viernes, 14 de octubre de 2016

Loco Amor (Obsesión) / Capítulo 11




Loco Amor (Obsesión)
Fanfic trilogía “Mi Hombre”
Historia Original de Jodi Ellen Malpas

CAPITULO 11

Menos mal que por esta noche la marea se calmó, pero aún así no me pienso despegar de Ava en lo que resta de la velada, porque está visto que el destino o la vida me quieren hacer una jugarreta.
La miro y ya se ve relajada. Nos dirigimos al salón de verano cuando la banda empieza a tocar.
-¿Motown? -me pregunta Ava sorprendida, yo tiro de ella hacia unas mesas muy bien decoradas, pero nuestro destino es el bar.
-Es una gran banda. ¿Quieres bailar? -la tiento.
-Después.
Llegamos al bar y la acomodo en su taburete, nuestros amigos están allí, ya se ven chispeados, parece que han bebido más de la cuenta.
-¿Dónde se han metido? -nos pregunta Kate, burlona. Ava habla con ella, las dejo mientras yo converso con mis amigos.


-¿Pasó algo, Jesse? -inquiere Sam.
-La bruja de Sarah le contó a Ava que ella fue la que me rescato aquel día.
-¿Se atrevió?
-Lo hizo. Por  ésta no se queda así, la dejaré quieta solo por hoy, pero cuando la vuelva a ver, ¡uf!, ya veré qué le digo. Sarah es muy maliciosa con Ava, no sé qué se trae entre manos, pero no le voy a permitir que le haga daño. Otro día seguimos hablando, Sam, no sea que nos escuche.
-Está bien, amigo, relájate y disfruta de la fiesta.


-Eso haré. -Volteo y sin aviso levanto a Kate para poder quedar cerca de Ava. Kate pega un grito y me da una palmada juguetona en el hombro.
-Bebe -Le doy un vaso con agua a Ava y se lo bebe al instante, pues ella quiere tomar vino y bebiendo agua antes, no se le subirán las copas a la cabeza. Después, le paso un sublime de Mario, la cara se le ilumina-. ¿Ves lo fácil que es todo si haces lo que se te dice?
Ava me mira, pero no dice nada mientras yo me volteo para seguir hablando con mis amigos. La verdad, no me aguanto mucho, vuelvo a mirar a Ava y comienzo a besarla, consiguiendo que pase sus brazos por sobre mis hombros, pegándola a mí, con mi frente a la de ella.
-¿Estás bien?
Me sonríe y me mira directamente a los ojos.
-Perfectamente.
-Bien -De pronto, vemos luces y volteamos, es Kate quien está con una cámara en la mano, apuntándonos. Decido que vamos a posar para ella. Tomo a Ava en mis brazos y la echo hacia atrás, riendo por la sorpresa, y Kate sigue tomándonos fotografías. Acto seguido, beso su cuello.
-Sonríe, nena, y vuelve a mirarme a los ojos -La verdad, me siento pleno y muy satisfecho solo porque ella está conmigo. Se ve alegre, sonríe y me toma por el pelo y también acerca sus labios a los míos. La beso, montamos el show gratis para Kate y los demás, así se darán cuenta de nuestro gran amor.
-¡Vale! -me dice Kate-. ¡Ya es suficiente!
Prácticamente silenciamos el salón con nuestra demostración de afecto, y me alegro, de una vez por todas se darán cuenta que esto va en serio, que ya tengo al amor de mi vida conmigo. Le doy un último beso y vuelvo a acomodarla en el taburete para seguir, también, charlando con mis amigos.
Al rato, Kate sale a bailar con Sam y se nos acerca Chris. ¡Joder! Trataré de ser amable, pero no me agrada este tipo, el cual me estrecha la mano. Chris quiere que le presente a Ava. Así lo hago.
-Ava,  éste es Chris, es agente inmobiliario en funciones del Lusso.
Toma la mano de Ava y me doy cuenta que tampoco le cae bien a ella.
-Hola -dice incomoda-, me alegra conocerte -Sonrío al ver cómo se jala el pelo como una loca. No, definitivamente no le agrada el hombre, en eso coincidimos los dos.
