no lo olvida.
-Pues
vente conmigo ahora. -La abrazo con fuerza en un intento por convencerla.
-¿A dónde?
-Debo
regresar a la mansión, tengo que comentar unas cosas con John. Puedes comer
algo mientras me esperas.
-Prefiero
quedarme aquí, no quiero molestarte. Diablos, si es terca esta mujer. Le doy la
vuelta y le sujeto las muñecas a cada lado de la cabeza, me subo en ella.
-Tú
jamás me molestaras. -En el movimiento, me quedan sus senos cerca de mi cara,
son una tentación, empiezo a besarlos y quedo pegado en un pezón.
-Te
vienes -intento convencerla.
-Te
veré mañana -me dice agitada y yo, aún con el pezón entre mis dientes, la miro.
-Mmmm ¿Necesitas
un polvo para hacerte entrar en razón?
En ese
momento, escuchamos las risas de Kate y Sam, quienes van subiendo en intensidad
porque se oyen cada vez más cerca. Mierda, debieron quedarse donde estaban,
ahora no podré follármela. Resoplo molesto, soltando el pezón.
-Supongo
que te será imposible no hacer ruido mientras te follo para hacerte entrar en
razón. -Joder y le paso, como quien no quiere la cosa, mi
rodilla entre sus piernas, está caliente y húmeda, está lista para mí-. La beso
con fuerza. Joder, la deseo tanto.
-Tengo
que irme. Cuando te llame mañana cogerás el teléfono.
-Mmm,
ho haré.
Rápidamente,
le pellizco su cadera y le doy una
nalgada.
-¡¡Ay!!
-El
sarcasmo no te pega señorita- y me levanto. Procedo a vestirme y Ava me hace
una extraña pregunta.
-¿Estará
Sarah en la mansión? -Me agacho y recojo
mis interiores y me los pongo.
-Eso
espero, trabaja para mí.
-Me
dijiste que era una amiga.
-Sí, es
una amiga y trabaja para mí -La miro. ¿Qué tiene Ava contra Sarah? Diablos, tengo
que poner más atención, estar pendiente, porque conozco a Sarah y la creo capaz
de muchas cosas. Pero que se meta con Ava no, no le conviene.
Al
segundo, veo como Ava recoge una camiseta y unos shorts demasiado cortos para
mi gusto. Se ve divina, pero Sam está aquí. ¡Joder! Me pongo mi chaqueta y sigo
mirándola, esta medio desnuda. No me gusta que esté así, por Sam.
-¿No te
pondrás nada más? -La miro de arriba a abajo.
-Estoy
en casa.
-Sí, y
Sam está aquí.
-A Sam
no parece importarle pasearse en calzoncillos por mi casa, al menos yo voy
tapada.
-Sam es
un exhibicionista -Voy a su armario-. Toma ponte esto -y le doy un jersey de
lana gordísimo.
-No -me
dice molesta, pero se lo agito en la cara.
-¡Póntelo!
-No -y
me lo quita de la mano, tirándolo furiosa a la cama. La observo mientras
pronuncio:
-Tres…
-¿Estas
de coña?
No le
respondo.
-Dos….
-¡No
voy a ponerme el jersey!
-Uno… -Ya
estoy molesto, Ava no aprende.
-Haz lo
que quieras, Jesse, no voy a ponérmelo.
-Cero..
Estamos
uno enfrente del otro, yo con ira y ella con una sonrisa, como si ya se hubiera
salido con la suya. ¡Ay, Ava, no tienes idea! Voy hacia ella, quien trata de
escapar, pero se enreda con las sabanas y pega un chillido cuando le agarro un
tobillo, tirando de él.
-¡Jesse! -grita, pero no la dejo continuar. Le doy la vuelta y me pongo encima,
agarrándole las manos-. ¡Suéltame! -Soplo su cara para quitarle el pelo que hay
en ella.
-Vamos
a dejar una cosa clara. -Me ha dado calor. Por lo tanto, me quito la chaqueta y
tomo el jersey-. Si haces lo que te digo nuestra vida será mucho más sencilla,
todo esto -Paso mis manos por su torso y sus senos y hundo un
dedo en el hueco que se forma encima de la cadera, le hago cosquillas.
-No -grita-.
