Loco Amor (Obsesión)
Fanfic trilogía “Mi Hombre”
Historia original de la autora Jodi Ellen Malpas.
CAPITULO 13
Me doy mi buena ducha, pero mi cabeza no
deja de maquinar que voy a hacer para evitar que Ava salga sin morir en el
intento. Sonrío. Me estoy volviendo dramático, pero la verdad es que me vuelve
loco solo pensar que le pueda pasar algo. En parte es algo de egoísmo, no
quiero compartirla con nadie, pero sé que eso es prácticamente imposible de
llevarlo a cabo. Y hay otro gran problema que todo el mundo… Bueno, al menos
los que me conocen saben que Ava está conmigo, saben que ella es mi talón de
Aquiles y debido a ello pueden intentar hacerle daño. Por el lado de Ava no hay
problemas, ella llevaba su vida normal sin complicaciones, sin temores, por eso
no me entiende que soy yo el que lleva esa carga pesada encima y pueden hacer
que lo pague ella por mí, todo con tal de hacerme daño. Pero ni por el diablo
me voy a quedar de brazos cruzados, voy a llamar a mis contactos para tenerla cuidada,
no me confío de nadie, no con mi Ava quien, por cierto, no ha subido. Me dejó
con las ganas de darle una buena follada. Sonrío y salgo de la ducha. Me pongo
algo cómodo y bajo para averiguar qué la
entretiene.
Voy en la mitad de las escaleras y la
diviso en el piso ¿Qué hace? Por fin llegaron todos sus vestidos. ¡Me encanta!
-Hola, nena, te estaba esperando. ¿Qué haces?
-Me señala las bolsas frustrada y algo enfurruñada-. Ah… ¿Ya han llegado? -Y me
tiro a su lado-. Mírame -le ordeno, y cuando lo hace le pregunto-: ¿Qué
problema hay?
-Esto es demasiado -protesta-, solo te
quiero a ti. -Sonrío feliz porque siempre me derrito cuando habla así.
-Me alegro, pero nunca he tenido a nadie
con quien compartir mi dinero, Ava. Por favor, dame ese gusto.
-La gente va a pensar que me casé
contigo por tu dinero -me replica-, ya he oído algo parecido.
-Me importa una mierda lo que la gente
piense, solo me interesa lo que pensamos tú y yo -hago que me mire-, así que
cállate.
-No te va a quedar dinero si sigues
gastándotelo como lo hiciste ayer.
-Ava, he dicho que te calles.
-Oblígame -me desafía sonriendo y al
instante me tiro encima de ella, comiéndomela a besos. Y allí, en medio de
paquetes, bolsas y vestidos le hago el amor.
Pasamos un día fantástico. La ayudé a
acomodar toda su ropa al frente de la mía, sus zapatos y carteras y todos sus
accesorios, todo en medio de besos y apretujones. ¡Carajo! Me siento feliz,
pues mi mujer tiene que lucir como la mejor. Me encanta verla bien vestida,
verla preciosa todo el tiempo y en las noches encaje… Mmm… Pero como siempre la
felicidad no es eterna…
Va cayendo la noche y Ava se está
preparando para salir. ¡Mierda! La veo cómo se pavonea recién salida de la
ducha. Voy a hacer otro intento. Por lo tanto, me pongo mis bóxer que se
ajustan al cuerpo, sé que a las mujeres les encanta, no veo por qué no le gustaría
a Ava. La he pillado comiéndome con los
ojos varias veces. Me aparezco cuando se está secando el cabello. ¡Mierda! No
puede ser que no haya podido impedir su salida. Se dirige al espejo para
maquillarse y le hago la mejor exhibición de mi cuerpo, subo mis brazos los
pongo bajo mi cabeza, he visto a muchas derretirse cuando me ven en esta pose.
“Coño, modesto el niño ¿no? Así que le hago mi show privado, por un rato, luego
me pavoneo con mi Armani y nada ¡Coño!
Luego, entra al baño y no se tarda nada;
sale corriendo y comienza a buscar su ropa interior. No me jodas, no me aguanto
y la agarro, la tiro sobre la cama quitándole la toalla en el trayecto. ¿Va a
salir? Okay, pero voy a marcarla como mía. La pongo en posición de rodillas, le separo las piernas y la
aseguro por la cintura.
-No te vas a correr -y paso mis dedos
por su sexo, tengo que humedecerla para lo que tengo planificado-. Esto es para
mi propio beneficio, no para el tuyo -le digo entre dientes, trazando círculos
alrededor de su ano, debo lubricarlo. Pero Ava se tensa al ver mis intenciones-.
Relájate, Ava. No quiero hacerte daño -Meto mis dedos, pero ella sigue muy
tensa. Y grita.
-¡¡Jesse!!
-¡Relájate! -Me pongo en su entrada,
pero Ava se queja-. ¡Maldita sea, Ava! -me exaspero-. ¡Deja de resistirte!
-Vas a dejarme a medias ¿verdad? ¿No vas
a dejar que acabe? -me dice desesperada.
-Eso pretendo, nena -Y le doy una buena
nalgada-. ¡Relájate!
-¡No puedo!
Sé que le dolió un poco la nalgada,
entonces estiro mi brazo y comienzo a acariciar su clítoris.
-¡Ahhhh
Así se relaja, conozco cada rincón de su
cuerpo, está excitada y disfrutando de mis caricias. Se mueve, ya quiere
acabar, pero ni de coña la voy a dejar. Me agarra la mano, pero yo la retiro.
-¡No! -grita frustrada y muy molesta.
-Sí -Vuelvo a meter mis dedos y con mi
pulgar le rozo el clítoris, ya que lo que quiero es su humedad, la cual voy
extendiendo hacia su trasero.
-¡No! ¡Para, Jesse!
Pero voy empujando ante sus negativas.
-¡Por favor!