-Es un auténtico placer -le dice él baboso. Ava me mira nerviosa-. Me encanta tu vestido -La escanea de arriba hacia abajo. ¿¡Qué!? ¿¿Pero…?? ¿Qué le pasa a este cabrón? Nada más, mírenlo, está coqueteando con mi Ava. La inclina hacia atrás para comérsela con los ojos. A este hijo de puta se le pasó la mano, voy a partirle todo lo que se llama cara en dos. Lo tomo del hombro y lo jalo hacia atrás con fuerza, y pego a Ava a mí. La cargo y la siento sobre mis piernas.
-¡¡Chris, te recomiendo que tengas cuidado en donde pones las manos y los ojos!! ¡¡De lo contrario me veré obligado a partirte las putas piernas!! ¿Entendido? -exclamo, masticando mis palabras. Joder, me tiembla hasta el pelo de lo molesto que estoy, porque el que haya tanta gente es lo que me controla. De lo contario, le cambiaría la nariz de lugar ahora mismo. Después de unos segundos, el hombre retrocede inquieto.
-Jesse, discúlpame. Creía que era un blanco más.
¡¡¿Qué?!! ¡Mierda!
-¿Perdona? -Ava me aprieta la mano, quiere estrangularlo. ¿Qué le pasa? Sigue abriendo la puta boca y le hago comer el mascadero. Me levanto un poco y pego a Ava contra mi pecho-. Te aconsejo que te largues ahora mismo -le gruño. Por su parte, Ava me abraza y se pega más a mí, está preocupada porque se forme una bronca. Ava me mira.
-¿Tienes ganas de matarlo? -me pregunta.
-Muchas. -En este momento, sé con certeza que fue lo que sintió Ava hace rato, es horrible este sentimiento.
-¿Todas las mujeres son blancos?
-Los socios de la Mansión son sexualmente muy abiertos.
Ava mira todo y a todos con mucha curiosidad.
-¿Cuánto cuesta ser socio? -me pregunta, pero meto mi cara en su cuello y pienso que es lógico que sienta esa curiosidad.
-¿Por qué? ¿Quieres apuntarte?
-Puede que lo considere -responde como si nada, y ante ello, le muerdo el cuello.
-No te pega ser sarcástica, señorita -Y se pega más, subiéndose sobre mí-. Cuarenta y cinco.
-¿Al mes? No está mal.
Me río alto.
-¡No! Cuarenta y cinco mil al año.
Ava abre su boca totalmente asombrada.
-¡Joder!
Muerdo su oreja y muevo mis caderas contra su delicioso trasero.
-Esa boca. -Gime al sentir mi erección.
-Oye, ¿Kate paga eso? Ella no está corta de dinero, pero si lo cuida mucho?
-¿Té qué crees? -le pregunto, sonriendo. Ava piensa y salta de la impresión.
-Sam. Lo ha pagado Sam.
-A precio de amigo -Claro, “son mis amigos”, Kate es la mejor amiga de Ava y para mi alguien muy especial, pero yo no soy quien para dirigir su vida, ya está grandecita y ella siempre está con Sam. Si él lo acepta, ¿qué puedo decir yo…o…Ava?
-Habría preferido que te hubieras negado -me dice algo molesta.
-Ava, lo que Sam y Kate hagan es cosa suya.
Me mira enfurruñada.
-¿Cuántos socios hay?
Con la palma de mi mano en su frente hago que se recueste en mi hombro.
-Estás siendo muy curiosa para detestar este lugar. -Le beso la mejilla.
-No soy averiguadora.
-En el último recuento, creo, Sarah dijo que eran 1.500, pero no todos participan de manera activa. Algunos solo vienen una vez al mes, otros conocen a alguien e inician una relación, y otros se dan un descanso de vez en cuando -La miro, “ no está satisfecha”, va a seguir con la interrogación.
-¿Y el restaurante y el bar están incluidos?
-¡No! Para nada, sería mi ruina, ya que el licor es costoso, pues los socios son exigentes y solo piden lo mejor. Después de todo, lo bueno se tiene que pagar. El bar y el restaurante son una sociedad distinta, algunos socios desayunan, comen, y cenan cuatro o cinco veces a la semana. No ganaría mucho dinero si las comidas y las bebidas estuvieran incluidas en la cuota. Tienen cuentas que saldar mensualmente. Vuélvete, quiero verte -Hago que se levante y la coloco entre mis muslos, acaricio su cabello, lo coloco hacia atrás, acomodo su diamante y la tomo de las manos-. ¿Quieres ver el piso de arriba? -le pregunto. Ella debe ver todo, sé que siente curiosidad y debo ser yo el que se lo enseñe. Ava, por su parte, se tensa y lo piensa, pero al rato dice:
-Vale -Yo asiento. Me levanto y la guío hasta la escalera del vestíbulo. Hay mucha gente, algunos están en la puerta de las habitaciones que van a ocupar.
