Loco Amor
Fanfic trilogía “Mi Hombre”
Historia original de Jodi Ellen Malpas.
CAPITULO 16
Salimos
de Camden desesperados y mirándonos
continuamente, demostrándonos muchas promesas.
La
corriente sexual que hay en el carro es casi explosiva. ¡¡Wow!!
Cuando por fin
entramos al estacionamiento del Lusso, solo nos acariciamos las manos, porque
si llego a tocarla de seguro me la follo aquí mismo. Hoy, extrañamente, ansío
que esto sea lento, muy lento para que no termine jamás.
Entramos
al apartamento fundidos en apasionados besos y abrazos. Sí, increíble, pero
cierto, estuve a punto de follarla en el ascensor, pero algo me detuvo. ¿Qué sucedió? Aún me lo estoy preguntando.
Le
quito su bolso, lo tiro al suelo y la tomo por la cintura, levantándola. Ava de
inmediato me rodea con sus piernas, dándome la bienvenida. Voy hacia la cocina, tomo el control remoto y
empiezo a escuchar “Running up that hill” de Placebo. Ella se pone frenética al
oírla, es como si la canción fuera una inyección de más deseo que le quema la
piel.
-Te
quiero en la cama -le digo mientras voy subiendo rápidamente con ella encima de
mí. Acto seguido, percibo el ruido de los zapatos de Ava cómo caen al
suelo. Dejo que allí se queden al tiempo
que le doy una patada a la puerta y la bajo lentamente-. Date la vuelta -le
susurro al oído con ternura-. Por favor, dime que llevas ropa interior de
encaje -Mi voz se oye como si fuese una suplica mientras le desabrocho su
vestido-. Te necesito vestida de encaje.
-Es
de encaje -me dice bajito cuando doy un profundo suspiro porque… ¡Quién me iba a decir que la ropa interior de
encaje en ella me excitaría más allá de la razón! Le saco el vestido por la
cabeza y lo lanzo al suelo, Ava se vuelve y me mira. Estoy muy acelerado, debo
calmarme un poco. Acerco mi mano al sujetador, se lo bajo, y con mis nudillos
le rozo el pezón con mucha suavidad. Dios, es tan hermosa. Tomo mi franela y me
la saco por la cabeza.
-¿Lo
has pasado bien? -le pregunto, quitándome los zapatos. No le quito mis ojos de
encima, respiro con dificultad, es demasiada la excitación que ya se ha
generado entre nosotros. Mierda, y si no me calmo esto no durará nada. No, quiero
saborearla, quiero sentirla, quiero disfrutarla.
-Ha
sido un día encantador.
-Yo
también lo he disfrutado mucho. ¿Quieres que lo hagamos aún mejor?
-Sí
-sisea. Está desesperada, lo sé, puedo sentirlo.
-Ven
aquí -Da un paso hacia mí, pone sus manos en mi pecho y me mira. Nos
contemplamos, veo su amor reflejarse en ellos. Mi Dios, ella me quiere, me
desea. Por lo tanto, la beso muy profundamente con reverencia, con pasión
cuando Ava gime y me toma por el pelo. Me encanta que haga eso. La levanto, ella
se agarra y la apoyo contra mí, lo hacemos sin despegar nuestras bocas que
bailan un tango con nuestras lenguas. Nos acariciamos y quedamente la subo a la
cama, le levanto sus manos por encima de la cabeza, quiero que las deje allí. Dejo
de besarla y me siento para observarla todavía más-. Podría quedarme aquí
sentado todo el día viendo cómo te arqueas y revuelves con mis caricias -Voy tocando
sus pezones, los pellizco y los estiro con mis dedos, están endurecidos y
erectos para mí, casi no puedo respirar al sentirlos y anhelarlos-. No te
muevas -Me levanto de la cama y en el camino le quito sus bragas. Luego de
ello, me desabrocho la bragueta de mi pantalón, me lo bajo y de un puntapié lo
retiro. Acto seguido, hago lo mismo con mi boxer dejando al descubierto mi
polla en saludo firme. La miro y veo su mirada brillante de deseo, de
satisfacción, de absoluto entusiasmo. Vuelvo a la cama, le abro las piernas y
paso mi lengua por el centro de su sexo.
