miércoles, 10 de agosto de 2016

Loco Amor / Capítulo 16




Loco Amor
Fanfic trilogía “Mi Hombre”
Historia original de Jodi Ellen Malpas.


CAPITULO 16


Salimos de Camden  desesperados y mirándonos continuamente, demostrándonos muchas promesas.
La corriente sexual que hay en el carro es casi explosiva. ¡¡Wow!! 


Cuando por fin entramos al estacionamiento del Lusso, solo nos acariciamos las manos, porque si llego a tocarla de seguro me la follo aquí mismo. Hoy, extrañamente, ansío que esto sea lento, muy lento para que no termine jamás.
Entramos al apartamento fundidos en apasionados besos y abrazos. Sí, increíble, pero cierto, estuve a punto de follarla en el ascensor, pero algo me detuvo.  ¿Qué sucedió? Aún me lo estoy preguntando.
Le quito su bolso, lo tiro al suelo y la tomo por la cintura, levantándola. Ava de inmediato me rodea con sus piernas, dándome la bienvenida.  Voy hacia la cocina, tomo el control remoto y empiezo a escuchar “Running up that hill” de Placebo. Ella se pone frenética al oírla, es como si la canción fuera una inyección de más deseo que le quema la piel.
-Te quiero en la cama -le digo mientras voy subiendo rápidamente con ella encima de mí. Acto seguido, percibo el ruido de los zapatos de Ava cómo caen al suelo.  Dejo que allí se queden al tiempo que le doy una patada a la puerta y la bajo lentamente-. Date la vuelta -le susurro al oído con ternura-. Por favor, dime que llevas ropa interior de encaje -Mi voz se oye como si fuese una suplica mientras le desabrocho su vestido-. Te necesito vestida de encaje.
-Es de encaje -me dice bajito cuando doy un profundo suspiro porque…  ¡Quién me iba a decir que la ropa interior de encaje en ella me excitaría más allá de la razón! Le saco el vestido por la cabeza y lo lanzo al suelo, Ava se vuelve y me mira. Estoy muy acelerado, debo calmarme un poco. Acerco mi mano al sujetador, se lo bajo, y con mis nudillos le rozo el pezón con mucha suavidad. Dios, es tan hermosa. Tomo mi franela y me la saco por la cabeza.
-¿Lo has pasado bien? -le pregunto, quitándome los zapatos. No le quito mis ojos de encima, respiro con dificultad, es demasiada la excitación que ya se ha generado entre nosotros. Mierda, y si no me calmo esto no durará nada. No, quiero saborearla, quiero sentirla, quiero disfrutarla.
-Ha sido un día encantador.
-Yo también lo he disfrutado mucho. ¿Quieres que lo hagamos aún mejor?
-Sí -sisea. Está desesperada, lo sé, puedo sentirlo.
-Ven aquí -Da un paso hacia mí, pone sus manos en mi pecho y me mira. Nos contemplamos, veo su amor reflejarse en ellos. Mi Dios, ella me quiere, me desea. Por lo tanto, la beso muy profundamente con reverencia, con pasión cuando Ava gime y me toma por el pelo. Me encanta que haga eso. La levanto, ella se agarra y la apoyo contra mí, lo hacemos sin despegar nuestras bocas que bailan un tango con nuestras lenguas. Nos acariciamos y quedamente la subo a la cama, le levanto sus manos por encima de la cabeza, quiero que las deje allí. Dejo de besarla y me siento para observarla todavía más-. Podría quedarme aquí sentado todo el día viendo cómo te arqueas y revuelves con mis caricias -Voy tocando sus pezones, los pellizco y los estiro con mis dedos, están endurecidos y erectos para mí, casi no puedo respirar al sentirlos y anhelarlos-. No te muevas -Me levanto de la cama y en el camino le quito sus bragas. Luego de ello, me desabrocho la bragueta de mi pantalón, me lo bajo y de un puntapié lo retiro. Acto seguido, hago lo mismo con mi boxer dejando al descubierto mi polla en saludo firme. La miro y veo su mirada brillante de deseo, de satisfacción, de absoluto entusiasmo. Vuelvo a la cama, le abro las piernas y paso mi lengua por el centro de su sexo.
-¡Dios, Dios, Dios! -dice Ava, cubriéndose la cara. Empieza a girar su cadera contra mi boca al tiempo que meto la lengua, la saco, hago giros y vuelvo a meterla una y otra vez-. Huele y sabe delicioso, a mujer sana, limpia… Mmm, me fascina.
Ava se desespera girando más y más su cadera. Le presiono su vientre para que no se levante, no quiero perder contacto alguno con ella porque está muy excitada. Por lo tanto, retiro un poco mis labios, soplo su sexo y vuelvo a lamerla, succiono, Ava toma mi pelo y explota en un orgasmo muy intenso, colosal, levanta la cadera y deja ir su placer. Joder, cierro mi boca y sigo succionando todas y cada una de sus palpitaciones, está temblando. Solo puedo gemir de placer al verla así.
-Hummmm, noto como palpitas contra mi lengua, nena -No responde, está ida. Comienzo a besarle el interior de sus muslos, vuelvo a acercarme y tomo su clítoris con mis dientes y con mucha suavidad. Ella se estremece mientras yo me río y comienzo a besarla. Llego a sus labios y la hago saborear su orgasmo sin cesar de mirarla. Luego, la olfateo, meto mi cara en su cuello y suspiro al tiempo que mi polla palpita contra ella. Ava se mueve y me acomoda justo en la entrada de mi paraíso-. Me cabreas hasta la locura, señorita, le susurro con mi cara todavía en su cuello. Levanto mi cadera y me voy introduciendo en ella. Gimo. ¡Qué sensación por Dios! Es aterciopelada, cálida, exquisita. Ava también gime.