-Tenemos que seguir con eso la semana que viene -le hablo de los diseños de las habitaciones-. ¿Lista? -La pongo frente a mí, esto no es normal para Ava, ella nunca ha visto esto, pero si desea verlo, así será. Sé que se siente incómoda en la mansión, por eso la amo, ella es diferente, distinta a todas las que vienen a este lugar, y si ella está en este momento aquí es por mí, porque me ama y se siente mi compañera, mi mujer, y en medio de todo se lo agradezco-. Sientes curiosidad -afirmo convencido.
-Sí -me confiesa-, así es.
-No tienes por qué sentirte tan inquieta, estaré contigo y te guiaré. Si quieres marcharte dilo y nos iremos -Aprieto su mano, quiero que se sienta tranquila, confiada, quiero infundirle seguridad-. Habrán empezado ya varias secciones, algunas son moderadas y otras no tanto. Es importante que recuerdes que todo lo que tiene lugar aquí es porque ambas partes han accedido a hacerlo. El hecho de que estés en esta sala, no implica necesariamente que desees participar en ninguno de esos actos -La miro y sonrío con malicia-. Y nunca lo vas a hacer. Me he propuesto dejar muy claro a todos los hombres cuáles son las consecuencias si se acercan a ti -La miro-. Puede que tenga que enviar una nota para recordárselo -Ava se ríe a carcajadas mientras yo sonrío. Alguien se le acerca y me encargo de hacerle cirugía plástica personalizada.
Al cabo de unos minutos, la guío por las grandes puertas del salón comunitario. Es increíble, pero voy nervioso. Al ver en pleno el salón, Ava me aprieta la mano porque es principesco de lo hermosamente decorado que está, y la música es exquisita, sensual, escogida para estas ocasiones. Dentro se ven personas semidesnudas y otras completamente desnudas. Saludo a varios mientras voy pasando, me tenso un poco, las mujeres entornan sus ojos y sonríen coquetas al verme, incluso levantan más las tetas, no disimulan sus ansias. ¡Diablos! Miro a Ava, le sonrío y le aprieto su mano.
-¿Estás bien? -Me detengo y la miro, ella asiente y sonríe. Ahora, le acaricio su mano. Cuando Ava la mira, voy sintiendo cómo se calma, se ve relajada y llena de curiosidad.
Volteo y veo a Mónica, amarrada de manos y con los ojos vendados, tiene la boca ligeramente abierta. Con ella está el hombre que es su compañero esta noche, el cual está desnudo y con una fusta. La acaricia, se le ve en su rostro la lujuria. Pasa la fusta por sus senos, se ve su estremecimiento.
El hombre sigue su recorrido entre sus pechos y va bajando a su abdomen, a su ombligo, lentamente. Esto hay que practicarlo para hacerlo bien y para dar el más inmenso placer. Ella gime, siento que Ava se mueve y la miro, solo cambia de postura, observa la escena con interés. El hombre lleva la fusta hasta su sexo, ella exhala, está muy excitada; gime. El hombre pega sus labios a ella para absorber todo su placer. Después, deja de acariciarla con la fusta y cambia a sus dedos. Separa sus labios y fricciona, arriba y abajó. Mónica delira de placer, gime más fuerte y arquea su cuerpo, tira de sus ataduras, está muy cerca de su orgasmo mientras el hombre acelera sus caricias y la besa más fuerte. Se escucha el chasqueo de sus lengua y sus besos anhelantes, lujuriosos; ella lanza un grito, alcanzando su orgasmo. El hombre sigue con sus caricias, al tiempo que ella se desploma y su rostro cae sobre su pecho. Siento el calor de la mano de Ava, esto fue intenso, muy erótico, y es entonces cuando miro su cara de asombro.