Sé cómo hacerlo para que no sufra.
-Sabes que te encanta, Ava -empujo y por
fin la penetro muy lentamente, todo es controlado, mi larga experiencia me lo
ha enseñado, me sé todas las reglas. Mmmm… Esto es el paraíso.
-Joder, Ava, me encanta estar dentro de
ti -empujo más aun y solo jadeo, esto es divino, ella es divina, pero si quiere
su orgasmo tiene que quedarse conmigo, aquí en el apartamento-. Cógete de la cabecera -Agarra una de las
barras de madera de la cama, suelta un alarido pues la he penetrado más. Entro
y salgo, entro y salgo, ya estoy a punto de acabar-. ¿Estás bien cogida?
-¡Sí!
Mírala cómo me contesta, le doy otra
nalgada cuando grita molesta. Y vuelvo a entrar con otra potente estocada
mientras grita de nuevo.
-¡Agárrate bien, Ava! -Me meneo con suavidad, está casi
lista, pero no la voy a dejar acabar.
-¡Por favor, Jesse! -me ruega.
-Te gusta, ¿verdad? -le digo con voz
lasciva.
-Sí.
-Te gusta que te folle con fuerza,
¿verdad, Ava?
-¡Sí!
-Sí, sé que te gusta -Quito mis manos de
sus caderas y la tomo por los hombros embistiéndola de nuevo. Grito de placer.
Bajo mi mano y acaricio su delicioso clítoris. Ava grita, está desesperada
persiguiendo su orgasmo, empuja hacia mí, meneándose rápido para lograrlo-. ¡De
eso nada! –grito, aparto mis dedos y saco mi polla de su culo.
Ava grita de rabia, le quito las manos
de la cabecera, la volteo y la tumbo con la espalda en la cama, me subo a
ahorcadas sobre ella, le agarro los brazos a los lados del cuerpo con mis
rodillas y me empiezo a masturbar, ella quita la vista.
-¡Abre los ojos, Ava ! –grito nuevamente
y agarro su punto débil. Grita de nuevo y se retuerce.
-¡Eres un cabrón! -vocifera mirándome
feo-. ¡Pienso cogerme el pedo del siglo esta noche!
-No lo harás -Le encanta provocarme, pero
continúo masturbándome. Ya estoy listo y
la veo apretar la boca.
-¿Quieres correrte? -le pregunto todo
sudado.
-¡Voy a salir! -ladra cabreada, ya sabe
por dónde voy.
-Eres muy testaruda -Me agacho, tomo mi
esencia y la extiendo por todo su torso. Mi misión aquí ha terminado. Sonrío a
medias, me inclino y la beso. Ava abre la boca sin pensarlo, gime aún
desesperada, pero me levanto y la dejo así, bien picada cuando sacude su cabeza
y se pone boca abajo. Me río y le doy otra nalgada-. ¡No te duches! -Sé que a
veces abuso un poco, pero me desespera. ¡Por qué, coño, no me quiere entender!
-¡No me da tiempo! -me grita mientras me
subo muy tranquilo los interiores.
Se queda refunfuñando de frustración al
tiempo que me dirijo al baño y me lavo. Bajo luego a esperar a que salga, pero
en un lugar que ella no me vea.
La veo al rato saliendo de puntillas,
mirando a todas partes, si ella cree que va a salir con ese taparrabos… ¡Está
loca!
-¡Ni de coña vas a salir con eso puesto!
Coño es rápida, pone la quinta y sale
pitada hacia la puerta, cierra dando un tremendo portazo. ¡Mierda! Si cree que
se me va a escapar, no me conoce.
Cuando abro la puerta, ya está dentro
del ascensor y la muy descarada me lanza un beso y sacude su mano con su
sonrisa de burla. Estoy cabreado. Cómo se nota que no me conoce aun. ¡Coño! Bajo
de tres en tres las escaleras. ¡Diablos! Voy casi desnudo, pero me importa una
mierda. Corro como alma que lleva el diablo, ni siquiera siento lo duro del
suelo del estacionamiento, ella me ve y frena con su cara llena de risa. Lo
dicho, ¡me va a dar un puto infarto! La agarro y la subo en mi hombro, le
sujeto el vestido para taparle el culo y doy vuelta con ella hacia el Lusso. A mí
no me jode, ¡coño!
Maldita suerte la mía que he ido a
enamorarme perdidamente de la mujer más imposible de todo el maldito universo.
-Buenas tardes, Clive.
-Señor Ward -nos saluda y ya ni nos para
bolas, ya que está acostumbrado a nuestros shows-. Hola, Ava.
-¡Hola Clive! -le dice riendo. Por mi
parte, entro al ascensor e introduzco el código. ¡Cómo es posible que me esté
pasando esto!
-¿Todavía no has cambiado el código? -Y
la muy sinvergüenza me pasa la mano por la espalda y luego la mete dentro de
mis interiores y me pellizca.
-Cállate, Ava.
-¿Somos amigos?
-¡No! -Y la nalgueo de nuevo mientras
grita-. No juegues conmigo, preciosa. A estas alturas deberías saber que yo
siempre gano.
-Lo sé. Te quiero.
-Yo también te quiero, pero eres
terriblemente puñetera.
La llevo al cuarto y hago que se quite
ese vestido. Se ve divina, pero solo para mis ojos, y también demasiado
tentadora. Hasta que no la veo salir como se debe no me aparto de su lado, y
menos cuando veo que no lleva su anillo. ¿Pero? ¿Por qué? El collar si no hubo
manera, y en parte tiene razón, la pueden atacar para robarle. Me decido y yo
mismo la llevo.
Llegamos a la casa de Kate, me bajo para
que suba en la parte de atrás.
-¡Vaya! Éste me gusta mucho más que el Porche
-se acomoda-, no le digan a Samuel que he dicho eso. Bueno, enséñamelo.