-¡Dios,
Dios, Dios! -dice Ava, cubriéndose la cara. Empieza a girar su cadera contra mi
boca al tiempo que meto la lengua, la saco, hago giros y vuelvo a meterla una y
otra vez-. Huele y sabe delicioso, a mujer sana, limpia… Mmm, me fascina.
Ava
se desespera girando más y más su cadera. Le presiono su vientre para que no se
levante, no quiero perder contacto alguno con ella porque está muy excitada.
Por lo tanto, retiro un poco mis labios, soplo su sexo y vuelvo a lamerla,
succiono, Ava toma mi pelo y explota en un orgasmo muy intenso, colosal,
levanta la cadera y deja ir su placer. Joder, cierro mi boca y sigo succionando
todas y cada una de sus palpitaciones, está temblando. Solo puedo gemir de
placer al verla así.
-Hummmm,
noto como palpitas contra mi lengua, nena -No responde, está ida. Comienzo a
besarle el interior de sus muslos, vuelvo a acercarme y tomo su clítoris con
mis dientes y con mucha suavidad. Ella se estremece mientras yo me río y
comienzo a besarla. Llego a sus labios y la hago saborear su orgasmo sin cesar
de mirarla. Luego, la olfateo, meto mi cara en su cuello y suspiro al tiempo
que mi polla palpita contra ella. Ava se mueve y me acomoda justo en la entrada
de mi paraíso-. Me cabreas hasta la locura, señorita, le susurro con mi cara
todavía en su cuello. Levanto mi cadera y me voy introduciendo en ella. Gimo.
¡Qué sensación por Dios! Es aterciopelada, cálida, exquisita. Ava también gime.
Tomo
su pierna, deslizo mi brazo bajo su rodilla y la acomodo encima de mi hombro. Voy
hacia ella apoyándome en mis antebrazos muy lentamente, me retiro, entro, y
mientras lo hago la miro fijamente sin siquiera parpadear.
-Lo
siento. -Me tiene agarrado por el pelo.
-Ava,
todo lo que hago, lo hago para protegerte y mantenerme cuerdo, hazme caso, por
favor - Sigo embistiéndola lentamente, girando mi cadera y llegando a lo más
profundo de su ser-., Te necesito. Te necesito de verdad, nena -Me mira como si
no comprendiera lo que le estoy diciendo.
-¿Por
qué me necesitas?
-Te
necesito y ya está. No me dejes, por favor.
-Dímelo
-replica ansiosa.
-Acéptalo
y bésame -Sigo con mis arremetidas lentas, ondulantes-. Bésame, Ava -Se acerca
a mi cara y me besa, regalándome un beso colmado de amor y que sabe a amor.
Adoro cuando me besa así porque es cuando siento que de verdad me quiere.
-Jesse…
-jadea.
-Aún
no, nena -Y me clavo en ella hasta el fondo cuando me inserta sus uñas en mi
espalda. -¡Joder! -gruñe al instante, saliendo a mi encuentro. No va a
aguantar, es demasiado receptiva.
-Juntos
-le digo en su boca. Ella asiente y yo aumento mis arremetidas. Sí, ya estoy
listo para recibir mi ración de éxtasis-. Ya casi estoy, nena -le hablo,
gimiendo.
-¡Jesse!
-Aguanta,
aguanta un poco -le hablo con suavidad, sumergiéndome en ella. Empujo rotando y
grito. ¡Jesús! ¡Esto es el cielo! Entro y salgo con más fuerza, tiemblo dentro
de ella cuando ambos engullimos nuestro placer. Joder, esto es lo que llaman
felicidad, hacer el amor con alguien que se quiere. Definitivamente, es lo
mejor del mundo.