Ava y yo no somos los únicos que están rodeando el espectáculo, han atraído interés. Tiro de la mano de Ava, capto su atención y le señalo otro grupo. El hombre frota la fusta por la espalda de ella y se tensa, baja a sus nalgas, la mujer murmura de satisfacción, ya excitada de nuevo, y escucho un ruido conocido a mi lado. Ava... ¡Está también excitada!
El hombre amasa el bonito trasero en sus manos, luego se retira y Mónica se tensa, sostengo más fuerte la mano de Ava, no creo que lo que viene le agrade. El hombre levanta la fusta y le azota las nalgas, ella grita, Ava se estremece y se pega a mí, escondiendo su cara. El hombre vuelve a golpear y se pega todavía más a mí. Vamos a retirarnos, no quiero que siga viendo esto.
-Esto no va contigo. Continuemos -le digo al oído. Ava tienen los ojos como platos, no sale de su asombro.
-¿Qué es esa música? -me pregunta mientras nos acercamos a otro grupo. Le sonrío-. Enigma. ¿Por qué? ¿Te pone cachonda?
-No.
La contemplo detenidamente. Sí que está cachonda, como que no recuerda que la conozco mejor que a ella misma, y también me doy cuenta porque tiene un mechón de pelo entre sus manos. No me puede mentir. Me río y la coloco delante de Sacha, quien está con tres hombres. Ella es muy hermosa, pero demasiado exhibicionista. Me agacho y le digo a Ava-: Para que quede claro, nosotros no vamos a hacer esto nunca -Me mira y es cuando le guiño un ojo.
-¿Y lo otro? -me pregunta.
-No voy a compartirte con nadie, ni siquiera con sus miradas.
Sonríe, y admiramos lo que está por comenzar.
Sacha está sobre una colcha de pieles y sus manos están atadas. Me ve y se pasa la lengua por sus labios, Ava se ríe, y cuando ella se ríe así es cuando tienes ganas de golpear a alguien, porque ve el coqueteo de esta mujer y debe sospechar que me la follé, pues la mujer me come con la mirada. Me tenso. ¡Diablos, no respetan que estoy con Ava! Con ella están tres hombres desnudos y se ciernen sobre su cuerpo, cada uno toma su lugar, uno va a sus pechos y le rodea su pezón con su lengua y a la vez baja su mano a su sexo. Otro está en su otro seno, ella gime y suspira extasiada. Miro a Ava, está muy excitada, me mira y desvío mis ojos, sonrío malicioso y socarrón. Le da vergüenza que la vea así, y no veo por qué, ella es humana, es lógico que le suceda.
Sigue la acción, el tercer hombre se une a la orgia y le acaricia su sexo, se ve que está muy mojada, entonces el hombre saca su mano de su sexo y se lo pasa por su labio inferior. Sasha lo lame inmediatamente, va a su barbilla y vuelve a bajar a su sexo, ella eleva su cuerpo, quiere su orgasmo, pero él se retira. Luego el hombre hunde de nuevo sus dedos en su cuerpo y sonríe al ver su deseo de querer alcanzar el orgasmo.
Ava los mira fijamente, veo en su hermoso rostro mucho asombro  y asco, pero a la vez placer.
Sacha se ve muy feliz siendo complacida por tres hombres, ésta es su escena preferida. Miro de nuevo a Ava, pero ella no me mira.
El tipo que está entre sus muslos hace la señal a sus compañeros y dejan de tocarla, ella se desespera, pero luego lanza gemidos de placer, pues le separan las rodillas y uno de los hombres comienza a darle placer en su sexo hinchado. Ava cruza sus piernas, debe estar muy mojada. El segundo hombre la besa y el  tercero sigue con sus senos. Otra vez la besa y el tercero se vuelve a centrar en sus senos, los amasa, juguetea con ellos, los tres la miran con frecuencia. En verdad, Sacha está disfrutando el ser adorada por tres hombres. De pronto, se tensa, está cerca de su orgasmo, los tres forman un magnifico equipo hecho para dar placer máximo, pero ella da un alarido y explota en un fabuloso orgasmo y uno de ellos se pega a sus labios para recibir su placer. Siguen acariciándola hasta sacarle el máximo disfrute de su cuerpo.