Tomo su pierna, deslizo mi brazo bajo su rodilla y la acomodo encima de mi hombro. Voy hacia ella apoyándome en mis antebrazos muy lentamente, me retiro, entro, y mientras lo hago la miro fijamente sin siquiera parpadear.
-Lo siento. -Me tiene agarrado por el pelo.
-Ava, todo lo que hago, lo hago para protegerte y mantenerme cuerdo, hazme caso, por favor - Sigo embistiéndola lentamente, girando mi cadera y llegando a lo más profundo de su ser-., Te necesito. Te necesito de verdad, nena -Me mira como si no comprendiera lo que le estoy diciendo.
-¿Por qué me necesitas?
-Te necesito y ya está. No me dejes, por favor.
-Dímelo -replica ansiosa.
-Acéptalo y bésame -Sigo con mis arremetidas lentas, ondulantes-. Bésame, Ava -Se acerca a mi cara y me besa, regalándome un beso colmado de amor y que sabe a amor. Adoro cuando me besa así porque es cuando siento que de verdad me quiere.
-Jesse… -jadea.
-Aún no, nena -Y me clavo en ella hasta el fondo cuando me inserta sus uñas en mi espalda. -¡Joder! -gruñe al instante, saliendo a mi encuentro. No va a aguantar, es demasiado receptiva.
-Juntos -le digo en su boca. Ella asiente y yo aumento mis arremetidas. Sí, ya estoy listo para recibir mi ración de éxtasis-. Ya casi estoy, nena -le hablo, gimiendo.
-¡Jesse!
-Aguanta, aguanta un poco -le hablo con suavidad, sumergiéndome en ella. Empujo rotando y grito. ¡Jesús! ¡Esto es el cielo! Entro y salgo con más fuerza, tiemblo dentro de ella cuando ambos engullimos nuestro placer. Joder, esto es lo que llaman felicidad, hacer el amor con alguien que se quiere. Definitivamente, es lo mejor del mundo.
Siento el latir fuerte de su corazón mientras Ava me da besos de ternura como si me venerara, pero de pronto… siento su rostro húmedo.