Siento
el latir fuerte de su corazón mientras Ava me da besos de ternura como si me
venerara, pero de pronto… siento su rostro húmedo.
-¿Que
ocurre, Ava?
-Nada
-responde y luego me pregunta-: ¿Qué es esto?
Aún
sigo dentro de ella.
-¿Qué
es qué?
-Me
refiero a ti, a mí.
La miro sintiendo mi amor por ella, pero no se
lo digo.
-Somos
solo tú y yo -La beso, tomo su pierna y la bajo. -¿Estás bien? -La quiero. Sí,
la quiero y no sé por qué no se lo digo. Debe ser por el susto que cargo
encima. Además está el hecho que… tengo que hablarle de la mansión. Mierda, de
solo pensarlo me entran escalofríos.
-Sí
-Se tensa un poco y solo dice “necesito hacer pis”. Está molesta porque no
respondí lo que ella quería que le dijera. Me muerdo el labio, la miro receloso
y me retiro. Coño y no quería hacerlo. Dejo que se levante, pero ya me hace
falta. Tiende sus brazos hacia atrás, se desabrocha el sujetador y se dirige al
baño. Se ve desconcertada. Mierda, tengo que hablar con ella de la mansión,
pero no será hoy. No puedo hacerlo ahora.
Dejo
que transcurra algo de tiempo y al cabo de unos minutos me dirijo al baño, abro
la puerta de par en par, y aun desnudo me sitúo detrás de ella, la tomo por la
cintura y reposo mi barbilla en su hombro. No nos quitamos los ojos de encima
por un largo rato.
-¿No
habíamos hecho las paces? -le pregunto.
-Sí.
-Entonces,
¿por qué estas enfurruñada?
-No
estoy enfurruñada -contesta molesta-. Sí, como no, claro que lo está. Suspiro y
comienzo a menearle mi cadera contra su trasero, ya estoy otra vez empalmado.
-Ava,
eres la mujer más frustrante que he conocido -Al oírme, abre los ojos perpleja-.
¿Me estas ocultando algo a propósito, señorita?
-No
-me susurra mientras inicio mis caricias entre sus muslos con las palmas de mis
manos arriba y hacia abajo. Ava hace su cabeza a un lado para darme la
bienvenida a su cuello, le beso el cuello, la cara y deslizo mis labios también
por su oreja.
-¿Lo
deseas de nuevo? -Le lamo la oreja y a la vez le acaricio su sexo, todo al
mismo tiempo.
-Te
necesito.
-Nena,
no sabes lo feliz que me hacen esas palabras. ¿Siempre?
-Siempre
-me confirma. Vaya, lo que me acaba de decir es el más grande de los estímulos
para mí porque me encanta que me necesite-. Joder, necesito ahora mismo estar
dentro de ti -Tiro de ella hacia mí y coloco mi polla en su entrada, la lleno
hasta el fondo dando un grito por el enorme placer que me invade el hacerla mía.
-Ah
¡Mierda, Jesse! -Se agarra firme del lavamanos porque la embisto casi con furia.
-¡Esa
….boca! -Y sigo moviéndome a un ritmo frenético, ondulante, posesivo, pareciera
que lo hago con rabia, pero no, es de puro placer. Ava deja caer su cabeza
hacia atrás cuando la tomo de los hombros-. ¡Mírame! -le grito y le doy más
fuerte contra sus nalgas, sigo adentro, afuera, adentro, afuera, la estoy
follando duro, sé que me estoy portando como todo un salvaje, pero es
fantástico y sé que a ella le encanta también-.Nunca vas a guardarte nada,
¿verdad? -Casi no puedo ni hablar, lo hago con los dientes apretados.
-¡No!
-Porque
no vas a dejarme nunca, ¿verdad?
-¿Y
dónde coño iba a irme? -grita frustrada cuando sigo embistiéndola y sus nalgas
siguen sonando con mi cuerpo al estrellarme contra ella.