Posteriormente, queda muy relajada y los hombres siguen prodigándole caricias, la liberan de su amarre. Un momento después, se tumba en la colcha de piel. Sacha se voltea y me da una mirada lánguida y lasciva como diciéndome: “ésta fue por ti, Jesse” ¡Diablos!
Eso es lo malo de todas estas mujeres que vienen a este lugar, son tan desinhibidas que piensan que todas las demás comparten sus costumbres y vicios. Ninguna respeta a  Ava, y eso es porque creen que ella es como ellas, o que esto es algo pasajero en mi vida, piensan que es un capricho para mi. ¡Qué gran equivocación!
Miro a Ava, me está apretando fuerte la mano, esta cabreada, y con razón después de esto último que ha visto. Porque Sacha le ha dado a entender que he estado con ella. Coño, más nunca vuelvo a traerla a este salón.
-Tú no eres exhibicionista, Ava, y eso hace que te quiera más si cabe. Eres mía y solo mía, así como yo soy solo tuyo. ¿Entendido? -Le hablo preocupado, quiero que olvide mi pasado, que vea que no va a afectar nuestra vida, nuestra relación. Quiero que tenga seguridad de mis sentimientos hacia ella-. ¡Joder! -le susurro cuando la tengo nuevamente junto a mí-. No tienes ni idea de cuánto te quiero -Le beso la cabeza-. Vamos, quiero bailar contigo -Paso mi brazo por su hombro y la guío a la salida-. Me apuesto lo que sea a que estas mojada -le digo con cariño y río-. Solo para mí.
De pronto, hay un cambio en la escena y Sacha se pone de rodillas. Uno de ellos la penetra por detrás mientras el otro se arrodilla delante de ella y le introduce la polla en su boca. Ava abre los ojos asombrada cuando el tercer hombre se está acomodando, toma algo y otro se retira, el tercero en discordia mete un vibrador gigantesco, Ava mira casi asustada. Después lo saca y el 2 vuelve a penetrarla, colocándose boca arriba, debajo de ella. Es una orgia en toda regla y muy fuerte para mi Ava. Pero sigue viendo, en este punto ella es muy inocente. Tiro de ella y la observo cauteloso porque sé lo que va a pensar. ¡En mí haciendo esto!
-Vamos, ya has visto lo suficiente -Tiro de ella con firmeza.
-¿Jesse? ¿Tú  has...???
-Te he dicho que te calles -Casi la llevo a rastras, sé lo que va a decir. Cuando llegamos a la puerta Natasha se nos pone al frente. ¡De ñapa! Está desnuda, pues las bragas que lleva no cubren nada. Se nos acerca. ¡Coño, sí es atrevida! Pareciera que quiere meterme una teta en la boca.
-Llevas demasiada ropa, Jesse.
Me desvío y pasamos de largo.
-Haz el favor de tener un poco de respeto, Natasha -le digo molesto.
-Yo también quiero enviar una nota recordatoria -comenta Ava con sarcasmo. Me río de ello.
-Como quieras -Va pensativa, no quiero que lo piense más, pues sé que sufre y no me da la gana de que se sienta mal por algo que no vale la pena. Creo que no debí subirla allí. Yo solo quería que ella lo viera todo, porque no quiero seguir con tanto secreto. Pero.. ¡Coño! No debí llevarla allí
-¿Quieres tomar algo? -le pregunto cuando llegamos a la barra.
-Sí, por favor.
Le miro su carita y me doy cuenta que aún se siente aturdida.
-¿Por qué me has llevado allí? -me pregunta.
-Quieres que sea más abierto contigo.
-No quiero volver allí jamás.
-Entonces, no lo harás.
-Tampoco quiero que vuelvas tú -Eso es lo que le pasa, ella al ver esas orgías me imaginaba a mí haciendo lo mismo. La verdad, no tengo ninguna necesidad de subir ahí. Lo único que necesito lo tengo en estos momentos al alcance de la mano, y quiero que siga siendo así. Se lo aseguro con la mirada mientras me contempla detenidamente y me responde-: Gracias -Tengo que infundirle seguridad.