-¿Qué?
Ava mira a Kate con asombro. Mierda, Ava
me mira.
-¿Ella lo sabía?
-Necesitaba uno de tus anillos para
saber la medida -Me encojo de hombros mirando a la carretera. Ava vuelve a mirar
a Kate.
-¿Lo sabías? -le recrimina.
-Sí, ha sido romántico -Y le estira la
mano a su amiga.
-¡Joder! -Se pega el anillo casi en la
cara-. Menudo pedrusco. ¿Cuándo es la boda? Joder, Ava, ¿se lo has dicho ya a
tus padres?
No le contesta. La miro molesto por el
tono que usa.
-¿Qué tal anoche? -pregunta Ava a Kate,
cambiando el tema.
-Genial.
-¿A qué hora se fueron?
-No me acuerdo -Kate no quiere hablar
con Ava de eso y es porque le da pena con ella y no debería, es su mejor amiga.
Ava nunca la traicionaría
-¿Este interrogatorio tiene alguna razón
de ser?
Me río.
-Creo que Ava quiere saber si se divirtieron
en el piso de arriba después de que nosotros nos fuimos -Ava me fulmina con la
mirada y Kate me da unas palmaditas en mi hombro.
-Eso, amigo mío, no es asunto de
ustedes. Bueno, si lo es, pero no -y se ríe muy malévolamente.
Ava se queda estupefacta al ver el
descaro de Kate, niega con la cabeza, aun no lo puede creer. ¡Por eso la amo!
Ella es diferente a todas y es ¡mía!
Las llevo al Bar y me bajo para que Kate
salga del carro.
-¡Voy pidiendo las bebidas! -dice Kate y
entra bailando.
Estoy muy molesto y espero a que ella se
me acerque. Miro al portero, lo saludo y le hago mi señal. Él ya sabe lo que
hay que hacer.
No me aguanto y cuando ya la tengo cerca
la pego a mi pecho y meto mi cara en su pelo, la olfateo, me encanta su aroma.
-No bebas.
-No lo haré.
Apoyo mi frente a la de ella.
-Lo digo en serio.
-No voy a beber -me lo asegura, pero
solo lo hace para dejarme contentillo.
-Pasaré luego a recogerte. Llámame -retiro
su pelo hacia atrás y la beso con el alma. ¡Mierda! Me siento terrible
dejándola aquí. No quiero, pero tampoco puedo obligarla. Ojalá pudiera evitar
este desespero, esta puta ansiedad cuando no está a mi lado, me lleno de malos
presentimientos, como ahora. Me voy, por ahora, pero no me voy a demorar en
regresar.
Ava me agarra la cara y me besa.
-Te llamaré. Ve a correr o algo -me
dice.
¡Puta vida! Si por mi fuera la agarro
como los hombres de las cavernas y me la llevo a casa. Voy al Lusso rapidamente,
subo y decido cambiarme, pero primero me doy un baño. Al rato estoy listo y me
voy al Bar. No la voy a molestar, pero si voy a estar pendiente de ella. No sé por
qué, pero no puedo estar tranquilo, hoy más que nunca estoy lleno de malos
presentimientos. ¿O será que me volví pesimista? Pero, coño, no me siento
tranquilo.
Entro al Bar y observo un rato, ella no
me ve. Pasan casi cuarenta minutos y veo que Ava se dirige a la barra, seguro a pedir bebidas, pero se
detiene y se toca la cabeza. Estoy que quemo de la rabia, me dijo que no iba a
beber y ya trastabilla. ¡Coño! Por eso no la quería dejar salir. Me ve a la
distancia y se detiene, pues se está tambaleando. ¡Mierda! No puede ser… ¿Tan
rápido se emborrachó? Pero decide detenerse y nos quedamos mirando, y así me
decido a ir hacia ella y, de pronto, veo que se agarra a una de las mesas y va cayendo
hasta desmayarse. Dios, se me congela la sangre. Corro, tengo taquicardia,
terror, rabia, desesperación, todo junto. Caigo a su lado, derrapando frente a
ella, le muevo su cara con cuidado y la siento muy fría. Por Dios, que no le
pase nada. La cargo cuando Sam y Kate llegan a nuestro lado. Les digo que la
llevo a emergencias, ellos corren detrás de mí, en este momento lo que tengo es
mucha desesperación. Por favor, que no le pase nada.
Camino al hospital mi cabeza va a cien
por hora. ¿Qué le paso? Ella tenía poco
tiempo en el lugar, no puede ser que ya
estuviera en ese estado.
Llego al Hospital más cercano y me
ofrecen una camilla, la rechazo y la cargo, y al entrar me señalan donde debo
dejarla. La deposito suavemente en una camilla en la sala de emergencia.
La atienden, pero no le ven nada, el médico
de guardia está con otro paciente y no ha llegado. La enfermera jefe la chequea
y no le encuentra nada, al menos físicamente. Le ponen oxígeno y dice que hay
que esperar a que reaccione. Me paseo como un energúmeno, mis sentimientos son
una mezcla para estallar. ¿Cómo es posible que beba de esa manera? ¡Coño!
-Jesse, relájate, solo se ha tomado tres
copas. No estaba borracha.
De pronto, Ava comienza a reaccionar. ¡Gracias,
Dios! Ella se aparta un mechón de pelo de su rostro y pone mala cara por tanta
luz.
-¿Ava? -Le agarro las manos con fuerza-.
Ava, nena, abre los ojos -Trata de hacerlo y le cuesta. ¿Qué carajo le pasa?-. ¡¿Quiere
alguien contarme qué COÑO está pasando aquí?! - grito.
Ava por fin abre sus ojos y mira a su
alrededor, me mira a mí y luego se agarra su cabeza como si se le fuese a caer.
-¿Ava, nena? -La observo preocupado,
pero ya me está mirando.