-¡Esa
boca! ¡Dilo, Ava! ¡Dilo!
-¡Dios!
-grita aún más fuerte mientras se tambalea y de inmediato la tomo de la cintura
para sujetarla para que ambos terminemos explotando en un orgasmo alucinante.
-¡Jesús!
-Caigo al suelo y pongo mi espalda en él, arrastrándola conmigo. Su espalda
está contra mi pecho. Pongo mis brazos en cruz, respiro fuerte, mi corazón quiere
salir de mí, trato de calmarme.
-Estoy
jo… -y se calla. Ya sé lo que iba a decir. Por ello, hundo mis dedos en su
parte más débil-. ¡Eh! -protesta porque es muy sensible allí. Ya más calmado,
la envuelvo en mis brazos, inhalando el olor del cuello.
-No
lo has dicho.
-¿El
qué? ¿Qué no voy a dejarte? No voy a dejarte, ¿contento?
-Sí,
pero no me refiero a eso.
-¿Y
a que te refieres? -resoplo fuerte.
-No
importa. ¿Quieres repetir?
Espero
a ver qué va a decir, pero antes suelto una carcajada ahogada.
-Por
supuesto, no me canso de ti -me dice muy seria. Por mi parte, me quedo quieto. Dios,
lo que me acaba de decir es… Es increíble. La abrazo fuerte y lleno de
felicidad
-Me
alegro porque a mí me pasa lo mismo, pero mi corazón ya ha sufrido bastante las
últimas veinticuatro horas con tu desobediencia y tu rebeldía; no sé si podré
resistir mucho mas.
-Debe
ser por la edad -menciona bajito.
-¡Oiga
señorita! -Me volteo y la pongo a ella sobre el suelo al tiempo que me lanzo
encima suyo. Me acerco a su oreja, la muerdo suavemente y le susurro-: Mi edad
no tiene nada que ver -Sigo mordiendo su oreja-. ¡Eres tú! -la acuso, comienzo
a hacerle cosquillas.
-¡No!
-grita desesperada porque quiere escapar, pero yo se lo impido-. ¡Vale, me
rindo!
-Ya
me gustaría. -La suelto.
-Vejestorio
-me dice sonriendo cuando la levanto y la empujo contra la pared. Subo sus
brazos encima de su cabeza, Ava está a punto de reírse, trata de controlarlo,
me está tomando el pelo.
-Prefiero
que me llames “Dios” añado, besándola fuerte, pero ahora también con el alma,
presionándola con mi cuerpo para subirla por la pared.
-Puedes
ser mi dios.
-Señorita,
de verdad que no me canso de ti.
Ava
sonríe.
-Eso
está bien.
-Eres
mi seductora suprema -Recorro su rostro con mis labios y suspiro, feliz-.
¿Tienes hambre? -le pregunto.
-Sí.
La levanto en mis brazos y la siento en el lavamanos.
-Ya te he follado y
ahora voy a alimentarte -Ava frunce el ceño al instante. ¿Habré dicho algo
malo? Abro el grifo de la ducha-. Adentro
-Le tiendo mi mano, entramos juntos a la ducha-. Esto me mata -Agarro la
esponja.
-¿Qué?
Me
arrodillo delante de su cuerpo y empiezo a enjabonarle sus rodillas y sus
muslos, lentamente.
-Odio
lavarme y dejar de oler a ti -comento apenado. Ava me mira incrédula al tiempo
que
le
paso la esponja por todo su cuerpo y también con todo el amor del mundo. En
ocasiones levanto la vista y veo que me observa, pero yo solo le sonrío. Le
lavo su cabello y luego Ava hace lo mismo conmigo, y mientras me enjabona me va
dando besitos en cada parte que ha enjabonado, Mmm, me derrito, este baño no lo
voy a olvidar nunca. Más bien, espero repetirlo una y otra vez. Cuando ya
estamos listos para salir del baño la envuelvo en una toalla blanca y suave. La
beso por todos lados. Le regalo besos suaves, luego la abrazo por sus hombros y
la llevo al dormitorio.