Y es cierto lo que pienso, pues al ver esas escenas, no sentí excitación alguna. ¿Qué si lo hice? Si lo hice, pero en mi vida pasada, aquella en la cual no tenía sentimientos ni deber con nadie, estaba soltero, nada me detenía, pero luego con este negocio, con tantas mujeres, tan… dadas, por decirlo suavemente, no me paraba en nada. Lo hacía, sí, lo reitero, pero luego venia por mí el hastío, el fastidio, me provocaba salir corriendo. Y eso fue lo que hice, poniéndome mi careta para buscar un lugar para mí, lejos de todo esto. Aparto el pelo de su cara con suavidad-. Ve a buscar a Kate y yo iré a encargar las bebidas -le sugiero.
-Vale.
La miro cómo se aleja mientras todos los hombres se voltean a verla, porque se ve bella, su cuerpo es precioso y con muy buenas curvas. Sonrío. Sí, cabrones, pero ella es mía.
Miro a Mario y le pido que prepare más sublimes para Ava y Kate; Mario sonríe, pero antes agua, Ava tiene que tomarla. No quiero que se me embriague, ella es pequeña y no tiene tanto aguante. Me entra la desesperación por no tenerla conmigo así que voy a buscarla, y cuando la encuentro la veo hablando con Kate, Sam y Drew, están en la pista, se ven bastante bebidos y muy alegres, ellos viven felices sin complicaciones. Por detrás, llego a ella, me pego a su espalda y pongo mi barbilla en su hombro, ella da un respingo.


-Hola, preciosa mía.
-Me has asustado.
-¿Cómo has sabido que era yo? -le pregunto.
-Por instinto -lo dice con una hermosa sonrisa en su cara, la cual le devuelvo.
-Vamos a bailar.
Le levanto un poco el vestido y me pego a su espalda y comienzo a moverme, llevándola conmigo. Muevo mi cadera lentamente, tengo una mano en su vientre y la guío. Ava se mueve a mi compás y nos sincronizamos, como siempre, ella es sensual, como nadie, se mueve de locura y la banda ayuda. Eva echa su cabeza hacia atrás y se ríe, viendo mi brazo suspendido en el aire, subiendo y bajando mientras pego mis caderas contra ella. Hacemos más movimientos circulares y nos balanceamos, es una delicia bailar así, porque es como hacer el amor, pero verticalmente.
Vemos a Kate y a Sam, quienes están muy pegados, y Drew toma a una mujer que se le está insinuando. Ava pone su mano sobre la mía y me deja guiarla, yo tengo mi cara clavada de lleno en su hombro y sigo meneando mi cadera contra ella, casi pareciera que le estoy haciendo el amor bailando. No me importa nada ni nadie, solo Ava.
-Joder, te quiero -le manifiesto en su oído y le beso la sien, tomo su mano y la hago girar y vuelvo a atraerla hacia mí, los bailarines aplauden y la banda empieza a tocar “Supertition” de Steve Wonder. Kate suelta un alarido-. ¿Seguimos bailando? -le pregunto aun bailando por el cambio de la canción.
-Mejor vamos a beber.
-¿No puedes seguirle el ritmo a tu dios, dulce seductora? Nadie esta abrazado, solo nosotros -Paso mi nariz por un lado de su cara y trazo círculos, amo su olor, la suavidad de su piel. En definitiva, ¡la amo a toda ella!
-¿Eres feliz? -le pregunto.
-Hasta la locura.
-Entonces, mi misión aquí ha terminado -Hundo nuevamente mi cara en su cuello e inspiro profundamente. Siento a Ava sonreír, la abrazo con fuerza a mí.
-Tu dulce seductora se muere de sed.
Río pegado a ella.
-¡Dios no lo quiera! -Y la suelto casi obligado-. Vamos, no quiero que me acusen de desatenderte -Le doy la vuelta entre mis brazos y la guío fuera de la pista de baile. Llegando casi al final, unas mujeres me jalan suave, pero firmemente, haciéndome soltar la mano de Ava. ¡Mierda! No quiero, pero tampoco debo ser grosero, son buenas clientes del Hotel y no puedo ser grosero con ellas, tengo que ver cómo hago para quitármelas de encima mientras Ava voltea al no sentirme detrás de ella. ¡Coño, abrase visto, estas mujeres me soban por todas partes! Mis amigos solo miran, mi cara debe ser un poema de desespero. ¡Diablos! ¿Qué hago? Veo Ava dirigirse hacia mí, lleva en su rostro plasmada la decisión, y veo pasar por un momento un deseo de caerles a coñazos, de marcarme como suyo, y con la cara que trae no creo que ninguna, siquiera, tenga el ánimo de atravesarse en su camino.