-Hola -habla ronco.
¡Joder, menos mal! La beso por toda la
cara feliz porque despertó, pero ella me aparta.
-Ava, chica, ¿estás bien? -le pregunta
Sam. Ava lo mira, pero no le responde.
-¡¿A ti te parece que está bien?! –grito
nuevamente. Joder, sé que no tiene la culpa pero….
-¡Tranquilízate! -le dice Kate.
-¿Dónde estoy?
-Estas en el hospital, nena -le acaricio
la cara y le beso la frente, en medio de todo siento algo de alivio.
-Necesito ir al servicio -Gruñe tratando
de alejarme, me quita los brazos de encima de ella y se sienta y de inmediato
se agarra la cabeza. ¡Pobrecita, mi amor! Debe dolerle mucho la cabeza. Se
apoya con sus codos en sus rodillas y la cabeza entre sus manos.
-Yo la acompaño -Kate se ofrece-. Vamos,
Ava.
-¡De eso ni hablar! -Ava pone los ojos
en blanco. ¡Qué ni se atreva a replicarme!
-Estoy bien -trata de bajarse pero no ve
sus zapatos, y de todas maneras no la voy a dejar caminar en esas condiciones.
-A mí no me parece, señorita -y la tomo
en mis brazos-. ¿Qué ha sido de los baños en la habitación? -Me volteo y salgo
con ella al pasillo. Ava cierra los ojos, hay demasiada luz.
-¡Vaya! ¿Y ha vuelto en sí? -pregunta la
enfermera.
-Voy a llevarla al servicio -le digo
mascando las palabras.
-Caballero. Por favor, necesitamos una
muestra de orina.
Me freno en seco cuando me entrega un
envase recolector. Llegamos al baño y la pongo en pie, sin soltarla, con una
mano cojo papel, le rocío spray antibacteriano y limpio el asiento. ¡Malditos
hospitales! ¡Dios sabrá cuantas infecciones estarán cosechando aquí!
Le levanto el vestido, bajo sus bragas y
la ayudo a sentarse, aguantando el recipiente plástico debajo de ella. Por fin
descarga y suspira aliviada.
-¿No tienes miedo escénico? -le pregunto
estando en cuclillas delante de ella.
-Me has follado por el culo. Esto no es
nada en comparación a eso.
-Ava, ¿quieres hacer el favor de vigilar
tu puto lenguaje? -le digo algo molesto, pero a la vez aliviado. Un día de
estos le voy a lavar la boca con jabón. ¡Coño!
-Ya he terminado. ¿Te he meado encima?
-No, dame las manos -me las extiende y
se las limpio con gel antibacteriano. La levanto y le subo las bragas, bajo su
vestido y vuelvo a tomarla en brazos. Al salir la enfermera nos mira, solo le
digo-: Está en la cisterna del wáter. -Luego acomodo a Ava sobre la cama.
-Ava ¿qué te ha pasado? -le pregunta su
amiga Kate, se ve preocupada y eso sí que es extraño en Kate.
-No lo sé -le responde.
-¡Yo sí! -Y la miro molesto y acusador
cuando por su parte tiene el tupé de mirarme feo.
-¡No estaba borracha!
-¡Claro, y te desmayaste porque estabas
sobria! ¿No? -le grito cuando hace un gesto de dolor. ¡Diablos! Si seré bruto,
debe dolerle mucho la cabeza y yo vengo y la grito. Al instante, la miro
arrepentido.
-¡No le grites! -la defiende Kate, yo le
lanzo una mirada asesina. Meto mis manos
en los bolsillos y me paseo por la habitación. Sam se retira de mi camino. Coño,
esto no está bien, esto me huele a gato encerrado, pero si es verdad que no
bebió... ¿Por qué se desmayó? ¡Mierda!
Solo bebió un par de copas de vino. Se
ha bebido dos botellas en otras ocasiones y no ha perdido el conocimiento. Kate
se sienta a su lado y le acaricia el brazo.
-¿Habías comido algo antes?
-Sí -le responde Ava y es cierto porque
en todo el día yo me encargué de que comiera lo suficiente. Me freno. ¿Y si…?
-¿Estas embarazada? -La miro fijamente.
-¡No!
Sigo mirándola, sé qué hace días que no
toma la píldora.
-¿Estás segura?
-¡Sí! -grita, y luego hace una mueca de
dolor.
-Solo es una pregunta -y sigo caminando
de un lado a otro.
-¿Que recuerdas? -le pregunta Kate.
-Venga, chica -dice Sam tomando la mano
de Ava. Se la acaricia con su pulgar, intenta hacer memoria.
-No recuerdo nada raro... ¿Por qué están
haciendo una montaña de esto? -Su cara de dolor me da a entender que le duele
mucho. Por lo tanto, me acerco quitando a Sam de su lado, y la miro a los ojos
con furia controlada.
-¡Ava, son las 4 de la mañana! -Cierro
los ojos… Coño, aun no entiende lo que está pasando-. Has estado inconsciente
casi 7 horas, así que no me digas que no haga una montaña de esto.
Ava queda estupefacta. Y es cuando entra
la enfermera y nos lanza una mirada de desaprobación.
-Solo se permite un acompañante en la
habitación, tienen que marcharse.
Ava mira a Kate y Kate a mí, pero ni la
determino, no me pienso mover de su lado. Ahora mira a Kate con cara de
disculpa y Kate solo sonríe, sacudiendo la cabeza.
-Vamos a comer algo -le dice ésta a Sam.
Él asiente, la enfermera los acompaña a la puerta, luego se vuelve y le hace
unos chequeos y observaciones a Ava.
-¿Quieres una taza de té? -le pregunta
la enfermera.