-Ponte
algo de encaje -Voy al vestidor, me pongo una pijama verde a rayas, muy cómoda,
salgo del vestidor y le digo-: Te veo en la cocina, ¿de acuerdo?
-De
acuerdo.
Le
guiño un ojo y bajo para hacer el pedido, pero antes voy a buscar mi mantequilla
de cacahuate, hace mucho que no como un poco. Al rato, veo a Ava todavía envuelta
en la toalla. Cierro la nevera cuando ella me dice:
-No
encuentro mis cosas.
La
miro de arriba hacia abajo.
-Cathy
tiene el día libre y la nevera está vacía. Voy a encargar comida. ¿Qué te
apetece?
-Tú
-Me sonríe. Le devuelvo la sonrisa, le arranco la toalla y la tiro al suelo.
Babeo mirando su cuerpo porque es una delicia para mis ojos. Simplemente, es
preciosa.
-Tu
dios debe alimentar a su seductora. El resto de tus cosas están en ese enorme arcon de madera que metiste en mi dormitorio. ¿Qué te apetece comer? -Ava se
encoje de hombros.
-Soy
fácil.
-Lo
sé, pero… ¿Qué que te apetece comer?
-Solo
soy fácil contigo -acota serena.
-Más
te vale. Ahora dime, ¿qué te apetece comer?
-Me
gusta todo, elige tú. ¿Qué hora es?
-Las siete. Ve a secarte el pelo antes de que me
olvide de la cena y vuelva por ti. -La volteo y le doy una palmada en su hermoso
culo antes de que se vaya.
Los
minutos transcurren y ya han pasado muchísimos para mi gusto. Ya me estoy
impacientando. Tiene casi cincuenta minutos arriba hasta que por fin la veo
bajar.
-Iba
a buscarte -menciono mientras sirvo nuestra comida en dos platos-. Me gusta tu
camiseta.
-Kate
no me ha metido ropa de estar en casa.
-¿Ah
, no? -Se me pasó por alto ese detalle porque fui yo el que empacó y no Kate. Solo levanto
una ceja y hago como que no es conmigo la cosa-. ¿Dónde quieres comer?
-Soy
f… -Ava se calla de golpe.
-Solo
conmigo, ¿sí? - le recuerdo, sonriéndole. Tomo la botella de agua y los platos-.
Vamos a comer, nena -Le señalo el sofá gigante, me encanta mi apartamento, Ava
lo hizo muy bien, pensó en todo. Le ofrezco su plato, pedí comida china, es la
mejor de Londres, sabe exquisito. Le doy al control remoto y abro el mueble
apareciendo la TV gigante, éste si lo compre yo, lo cambie por el que estaba,
era bueno pero yo lo quería todavía más grande para ver, en especial, los
deportes-. ¿Quieres ver la televisión o prefieres música y conversación? -le pregunto,
sonriéndole. Tiene la boca llena de comida, traga primero y dice:
-Música
y conversación, por favor.
Pongo
una canción suave. Ava y yo nos acomodamos, es increíblemente cómodo este sofá.
-¿Esta
bueno? -La veo disfrutar su comida, tenía hambre, tengo que estar más pendiente
de su comida.
-Muy
bueno. ¿Cocinas?
-La
verdad… No.
-¡Señor
Ward! ¡Sabía que había algo que no se le daba del todo bien!
-No
puedo ser excepcional en todo -le hablo serio cuando Ava levanta sus cejas. Sí,
lo reconozco, soy un engreído con lo que sé hacer y, por supuesto, con mi
físico. Esto siempre me lo afirman las mujeres, siempre me ha ayudado a
conseguir muchas cosas, claro, esto solo lo pienso porque ni loco se lo digo a
Ava.