Me tranquilizo y las mujeres se dan cuenta que algo pasa, Ava me tiende su mano y yo la tomo de inmediato. De una vez, las mujeres retiran sus manos de mi cuerpo y Ava tira de mí, pero mirándolas a ellas con desdén, cómo desafiándolas, como diciéndoles “O se quitan o las quito” “Él es Mío”. Todas se quedan mudas y Ava por fin me saca de la pista. Nuestros amigos gritan, sobre todo Kate lo hace con júbilo al ver la acción de Ava.
-Me encanta cuando te pones posesiva -Me siento satisfecho, me encanta sentir el amor de esta mujer por mí-. Dame un beso -Ava me rodea el cuello con sus cálidos brazos y nos besamos como si nadie más existiera en este mundo. Lo que me regala es un beso posesivo. Siento muchos ojos sobre nosotros, no me importa, es bueno que se vayan dando cuenta que ya tengo dueña.
La pongo sobre el taburete y llamo a Mario, el primero nos saca el agua. Ava se bebe una y yo la otra sin que tenga que decirle nada. Le sonrío, aprobando lo que hace.
-Mario, ¿cómo vamos de existencias? -Me levanto y miro la larga fila de puertas de cristal bajo la barra que se ve que está quedando vacía. Hoy nos fue bien. Fantástico.
-Bueno, señor Ward, al parecer esta noche los socios tienen mucha sed -Se ríe y retira otras botellas-. Mañana haré inventario, nos llega un pedido el domingo.
-Buen chico -le digo y vuelvo a sentarme-. ¿Estás bien? -Le acomodo el diamante en su cuello, se le ve precioso, pero nada es más bello que ella. Ava bosteza y asiente-.
Te llevaré a casa. Ha sido un día largo -John entra al bar y pone su manaza en mi hombro, saluda a Ava inclinando su cabeza, gesto que ella repite con cordialidad.
-¿Todo bien, muchachos? Voy a llevarla a casa. ¿Todo bien arriba?
-Sí, todo bien -me confirma John, y ve a Ava bostezar-. Pediré tu coche. Llévala a casa - Saca su teléfono, da instrucciones y asiente, mirándome.


-Tengo que despedirme de Kate -Se le ve muy cansada, John me hace un gesto y suelta una carcajada.
-Creo que acabo de ver cómo se desaparecía con Sam en el piso de arriba -le anuncia a Ava. Al oírlo, yo también me río.
-¿Quieres subir a despedirte?
-¡NO! -Su cara no tiene precio y el grandote y yo nos reímos debido a ello.
-Llévame a casa.
Me hago a un lado con John para darle unas instrucciones y le aviso que no me espere mañana. Ava, por su parte, se despide de Mario y de John, apoyando su cabeza en mi hombro. La guío hacia fuera y luego la ayudo a entrar en el coche. Después, me acomodo yo.
-Ha sido un día fantástico -dice medio dormida.
Apoyo mi mano en su muslo y se lo acaricio con suavidad.
-Para mí también nena, gracias -Con todo y lo malo que vivimos, me gusto la noche, porque ahora se siente más segura. Quiero que confié plenamente en mí, en mi cabeza no existe una idea preconcebida de querer mentirle o serle infiel.  En ocasiones, hasta yo mismo me extraño de la seguridad  que siento cuando lo digo, eso de que nunca la voy a engañar.
-¿Porque me das las gracias? -Bosteza.
-Por dejar que te lo recordara.
Sonríe y se duerme un rato. Esta extenuada. No hay casi tráfico y llegamos más rápido al Lusso.
-Buenas noches, Clive -Nos mira y ve que llevo a Ava en brazos.
-Señor Ward, ¿quiere que le llame el ascensor?
-No, tranquilo, gracias.
Entramos en el elevador. Luego, abro la puerta como puedo y la subo directo a nuestra habitación, la pongo en la cama y de una vez se acurruca, parece más joven, se ve adorable.
-Vamos a quitarte ese vestido. -La pongo boca arriba.
-Déjalo -me dice medio dormida ya que no tiene fuerzas para nada. Me río, siento una inmensa ternura por ella en este momento.