-Si, por favor -responde con una media
sonrisa. Luego me mira a mí, yo niego con la cabeza. Tomo sus manos y pongo mi
frente sobre ellas, estoy cansado, pero más preocupado. Ava se duerme. Al rato
entra el médico.
-Me habían dicho que ya se ha
despertado. -Ava abre los ojos.
-Hola -le dice aun media dormida.
-Soy el Doctor Monvi. ¿Cómo se
encuentra? -Para ser indio habla perfecto el inglés.
-Bien -responde Ava-, pero me duele
mucho la cabeza. Aparte de eso estoy bien.
¿Coño, bien? ¡Cómo dice eso! ¿Qué aun no
ve la gravedad de esto?
-Me alegro dice el médico -El doctor
revisa sus ojos con una linterna, luego la guarda en el bolsillo-. Ava, ¿qué
recuerdas de anoche?
-No mucho -aprieto la mano de Ava, no está
siendo de gran ayuda. De pronto, el médico se voltea, me mira y me pregunta.
-¿Quién es usted?
-Su marido -y lo digo mirando fijamente
a Ava.
-Vaya -El doctor mira el historial-. Aquí
dice señorita O’Shea.
-Nos casamos el mes que viene -y sigo
mirando a Ava, a ver si se atreve a refutarme algo.
-Ah, de acuerdo. Pues, hemos realizado
el examen de orina ordinario -toma una silla, arrastrándola, y se sienta cerca
de Ava.
-¿Cuándo tuvo el último periodo?
-Hace una semana más o menos.
¿Coño, cuándo lo tuvo? Yo ni me enteré.
¿Sería cuando estuvimos distanciados? No, ella dijo una semana y ha estado
siempre conmigo. Esto está raro.
-Bien, de acuerdo, solemos realizar de
manera rutinaria un test de embarazo para determinar que provocó el
desvanecimiento. No está embarazada.
-¿En serio? -Se ve contenta por unos
segundos.
-Bueno, al menos eso parece, si solo hace
una semana del último periodo podría ser demasiado pronto para saberlo con
certeza -le sonríe-. ¿Tomaba la píldora anticonceptiva, Ava?
-Sí -responde seca y algo molesta.
-Entonces, podemos decir con total
seguridad que no está embarazada.
“¡Mierda!”
-Ava, es importante que intente recordar
algo de lo que sucedió, con quien habló, con quien estuvo… -¡Diablos, me erizó
todo!
-¿Qué? ¿Qué está intentando decir?
-Hemos realizado un test más exhaustivo,
teniendo en cuenta sus síntomas.
-¿Síntomas? ¿Qué síntomas? -El médico lo
piensa y al fin lo suelta.
-Hemos hallado restos de “Rophynol” en
su orina.
-¿¡¡QUE!!? -grito, parándome con
brusquedad. Puta vida, me la querían violar y quizá hasta la hubiera m… No, por
Dios, no quiero ni pensarlo-. ¿¡¡Esa no es la droga de los violadores!!? -le grito
al médico.
-Sí -me confirma.
¡Mierda! ¡Mierda! ¿Quién? ¿Cómo?
-¡Me cago en la puta! -grito, casi no
puedo respirar.
-Ava, le aconsejo que lo notifique a la
policía, tiene que contarles todo lo que recuerde -El médico me mira-. Señor,
¿podría confirmar si estuvo sola en algún momento?
¡Mierda! Lo pienso y camino de un lado a
otro. El medico vuelve a mirar a Ava y le dice:
-Tenemos que examinarla para determinar
si la violaron.
-¿Qué? -grita Ava nerviosa.
-No, estuvo sola -le respondo tranquilo-.
Vi como perdía la conciencia y fui corriendo a levantarla -Ava me mira asustada.
-¿Está seguro de esto?
-Sí -le gruño al médico.
-Señor, aun así me gustaría examinarla
por si tiene algún cardenal o algún arañazo.
-La he mirado de arriba abajo. No tiene
ninguna marca -camino rápidamente a la puerta, la abro y llamo.
-Kate... Kate, ¿recuerdas si Ava se quedó
sola en algún momento? Recuerda, por favor, es importante.
-No, Jesse, solo en un momento dado fui
a fumar, pero Tom se quedó con ella. Te juro que ella no quedo sola en ningún
momento.
-Está bien, gracias.
-Jesse, ¿qué pasa? -me pregunta.
-Ahora hablamos -le digo y vuelvo a
entrar.
-Nena, Kate dice que salió a fumar, pero
que Tom estaba contigo. ¿Te acuerdas de eso?
-Sí -responde de inmediato-, pero Tom se
fue al servicio mientras Kate estaba fumando.
-Vale. ¿Y recuerdas qué sucedió durante
el tiempo que estuviste sola?
-Sí, ¿por qué?
-Porque, Ava, no quiero que nadie te
toque si no es necesario. Así que, por favor, has memoria -Aprieto sus manos-.
Antes de que llegara, ¿estabas bien? ¿Te acuerdas de todo?
-Sí.
-Bien -interviene el doctor-, aun así me
quedaría más tranquilo si accediera a que la examinemos.
-No, sé
que no pasó nada. No tengo ninguna magulladura, ni ningún corte.
-Si está completamente segura, no puedo
forzarla.
-¡Por supuesto que no puede forzarla! -le
respondo ácidamente al doctor. ¡Qué ganas de poner sus putas manotas encima de
mi Ava! ¡No me jodas!
-No pasó nada. Lo recuerdo todo hasta
que él llego -Ava me mira-. Me acuerdo de todo –pero lo dice asustada,
temblorosa. Le acaricio la mejilla.
-Lo sé. Te creo.
-De acuerdo.
-Sus constantes vitales están bien -dice
el doctor-. Le dolerá la cabeza un rato, pero eso es todo, se recuperara. En
cuanto tenga lista el alta podrá irse.
-¿Cuánto tiempo tardará? -pregunto
cabreado, quiero largarme y llevármela de aquí ya.