-¿Que ocurre, Ava?
-Nada -responde y luego me pregunta-: ¿Qué es esto?
Aún sigo dentro de ella.
-¿Qué es qué?
-Me refiero a ti, a mí.
 La miro sintiendo mi amor por ella, pero no se lo digo.
-Somos solo tú y yo -La beso, tomo su pierna y la bajo. -¿Estás bien? -La quiero. Sí, la quiero y no sé por qué no se lo digo. Debe ser por el susto que cargo encima. Además está el hecho que… tengo que hablarle de la mansión. Mierda, de solo pensarlo me entran escalofríos.
-Sí -Se tensa un poco y solo dice “necesito hacer pis”. Está molesta porque no respondí lo que ella quería que le dijera. Me muerdo el labio, la miro receloso y me retiro. Coño y no quería hacerlo. Dejo que se levante, pero ya me hace falta. Tiende sus brazos hacia atrás, se desabrocha el sujetador y se dirige al baño. Se ve desconcertada. Mierda, tengo que hablar con ella de la mansión, pero no será hoy. No puedo hacerlo ahora.
Dejo que transcurra algo de tiempo y al cabo de unos minutos me dirijo al baño, abro la puerta de par en par, y aun desnudo me sitúo detrás de ella, la tomo por la cintura y reposo mi barbilla en su hombro. No nos quitamos los ojos de encima por un largo rato.
-¿No habíamos hecho las paces? -le pregunto.
-Sí.
-Entonces, ¿por qué estas enfurruñada?
-No estoy enfurruñada -contesta molesta-. Sí, como no, claro que lo está. Suspiro y comienzo a menearle mi cadera contra su trasero, ya estoy otra vez empalmado.
-Ava, eres la mujer más frustrante que he conocido -Al oírme, abre los ojos perpleja-. ¿Me estas ocultando algo a propósito, señorita?
-No -me susurra mientras inicio mis caricias entre sus muslos con las palmas de mis manos arriba y hacia abajo. Ava hace su cabeza a un lado para darme la bienvenida a su cuello, le beso el cuello, la cara y deslizo mis labios también por su oreja.
-¿Lo deseas de nuevo? -Le lamo la oreja y a la vez le acaricio su sexo, todo al mismo tiempo.
-Te necesito.
-Nena, no sabes lo feliz que me hacen esas palabras. ¿Siempre?
-Siempre -me confirma. Vaya, lo que me acaba de decir es el más grande de los estímulos para mí porque me encanta que me necesite-. Joder, necesito ahora mismo estar dentro de ti -Tiro de ella hacia mí y coloco mi polla en su entrada, la lleno hasta el fondo dando un grito por el enorme placer que me invade el hacerla mía.
-Ah ¡Mierda, Jesse! -Se agarra firme del lavamanos porque la embisto casi con furia.
-¡Esa ….boca! -Y sigo moviéndome a un ritmo frenético, ondulante, posesivo, pareciera que lo hago con rabia, pero no, es de puro placer. Ava deja caer su cabeza hacia atrás cuando la tomo de los hombros-. ¡Mírame! -le grito y le doy más fuerte contra sus nalgas, sigo adentro, afuera, adentro, afuera, la estoy follando duro, sé que me estoy portando como todo un salvaje, pero es fantástico y sé que a ella le encanta también-.Nunca vas a guardarte nada, ¿verdad? -Casi no puedo ni hablar, lo hago con los dientes apretados.
-¡No!
-Porque no vas a dejarme nunca, ¿verdad?
-¿Y dónde coño iba a irme? -grita frustrada cuando sigo embistiéndola y sus nalgas siguen sonando con mi cuerpo al estrellarme contra ella.
-¡Esa boca! ¡Dilo, Ava! ¡Dilo!
-¡Dios! -grita aún más fuerte mientras se tambalea y de inmediato la tomo de la cintura para sujetarla para que ambos terminemos explotando en un orgasmo alucinante.
-¡Jesús! -Caigo al suelo y pongo mi espalda en él, arrastrándola conmigo. Su espalda está contra mi pecho. Pongo mis brazos en cruz, respiro fuerte, mi corazón quiere salir de mí, trato de calmarme.
-Estoy jo… -y se calla. Ya sé lo que iba a decir. Por ello, hundo mis dedos en su parte más débil-. ¡Eh! -protesta porque es muy sensible allí. Ya más calmado, la envuelvo en mis brazos, inhalando el olor del cuello.
-No lo has dicho.
-¿El qué? ¿Qué no voy a dejarte? No voy a dejarte, ¿contento?
-Sí, pero no me refiero a eso.
-¿Y a que te refieres? -resoplo fuerte.
-No importa. ¿Quieres repetir?
Espero a ver qué va a decir, pero antes suelto una carcajada ahogada.
-Por supuesto, no me canso de ti -me dice muy seria. Por mi parte, me quedo quieto. Dios, lo que me acaba de decir es… Es increíble. La abrazo fuerte y lleno de felicidad
-Me alegro porque a mí me pasa lo mismo, pero mi corazón ya ha sufrido bastante las últimas veinticuatro horas con tu desobediencia y tu rebeldía; no sé si podré resistir mucho mas.
-Debe ser por la edad -menciona bajito.
-¡Oiga señorita! -Me volteo y la pongo a ella sobre el suelo al tiempo que me lanzo encima suyo. Me acerco a su oreja, la muerdo suavemente y le susurro-: Mi edad no tiene nada que ver -Sigo mordiendo su oreja-. ¡Eres tú! -la acuso, comienzo a hacerle cosquillas.