-No voy a acostarme contigo vestida, jamás. Ven aquí -La incorporo y le quito, primero, los zapatos-. Arriba -Tiro de ella y la levanto-. ¿Cómo se quita esto? No veo cierre, ni botones nada. Ava levanta su mano y me señala encima de su hombro y veo la cremallera escondida, se cruza al abrirlo y lo hago lentamente, veo cómo cae gloriosamente a sus pies, dejando ver su ropa de encaje. ¡Mi Dios! Se ve divina, pero ella no está en condiciones, ella se recuesta en mi pecho.
-Creo que esto sí que te lo voy a dejar puesto -Tiene puesto un corsé hasta la cadera, precioso, todo de encaje, se le ve de muerte lenta. Mi madre, la deseo, pero está muy cansada y yo a ella no la quiero solo por sexo, eso puede esperar porque me inspira toda clase de sentimientos, como ahora que solo quiero atenderla para que se duerma cómodamente-. ¿Te cepillo los dientes?
-Por favor -Si no se abraza a mí, caería al suelo del cansancio que tiene. La guío al baño y la siento en el mueble del lavabo, preparo el cepillo con la crema y lo paso bajo el grifo.
-Abre -le ordeno cuando abre su boca y empiezo a cepillárselos con cuidado, trazo círculos lentamente, sosteniendo su mandíbula, me siento feliz con solo realizar esta tarea-. Escupe- le digo y ella vacía su boca y sigo con mi tarea hasta que la enjuago. Le quedo un poco de crema en sus labios y se la quitó con mi dedo y me lo chupo. Eso despierta el deseo  en ella, ya que abre sus piernas y me agarra de la camisa, tirando de ella casi con desespero. Le sonrío.
-Parece que te has despertado -Tomo su rostro y le doy un beso suave.
-Eres tú. Es instintivo. – La adoro, me encanta cómo reacciona siempre a mí.
-Pensaba que nunca diría esto, pero esta noche no voy a tomarte.
Ava se restriega contra mí, pero solo la mitad de ella está despierta. Me aparto y la miro serio.
-No. ¿Quieres quitarte el maquillaje?
-¿Me estas rechazando?
La miro un rato.
-Supongo. ¿Quién iba a decirlo, eh? -Mojo una toalla con agua caliente-. A ver esa preciosa cara -Y comienzo a quitar su maquillaje mientras advierto que  está ceñuda.
-Creí que íbamos a hacer las paces como es debido.
Me detengo y la miro, dedicándole una sonrisa.
-¿No somos amigos ya?
-No.
-¿Ah, no? ¿Te acurrucarías contra alguien que no fuera amigo tuyo -Mi amor esta algo descarada, me agarra el culo y me acerca a ella-. Puede que lo hiciera, si mi amigo me promete que haremos las paces por la mañana.
Me río, eso escríbelo mi preciosa señorita.
-Trato hecho, vamos a acurrucarnos -La bajo del mueble-. Me encanta verte con encaje, pero me gustas más todavía desnuda y encima de mí. Vamos a quitártelo todo -La llevo al dormitorio, la dejo en el suelo y desabrocho su hermoso corsé por la espalda, y luego sigo con sus bragas. ¡Mierda! Mi polla me está traicionando, ya estoy empezando a tener una erección. Me desnudo y le señalo la cama, ella obedece y se le ve en su cara el placer al poner la cabeza sobre la almohada. Me acuesto y se acurruca. La abrazo y casi está dormida-. Mañana iremos a casa de Kate por tus cosas. El lunes hablaremos con Patrick y creo que deberías decirles a tus padres que somos más que amigos.
Ella asiente entre dormida y queda lista, cae en un profundo sueño. El estar así con mi Ava,  hace que valga la pena hacer cualquier cosa por ella. La quiero a mi lado siempre. Esta noche saltamos varios obstáculos, pero en definitiva fue una muy buena noche. La fiesta fue fabulosa, y ya le quedo claro a todo el mundo que Ava es mi mujer, mi amor y que ya no hay vuelta atrás, nuestro destino quedó marcado.
Voy cayendo en el sopor del sueño con una sonrisa en mi cara, mañana será otro día, y me siento feliz… por el solo hecho de pensar en planificar mi futuro con ella.


CONTINUARÁ…

**Por Fanny Rebellón.

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