-Señor, estamos en el centro de Londres
y es sábado por la noche. No tengo ni idea.
-Voy a llevármela a casa ahora mismo.
Este puto hospital me importa una mierda.
El doctor se levanta de la silla.
-Está bien –dice. No se conforma pero me
importa un coño, que le ponga las manos a su abuela, porque a mi Ava ¡NO! Unos
segundos después, me llama aparte y me hace unas recomendaciones-. Señor, ella
ahora va a querer dormir, que lo haga, solo le va a doler mucho la cabeza, ya
le doy la receta con lo que puede tomar. Tuvo suerte su novia, lo sabe ¿no? -Asiento
con la cabeza-. Por lo demás, todo está bien, si quiere comer que lo haga, y le
recomiendo que denuncien esto a la policía, esto no fue un juego, querían
hacerle daño.
-Lo sé, doctor, yo me encargo de esto. Gracias.
-Bien, me retiro entonces -El médico se
larga. Me acerco a Ava, quien al verme comienza a llorar.
-Nena, no llores, por favor -la abrazo
con fuerza, así quiero tenerla siempre-. Nena, me volveré loco si lloras -pero
no deja de hacerlo. Yo solo la abrazo y agradezco en voz baja que no le haya
pasado nada grave.
-Lo siento mucho.
-Ava, cállate, por favor -le suplico y
la sigo abrazando, acunándola. Al rato se calma y se seca las lágrimas.
-Estoy bien -respira profundamente y me
aparta-. Quiero irme a casa -Empieza a bajarse de la cama. ¿Qué hace? ¿Ella
cree que la voy a dejar caminar?
-Claro que no -La agarro entre mis
brazos y salgo con ella. Nos topamos con Kate y le ordeno:
-Coge sus cosas, y que la enfermera te
diga que puede tomar.
-¿Qué ha ocurrido? -Se levanta Sam.
-¡La han drogado! -se lo exclamo sin
detenerme.
-¡Joder! -suelta Sam consternado. Ya
Kate viene detrás de nosotros, y lo sé por el ruido de sus tacones al correr.
-¿Qué? ¿Para violarla?
-¡Sí, para violarla! -grito sin parar-.
Voy a llevármela a casa.
Al salir ya es de día, Ava se tapa su
cara, la meto en el DBS y le abrocho el cinturón, pero al querer entrar al
carro Kate me detiene.
-¿Qué vas a hacer? -pregunta preocupada.
-Llevarla a casa, tiene que dormir.
Después hablamos, Kate -Solo me mira la cara de cabreado y asiente, se acerca
al carro y toca el vidrio, haciéndole el gesto a Ava de que la llame.
Ya en camino, Ava se duerme. Dios, ¿quién
querría hacerle daño? Estoy seguro que esto es por mi culpa porque no tiene
enemigos, pero yo sí. Aún así esto es demasiado. Dios es grande, esto podría
haber terminado muy mal.
Al rato, llegamos al Lusso.
-Arriba -Ava abre los ojos y la cargo en
mis brazos.
-¿Señor Ward? -dice Clive preocupado al
vernos-. ¿Va todo bien?
-Estoy bien, Clive -dice Ava.
Ya en el apartamento, la descargo con
suavidad en la cama, la desvisto y ella se relaja por completo al sentirse en
casa, y de una vez se queda dormida. Ahora tengo que pensar en esto. Debo
averiguar ¿qué, quien, y por qué? Me desvisto, me pongo algo cómodo y bajo, y
por un rato camino de un lado a otro. Lo sabía, la quieren separar de mi a como
dé lugar, pero yo no me voy a dar por vencido. Aunque se me vaya la vida
cuidándola. Ahora voy a estar mucho más pendiente de ella.
No aguanto mucho
tiempo en la planta baja y vuelvo a subir con afán para verla. La miro por un
buen rato, no puede ser. ¿Quién quiere hacerle daño? Dios, podían haberla
violado y luego hasta la hubieran matado o mal herido. ¡Puta vida! Ahí sí me
muero. Casos así se han visto y muchos, pero ¿quién? ¿El Danés? ¡No! No lo
creo, sé de qué lado cojea, y el la desea para él. ¡Lo sé! ¿Alguna mujer? Coño,
yo nunca tuve un noviazgo o un
compromiso con nadie, solo con... No, ella está muy lejos, pero esa maldita sí
es de temer. La última vez averigüé que vivía cerca de sus padres y que tiene
una relación, según supe está feliz. La descarto. Dios, pero ¿quién? ¿Sería
algún traficante que la vio tan hermosa y quiso llevársela? ¡Mierda y más
mierda! La cabeza me va a estallar. Mejor mañana hablo con John, él me ayudará
a averiguar, siempre puedo contar con él.
Camino de un
lado al otro, tratando de calmarme, hasta que decido recostarme a su lado,
mirándola. Es tan preciosa, tan inocente... ¡La amo con mi vida!
Me despierto asustado, miro el reloj,
son las 4.30 am. La preocupación no me deja dormir más. Volteo la cabeza y la
veo dormir plácidamente y pienso lo que hubiera pasado en su vida si la
hubieran violado, Dios. Me muero, eso es inaceptable.
Me levanto con sumo cuidado para que no
se despierte. Luego, voy al baño, me cepillo y me lavo la cara. Cuando me la
estoy secando decido darme una ducha, y me meto rápido, a ver si me despejo un
poco, ya que tengo mucho en qué pensar. Me seco y me pongo unos bóxer y un
vaquero, decido bajar, tengo que hacer unas cuantas llamadas.
Ya en la cocina, llamo primero a Jay, el
portero del bar.
-Señor Ward, buenos días. ¿Cómo está su
novia?
-Buenos días, Jay, está durmiendo. Quiero
ver las grabaciones del lugar.