-¿La
asistenta te hace la comida?
-Cuando
se lo pido, pero casi siempre como en la mansión.
-¿Cuántos
años tienes?
Mierda,
otra vez con eso.
-Alrededor
de treinta, más o menos -Me meto en la boca el tenedor lleno de comida. La miro
mientras mastico.
-Más o menos -repite Ava.
-Sí,
más o menos -Y sonrío a medias porque sé que no se va a rendir hasta que lo
sepa-.¿Ava?
-La estoy observando, piensa mucho y eso no es bueno, menos para mí.
-¿Sí?
-¿Soñando
despierta? -Me preocupa que lo haga.
-Perdona,
estaba muy lejos de aquí.
-Ya
me había dado cuenta -Tomo mi plato y lo dejo en una mesita-. ¿Y dónde se
supone que estabas? -La atraigo hacia mí, y ella se me acurruca a mi lado más
relajada.
-En
ninguna parte.
La
coloco bajo mi brazo, ella apoya sus mejillas en mi pecho y estira las piernas
en mi regazo, me olfatea. Procuro hacer lo mismo, cada acto suyo también es el
mío.
-Me
encanta tenerte aquí -le digo, tomando mechones de su pelo.
-A
mí también me encanta estar aquí.
-Bien,
entonces… ¿Te quedas?
-Sí,
pero respóndeme lo que quiero saber. ¿Cómo te la hiciste? -Me está rozando la
cicatriz, le tomo la mano para que se detenga.
-Ava,
de verdad que no me gusta hablar del tema.
-Perdona.
Noto
que se siente mal, pero es que no me gusta hablar de eso, es un muy mal
recuerdo de mi juventud y Ava no debe contagiarse con ese pasado. Tomo su mano
y le beso la palma.
-Por
favor, no me pidas perdón. No es nada que importe aquí y ahora, desenterrar mi
pasado no sirve más que para recordármelo.
-¿A
qué te referías cuando dijiste que las cosas son más llevaderas cuando estoy
aquí?
La
tomo por la nuca, pegándola más a mí.
-Significa
que me gusta tenerte cerca. -Me besa tiernamente en el centro de mi pecho y se
acurruca como un gatito. Es adorable. Juro por Dios que esto es felicidad pura.
Quiero tenerla siempre así, conmigo, pero primero debo cerrar muchas cosas de
mi pasado, situaciones y hechos que puedan alejarla de mí. Sí, lo primero será
hablarle de la mansión, ya el tiempo se está terminando. No quiero hablarle de
mi familia ni de nada que tenga que ver con mi pasado. La verdad, espero no tener que hacerlo
nunca.
La
mansión siempre ha sido importante para mí, pero de un tiempo hasta la fecha la
siento distinta, como si fuera la causa de mis preocupaciones, y eso me hace
verla desde otra perspectiva. En parte, me siento más culpable ya que puede ser
un negocio como cualquier otro, el problema es saber que lo he usado demasiado
en mi beneficio. Si Ava se enterara de las orgías y de todo lo que allí ha
ocurrido…¡Mierda!...Me va a odiar. Pero es como dicen mis amigos, nadie se lo
va a decir. Ella y yo no nos conocíamos en ese tiempo, todos tenemos una vida,
solo debo explicarle lo que es el hotel, solo espero que le baste mi
explicación, pero ¡Dios! ¿Entenderá?
Para
mí solo importa el ahora sin pasado, solo presente y futuro porque estoy
dispuesto a todo por Ava, a todo.
Ya
me sentía cansado de mi vida, de mi soledad. Es extraño estar rodeado de tanta
gente y sentirme infinitamente solo. Las mujeres me decían que me querían,
quizás algunas si lo sentían, pero… ¡Yo no! Por eso nunca tuve el placer de
sentir algo tan definitivo e impresionante como lo que siento por ella, porque
estoy seguro que es amor. Ava es y será mi único y gran amor.
CONTINUARÁ…
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