-¡No! -grita desesperada porque quiere escapar, pero yo se lo impido-. ¡Vale, me rindo!
-Ya me gustaría. -La suelto.
-Vejestorio -me dice sonriendo cuando la levanto y la empujo contra la pared. Subo sus brazos encima de su cabeza, Ava está a punto de reírse, trata de controlarlo, me está tomando el pelo.
-Prefiero que me llames “Dios” añado, besándola fuerte, pero ahora también con el alma, presionándola con mi cuerpo para subirla por la pared.
-Puedes ser mi dios.
-Señorita, de verdad que no me canso de ti.
Ava sonríe.
-Eso está bien.
-Eres mi seductora suprema -Recorro su rostro con mis labios y suspiro, feliz-. ¿Tienes hambre? -le pregunto.
-Sí.
La levanto en mis brazos y la siento en el lavamanos.
-Ya te he follado y ahora voy a alimentarte -Ava frunce el ceño al instante. ¿Habré dicho algo malo? Abro el grifo de la ducha-. Adentro -Le tiendo mi mano, entramos juntos a la ducha-. Esto me mata -Agarro la esponja.
-¿Qué?
Me arrodillo delante de su cuerpo y empiezo a enjabonarle sus rodillas y sus muslos, lentamente.
-Odio lavarme y dejar de oler a ti -comento apenado. Ava me mira incrédula al tiempo que
le paso la esponja por todo su cuerpo y también con todo el amor del mundo. En ocasiones levanto la vista y veo que me observa, pero yo solo le sonrío. Le lavo su cabello y luego Ava hace lo mismo conmigo, y mientras me enjabona me va dando besitos en cada parte que ha enjabonado, Mmm, me derrito, este baño no lo voy a olvidar nunca. Más bien, espero repetirlo una y otra vez. Cuando ya estamos listos para salir del baño la envuelvo en una toalla blanca y suave. La beso por todos lados. Le regalo besos suaves, luego la abrazo por sus hombros y la llevo al dormitorio.
-Ponte algo de encaje -Voy al vestidor, me pongo una pijama verde a rayas, muy cómoda, salgo del vestidor y le digo-: Te veo en la cocina, ¿de acuerdo?
-De acuerdo.
Le guiño un ojo y bajo para hacer el pedido, pero antes voy a buscar mi mantequilla de cacahuate, hace mucho que no como un poco. Al rato, veo a Ava todavía envuelta en la toalla. Cierro la nevera cuando ella me dice:
-No encuentro mis cosas.
La miro de arriba hacia abajo.
-Cathy tiene el día libre y la nevera está vacía. Voy a encargar comida. ¿Qué te apetece?
-Tú -Me sonríe. Le devuelvo la sonrisa, le arranco la toalla y la tiro al suelo. Babeo mirando su cuerpo porque es una delicia para mis ojos. Simplemente, es preciosa.
-Tu dios debe alimentar a su seductora. El resto de tus cosas están en ese enorme arcon de madera que metiste en mi dormitorio. ¿Qué te apetece comer? -Ava se encoje de hombros.
-Soy fácil.
-Lo sé, pero… ¿Qué que te apetece comer?
-Solo soy fácil contigo -acota serena.
-Más te vale. Ahora dime, ¿qué te apetece comer?
-Me gusta todo, elige tú. ¿Qué hora es?
-Las  siete. Ve a secarte el pelo antes de que me olvide de la cena y vuelva por ti. -La volteo y le doy una palmada en su hermoso culo antes de que se vaya.
Los minutos transcurren y ya han pasado muchísimos para mi gusto. Ya me estoy impacientando. Tiene casi cincuenta minutos arriba hasta que por fin la veo bajar.
-Iba a buscarte -menciono mientras sirvo nuestra comida en dos platos-. Me gusta tu camiseta.
-Kate no me ha metido ropa de estar en casa.
-¿Ah , no? -Se me pasó por alto ese detalle porque fui yo el que empacó y no Kate. Solo levanto una ceja y hago como que no es conmigo la cosa-. ¿Dónde quieres comer?
-Soy f… -Ava se calla de golpe.
-Solo conmigo, ¿sí? - le recuerdo, sonriéndole. Tomo la botella de agua y los platos-. Vamos a comer, nena -Le señalo el sofá gigante, me encanta mi apartamento, Ava lo hizo muy bien, pensó en todo. Le ofrezco su plato, pedí comida china, es la mejor de Londres, sabe exquisito. Le doy al control remoto y abro el mueble apareciendo la TV gigante, éste si lo compre yo, lo cambie por el que estaba, era bueno pero yo lo quería todavía más grande para ver, en especial, los deportes-. ¿Quieres ver la televisión o prefieres música y conversación? -le pregunto, sonriéndole. Tiene la boca llena de comida, traga primero y dice:
-Música y conversación, por favor.
Pongo una canción suave. Ava y yo nos acomodamos, es increíblemente cómodo este sofá.
-¿Esta bueno? -La veo disfrutar su comida, tenía hambre, tengo que estar más pendiente de su comida.
-Muy bueno. ¿Cocinas?
-La verdad… No.
-¡Señor Ward! ¡Sabía que había algo que no se le daba del todo bien!
-No puedo ser excepcional en todo -le hablo serio cuando Ava levanta sus cejas. Sí, lo reconozco, soy un engreído con lo que sé hacer y, por supuesto, con mi físico. Esto siempre me lo afirman las mujeres, siempre me ha ayudado a conseguir muchas cosas, claro, esto solo lo pienso porque ni loco se lo digo a Ava.
-¿La asistenta te hace la comida?
-Cuando se lo pido, pero casi siempre como en la mansión.
-¿Cuántos años tienes?
Mierda, otra vez con eso.
-Alrededor de treinta, más o menos -Me meto en la boca el tenedor lleno de comida. La miro mientras mastico.
-Más o menos -repite Ava.   
-Sí, más o menos -Y sonrío a medias porque sé que no se va a rendir hasta que lo sepa-.¿Ava? -La estoy observando, piensa mucho y eso no es bueno, menos para mí.
-¿Sí?
-¿Soñando despierta? -Me preocupa que lo haga.
-Perdona, estaba muy lejos de aquí.
-Ya me había dado cuenta -Tomo mi plato y lo dejo en una mesita-. ¿Y dónde se supone que estabas? -La atraigo hacia mí, y ella se me acurruca a mi lado más relajada.
-En ninguna parte.
La coloco bajo mi brazo, ella apoya sus mejillas en mi pecho y estira las piernas en mi regazo, me olfatea. Procuro hacer lo mismo, cada acto suyo también es el mío.
-Me encanta tenerte aquí -le digo, tomando mechones de su pelo.
-A mí también me encanta estar aquí.
-Bien, entonces… ¿Te quedas?
-Sí, pero respóndeme lo que quiero saber. ¿Cómo te la hiciste? -Me está rozando la cicatriz, le tomo la mano para que se detenga.
-Ava, de verdad que no me gusta hablar del tema.
-Perdona.
Noto que se siente mal, pero es que no me gusta hablar de eso, es un muy mal recuerdo de mi juventud y Ava no debe contagiarse con ese pasado. Tomo su mano y le beso la palma.
-Por favor, no me pidas perdón. No es nada que importe aquí y ahora, desenterrar mi pasado no sirve más que para recordármelo.
-¿A qué te referías cuando dijiste que las cosas son más llevaderas cuando estoy aquí?
La tomo por la nuca, pegándola más a mí.
-Significa que me gusta tenerte cerca. -Me besa tiernamente en el centro de mi pecho y se acurruca como un gatito. Es adorable. Juro por Dios que esto es felicidad pura. Quiero tenerla siempre así, conmigo, pero primero debo cerrar muchas cosas de mi pasado, situaciones y hechos que puedan alejarla de mí. Sí, lo primero será hablarle de la mansión, ya el tiempo se está terminando. No quiero hablarle de mi familia ni de nada que tenga que ver con mi pasado. La verdad, espero no tener que hacerlo nunca.
La mansión siempre ha sido importante para mí, pero de un tiempo hasta la fecha la siento distinta, como si fuera la causa de mis preocupaciones, y eso me hace verla desde otra perspectiva. En parte, me siento más culpable ya que puede ser un negocio como cualquier otro, el problema es saber que lo he usado demasiado en mi beneficio. Si Ava se enterara de las orgías y de todo lo que allí ha ocurrido…¡Mierda!...Me va a odiar. Pero es como dicen mis amigos, nadie se lo va a decir. Ella y yo no nos conocíamos en ese tiempo, todos tenemos una vida, solo debo explicarle lo que es el hotel, solo espero que le baste mi explicación, pero ¡Dios! ¿Entenderá?
Para mí solo importa el ahora sin pasado, solo presente y futuro porque estoy dispuesto a todo por Ava, a todo.
Ya me sentía cansado de mi vida, de mi soledad. Es extraño estar rodeado de tanta gente y sentirme infinitamente solo. Las mujeres me decían que me querían, quizás algunas si lo sentían, pero… ¡Yo no! Por eso nunca tuve el placer de sentir algo tan definitivo e impresionante como lo que siento por ella, porque estoy seguro que es amor. Ava es y será mi único y gran amor.
CONTINUARÁ…


**Fanny Rebellón.

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