-¿Por qué?
-Porque anoche le dieron a mi futura
esposa Ropynol, Jay, la querían violar, algún hijo de puta quería hacerle daño
y en ese video se puede ver quién es el maldito.
-¡Diablos! Eso sí que no lo sabía, pensé
que estaba borracha.
-Coño, Jay, tenía poco de haber llegado,
no era lógico que se emborrachara tan rápido, tienen que vigilar quien entra en
esa mierda, y además, ten un poco de respeto con lo que dices.
-Disculpe. Pero dígame, ¿cómo evitamos
eso señor Ward?
-Bueno, solo dime si puedes traer el
video, te pago por eso y muy bien, eso tú lo sabes.
-No es por eso, y no se preocupe, más
bien gracias por no ir a la policía, pues nos pueden cerrar el local.
-Esa no es la mejor manera, la policía
en estos casos no sirve para un coño. Ahora dime, ¿a qué hora te espero?.
-Deme una hora y media que tengo que
hacer algo del negocio antes, y luego paso por su apartamento. ¿Le parece bien?
-Qué se le va a hacer. Te espero
entonces, y trae todo, no me cortes el video.
-¿Y para qué iba a hacer eso?
-No sé. Quizás para no comprometer a
algún cabrón de dinero.
-Esa mierda no me importa, tengo
hermanas, y mato al hijo de puta que les quiera hacer un daño.
-Está bien, Jay, te espero.
Monto el café, ya me está doliendo la cabeza.
Tomo mi taza y me siento. También decido llamar a John.
-Jesse, buenos días. ¿Cómo están?
-Mal amigo, anoche paso algo terrible. Estoy
que no me aguanto ni yo mismo.
-¿Qué paso ahora?
-Anoche drogaron a Ava, John. La querían
joder, amigo, la querían violar.
-¡Mierda! ¿Sabes quién fue? ¿Sospechas
de alguien?
-Mi primer sospechoso es el maldito
Danés. Pero amigo, si no llego la agarran y quizás la hubieran ma....
-Cállate, Jesse, no pasó. Pero dime,
¿cómo está ella?
-En este momento está durmiendo, solo
tuvo un dolor de cabeza de los mil demonios, pero durmió bien.
-Bueno, tranquilízate, no te desesperes,
te conozco, se lo que sucede cuando te desesperas. Y también sé lo que quisieras
hacer si pillas quien fue.
-Juro por Dios que les voy a arrancar la
cabeza -Me froto los ojos-. Estoy cerca de hacer eso, John. De verdad que lo
necesito. ¡Joder, qué puta mierda! -De pronto, siento la presencia de Ava, levanto
la vista y allí está. La quedo mirando-. Intenta averiguar algo, por favor. No
iré hasta dentro de unos cuantos días
-Cálmate, Jesse, salúdame a Ava.
-Sí, gracias, grandulón -El teléfono lo
dejo resbalar un poco, pero sigo con el brazo levantado. Me acomodo mejor en el
sillón y veo que Ava se sienta en uno de los escalones, nos miramos fijamente. Dios,
adoro a esta mujer, le pasa algo y me muero, y esto no es drama, así lo siento.
Por lo tanto, decido levantarme y voy hacia ella, subo lentamente sin dejar de
mirarla, quedo más abajo que ella, siento alegría porque está bien y a la vez
siento una rabia profunda por el maldito que quiso hacerle daño.
-Si vas a gritarme, creo que será mejor
que me vaya -me dice.
-Ya he gritado suficiente -le respondo-.
¿Como estas?
-Bien -se mira a los pies, está en ropa
interior. La veo incomoda.
-¿Mas o menos?
-No bien del todo -me responde grosera,
parece que le molesta que le pregunte sobre ello.
-Estoy furioso, Ava -le hablo
suavemente, no quiero asustarla.
-No estaba borracha -me afirma
preocupada.
-Te dije que no bebieras nada. Sabía que
no debería haberte dejado salir.
-Siento curiosidad por saber qué te hace
pensar que puedes decidir qué hago o qué dejo de hacer -Mírenla cómo me
desafía-. Ya soy mayorcita. ¿De verdad esperas que viva una vida contigo en la
que controlas cada uno de mis movimientos? -Me hace pensar… Y sí, coño, eso es
lo que quiero, pero sé que es imposible.
-Eres mía -le hablo entre dientes-.
Tengo que asegurarme de que esté a salvo. Da un profundo suspiro y se mira las
manos.
-Antes has dicho que estás cerca de
hacerlo. ¿Cerca de qué? -Me mira. Por mi parte, no le quito la mirada de encima.
-De nada -le respondo.
-¿De nada? -me dice sin creerme-.
Quieres beber, ¿verdad? Eso es lo que necesitas para superar esa puta mierda.
Carajo, qué lenguaje, abro mis ojos como
platos.
-¡Vigila… ese… puto… lenguaje! -casi se
lo deletreo-. Esa puta mierda ha sucedido porque anoche saliste y me
desobedeciste -Me acerco a su cara-. Si me hubieras hecho caso ahora no
estaríamos en esta situación.
-¡Lo siento! -me responde furiosa-. ¡Siento
no haberte hecho caso! -Y se levanta mientras me quedo de rodillas en la
escalera-. ¿Siento que tengas la necesidad de ahogarte en vodka por mi culpa! Está
claro que soy perjudicial para tu salud. Pero tranquilo, que por mí ya no vas a
sufrir más -Se va al dormitorio furiosa, hasta la voz le ha temblado. Bueno, si
haber vamos, que yo estoy más furioso que ella.
-Estoy furioso, Ava -se voltea y ve que
voy detrás de ella. Se detiene y quedo pegado a ella-. ¡Bésame!
-¡No! -chilla molesta. ¿Así es la cosa?
Ya veremos.
-¡Tres!
-¿Estás loco?