No, por favor -me dice a carcajadas-. Jesse, necesito ir al baño.
-Eso
está mejor. -Se retuerce debajo de mí, le aparto el pelo de la cara y la beso
con fuerza.
-Podríamos habernos ahorrado los dos muchos problemas si
te hubieses puesto el puto jersey -Y me levanto para volver a ponerme la
chaqueta y la miro serio. Ava se ve molesta.
-Voy a
quitármelo.
-De eso
nada.
Se
levanta y se dirige al sanitario.
-Eres
un auténtico gilipollas -Y tira la puerta. Sonrío, bajo hacia la primera
planta, Kate y Sam están en la cocina, nos saludamos y aparece Ava llevando el
jersey puesto.
-¿Habéis
hecho las paces? -nos pregunta Kate sentada en las piernas de Sam.
-¡No! -responde, dándome una mirada matadora.
-Y Kate
por si te preguntas quien ha hecho un agujero en la puerta de la cocina, no
hace falta que busques muy lejos -me señala con la copa-. Y también he sido yo el
que ha roto tu copa de vino. -Me meto la mano al bolsillo del pantalón y saco
varios billetes de 20 libras, los pongo en la mesa delante de Kate-. Si es más,
dímelo -No le quito los ojos de encima a Ava mientras Kate los toma y dice: "Con
esto bastará."
Meto
mis manos de nuevo a los bolsillos y me
acerco a ella, me inclino para quedar a su altura.
-Me
gusta tu jersey.
-Vete a
la mierda. -Bebe su vino, me río y le beso la nariz.
-No
bebas mucho -Le doy un beso con todo lo que tengo. Ava quiere resistirse, pero
solo un poco. La suelto. Ava carraspea y sigue bebiendo de su vino. Sacudo la
cabeza, ¿cómo es posible que con un simple beso me encienda como árbol de
navidad? ¡Diablos!-. Mi trabajo aquí ha concluido -añado con confianza y salgo.
-Adiós
-me dice Kate, riéndose.
-Colega.
-Estrecho la mano a un sonriente Sam.
-Ava,
solo te está dando amor.
-¡Que
se lo meta por el culo!
Ese
vocabulario de Ava es horrible en una dama, provoca lavarle la boca con jabón.
Al cabo
de unos minutos, llego al hotel, hablo con John, firmo unos papeles, pero no me
saco a Ava de la cabeza. ¡Qué buena obsesión tengo, coño! Pero me gusta porque vivo
lo que nunca había vivido antes. Estoy frenético por ella, por lo tanto, me decido y
la llamo. Mientras marco, sonrío, porque le he cambiado el repique. Puse la canción “This is the one” de The Stones
Roses, la cual es preciosa.
-¿Qué?
-responde molesta.
-¿Con quién
crees que estás hablando, señorita?
-Con un
auténtico gilipollas.
-Haré
como que no he oído eso. ¿Aún tienes el jersey puesto?
-Sí.
Sonrío.
-¿Has
llamado para preguntarme eso?
-No,
quería oír tu voz -bajo mis decibeles.
-Has
vuelto a manipular mi teléfono.
-Es que
si llamo y lo tienes en silencio no vas a oírlo, ¿verdad?
-No,
pero… ¿Cómo sabes que estaba en silencio? -Bueno da igual, es de mala educación
coger el teléfono de los demás y, por cierto, tienes que disculparte con Sally.
-Lo
siento, pero ¿quién es Sally?
-No lo
sientas, Sally es la pobre chica de mi oficina a la que agrediste verbalmente.
-Ah, no
te preocupes por eso, que sueñes conmigo.
-Lo
hare, buenas noches.
-Ah,
Ava..
-¿Qué?
-Tú
eres “la definitiva”, nena. -Y cuelgo.
Y esa
es mi verdad, Ava es la mujer que estaba esperando, no me canso de ella, quiero
tenerla siempre a mi lado porque, en verdad, me tiene seducido, atrapado, tejió
bien su red.
Sonrío
pensando en mis momentos con ella y mi polla pega un brinco. Joder, tengo que
calmarme y no seguir pensando demasiado, o si no por su culpa tendré que llevar
a todos lados mi bendita erección de campeonato.
CONTINUARÁ…
**Fanny
Rebellón.
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