-Loco de rabia, Ava. ¡Dos! ¡Uno! -le
hablo en voz baja mientras mira a su alrededor buscando una vía de escape-. ¡Cero!
-Va a la habitación y salta encima de la cama. No le sirve de nada porque de
igual manera la atrapo y la pongo debajo de mí. La tengo boca arriba y sus
brazos los pongo encima de su cabeza con una mano y meto una de mis piernas
entre sus muslos. La acaricio con un dedo, voy del torso hacia su boca. Acaricio
su labio inferior y vuelvo a bajar por su cuerpo, ella solo me mira-. Voy a dar
por hecho que tu insubordinación se debe al efecto de las drogas. Voy a
concederte tres segundos para que tomes la decisión correcta -Bajo mi cabeza y
rozo sus labios, pero sin llegar a tocarlos-. ¡Tres! -Se retuerce debajo de mí-.
¡Dos! -susurro y miro su gloriosa boca. Ella misma levanta la cabeza para poder
besarme y me habla entre mis labios.
-Por favor, no bebas.
-No voy a beber, Ava -le digo aun poco
convencido. Me pongo de rodillas y tiro de ella para acomodarla a ahorcajadas
sobre mí-. Anoche, en el hospital, cuando estabas inconsciente sentí que el
corazón se me paraba a cada minuto que pasaba. No tienes ni la menor idea de cuánto
te quiero. Si desaparecieras de mi vida, no sobreviviría. Quiero arrancarme la
cabeza por haberte dado espacio para desobedecerme. -Ava abre sus ojos
asombrada ante lo que le dije.
-Estoy bien.
-Pero ¿y si no lo estuvieras? ¿Y si no
hubiera llegado cuando lo hice? -Cierro mis ojos nada mas pensarlo-. Solo fui
al bar a comprobar que estabas bien, no iba a quedarme. ¿Te haces la menor idea
de cómo me sentí cuando vi que te desmayabas? Siento mis ojos húmedos. ¡Carajo!
Esta desesperación es muy fuerte.
-¡Solo fue un incidente aislado! ¡Algún
capullo que hacía de gilipollas! Estaba en el lugar equivocado en el momento
inadecuado, eso es todo -Ava me quita las manos de su cara y las pone entre
nosotros-. Si sigues así, acabarás en un coma inducido por el estrés. ¿Y qué
haré yo, entonces? -me pregunta serena. Sacudo la cabeza y comienzo con mi tic
nervioso, me muerdo mi labio
-Parecías aliviada cuando el medico dijo
que no estabas embarazada -La miro fijamente, pero me quita la mirada y voltea
su cara, mirando a su alrededor.
-Me salte una píldora -le tomo una mano
y la quedo mirando. ¿Una? “Sí, como no”, pienso. La miro escéptico.
-Vale, me he saltado varias, las he
vuelto a perder.
Mierda, ojalá no sospeche nada.
-¿No has
ido a por otras?
-Se me olvidó.
La observo. Mi Dios, si estuviera
embarazada sería el hombre más feliz del planeta.
-¿Y cuándo te la tomaste por última vez?
-Hace un par de días -lo dice tranquila
y esta vez no se agarró el pelo. Es cierto entonces, coño.
-Pero… ¿Vas a ir por otras?
-Iré mañana.
¡Diablos! Va a buscarlas, aun no la he
embarazado. ¿Qué hago ahora? Bueno, será seguir con mis planes porque si Ava
sabe lo que he hecho ¡Me mata!
La miro y me está viendo fijamente y
entrecerrando los ojos. Coño, tengo que hacerme el pendejo.
-Jesse…
-¿Qué? -le pregunto nervioso.
-Nada.
¡Mierda! Ella sospecha, debo cuidarme.
Debido a ello cambio el tema.
-Ha llamado tu hermano. -Se frena y se
tensa.
-¿Dan?
-Sí.
-¿Has hablado con él?
Coño, claro. ¿Acaso soy un secreto
sumarial?
-No podía dejarlo sonar todo el tiempo,
habría acabado preocupándose. ¿Y por qué has bloqueado el teléfono?
-¿Qué más da? Eso no te ha impedido
contestar a la llamada ¿verdad? ¿Qué ha dicho mi hermano?
-No le he contado nada de lo que ha
pasado. No quiero que tu familia piense que no se cuidar de ti. Ha dicho que se
suponía que se iban a encontrar -¿Por qué carajo no me contó de sus planes con
su hermano? Me trata como si no fuera nadie y yo quiero ser el todo para ella.
-Le has dicho que estoy viviendo
contigo, ¿verdad? -Se enfurruña.
-Sí, y me importa un coño.
-¿Y por qué has hecho eso? -Apoya su
cabeza en mi hombro, preocupada.
-Oye, mírame -me cabreo y ella levanta
su cabeza, me mira-. ¿No crees que se habría preocupado al ver que no paraba de
llamar y no contestabas? -Seguro está pensando en sus padres, y si tengo que ir
hasta su ciudad a hablar con ellos lo hago, no me jodas-. Voy a salir a correr.
Dúchate: Te traeré algo de comer cuando vuelva.
-Quédate -me lo dice pegada a mí.
-No -la levanto y la llevo hasta el
baño-. A la ducha -Le abro el grifo de agua caliente y la dejo allí, molesta y
preocupada por su familia.
Ella aun no piensa en el peligro que corrió.
Claro, tiene su conciencia tranquila, aquí el que tiene rabo de paja soy yo. Voy
a ver el puto video y así sabré qué debo hacer. Pero coño, no me siento nada
tranquilo, hay algo raro, lo presiento. ¿Pero qué? Eso sí, lo sucedido me puso
en alerta máxima, ya no me agarran desprevenido porque con mi vida la protejo.
La amo, ella es mi todo ¡Y punto!
**Por
Fanny Rebellón.